Es un hecho palpable que los
católicos tienen una sensación de desconcierto sobre el rumbo de la Iglesia,
como consecuencia de las fuertes críticas cruzadas entre obispos y la falta de
claridad de los documentos papales para superar los enfrentamientos. Y de esto
se agarran los lefebvristas
para dar marcha atrás a la posibilidad de entrar de nuevo a la Iglesia
Católica.
Unos meses después de los
rumores de que Francisco podría estar cerca de normalizar la situación del
grupo católico tradicionalista disidente Fraternidad Sacerdotal San Pío X
(FSSPX), su líder ahora dice que debido a la “dolorosa confusión” en la Iglesia
animada por el pontífice, el grupo realmente no busca el reconocimiento
canónico.
La
propuesta de la Santa Sede, que estaba prevista en su momento por Benedicto XVI, parecía ser
sustancialmente sin condiciones doctrinales: una regularización canónica de la Fraternidad,
sobre la base de una Prelatura internacional como la del Opus Dei.
Mientras se procedía con la debida precaución,
muchas voces, incluso dentro de la Fraternidad, tomaron como inminente la
realización del acuerdo, e incluso el propio líder Bernard Fellay era contado
entre quienes podían llegar a la regularización. Pero la declaración reciente muestra un enfriamiento de la situación.
El obispo Bernard Fellay,
líder de la Sociedad Sacerdotal de San Pío X, dio a conocer el comunicado el
miércoles 29 de junio haciendo hincapié “en la gran y dolorosa confusión que
reina actualmente en la Iglesia… promovida, lamentablemente, por un gran número
de pastores, incluso por el mismo Papa”.
Pero a pesar de las fuertes palabras contra el
Papa, Fellay también escribe que el
grupo siguen rezando y haciendo penitencia por él, para que logre la “fuerza
de anunciar la fe y la moral” católicas en su totalidad.
La Fraternidad, también conocida como los
“lefebvristas” por su fundador, nació
después del Concilio Vaticano II, en 1970, fundada por el fallecido arzobispo
francés Marcel Lefebvre.
El
cisma lefebvrista comienza en el año 1988 cuando el Arzobispo Marcel Lefebvre ordenó cuatro
obispos sin mandato pontificio.
Pero desde antes
decían:
“«Nos
negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia
neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio
Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste
salieron»”, “ «Ninguna autoridad, ni
siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar
o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el
magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos»”
Los lefebvristas tienen reservas sobre varias de las enseñanzas del Concilio, sobre todo
en lo que se refiere al ecumenismo, el diálogo interreligioso, la libertad de
religión, y algunos aspectos de la reforma litúrgica, incluyendo el uso de la
misa en latín.
Actualmente
tienen
3 obispos, 575 sacerdotes, 198 seminaristas en 6 seminarios y 84 oblatas.
EL COMUNICADO
Del
25 al 28 de junio en los Alpes suizos, Mons. Bernard Fellay y sus dos
ayudantes, abades Pfluger y Nely, se reunieron con los otros dos obispos de la
Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, Tissier de Mallerais y de Galarreta, y con
todos los superiores mayores de la Fraternidad fundada por Mons. Marcel
Lefebvre.
La
finalidad de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X es principalmente la formación
de los sacerdotes, condición esencial para la renovación de la
Iglesia y para la restauración de la sociedad.
1 – En la gran
y dolorosa confusión que reina actualmente en la Iglesia, la
proclamación de la doctrina católica exige denunciar los errores que han penetrado en su seno,
promovidos, lamentablemente, por un gran número de pastores, incluso por el
mismo Papa.
2 – La Fraternidad San Pío X, en el actual estado
de grave necesidad que le concede el derecho y el deber de proporcionar los
auxilios espirituales a las almas que recurren a ella, no busca ante todo un reconocimiento canónico, al que tiene derecho por
ser una obra católica. Lo único
que desea es llevar fielmente la luz de la Tradición bimilenaria que
señala el único camino que debe seguirse en esta época de tinieblas, en la que
el culto del hombre reemplaza el culto de Dios, tanto en la sociedad como en la
Iglesia.
3 – La “restauración de todas
las cosas en Cristo”, que quería San Pío X siguiendo a San Pablo (Efe. 1, 10),
no podrá lograrse sin el apoyo de un Papa que favorezca concretamente el
retorno a la Santa Tradición. A la espera de ese día de gracia, la Fraternidad
San Pío X quiere redoblar los esfuerzos para restablecer y difundir, con los
medios que le da la Divina Providencia, el Reinado social de Nuestro Señor
Jesucristo.
4 – La
Fraternidad San Pío X reza y hace penitencia para que el Papa tenga la fuerza
de proclamar íntegramente la fe y la moral, pues de ese modo acelerará
el triunfo del Corazón Inmaculado de María que deseamos, ahora que nos
aproximamos al centenario de las apariciones de Fátima.
Mons. Bernard Fellay, Superior General de la
Fraternidad San Pío X
Ecône, 29 de junio de 2016
En la fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo
Ecône, 29 de junio de 2016
En la fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo
LA AMBIVALENCIA DE FELLAY
En septiembre
pasado, Francisco sorprendió a muchos al extender una rama de olivo
al grupo tradicionalista disidente al decretar que durante el Año Santo de la Misericordia cualquier persona que confiese
sus pecados a un sacerdote de la Fraternidad será considerada válidamente
perdonado.
En abril, después de una
reunión privada con el Papa, Fellay dijo que el pontífice se había comprometido
a extender este reconocimiento por tiempo indefinido.
Pero Fellay ha tenido una relación ambivalente con
el Papa. Él expresó su “felicidad” por el encuentro con Francisco, que supuestamente dijo que nunca había condenado al grupo y
que a sus ojos que eran “una parte muy importante de la Iglesia”
Sin embargo, durante una homilía después de dicha
reunión, el obispo también dijo que la
reciente exhortación apostólica de Francisco sobre la familia, Amoris Laetitia,
“nos hace llorar”, añadiendo que su postura sobre el acceso a los
sacramentos de parejas divorciadas y vueltos a casar civilmente hace de este un
“terrible documento que perjudica a la Iglesia”.
Según las
propias palabras de Fellay, Francisco es “totalmente atípico” y un
hombre difícil de definir en las categorías habituales:
“Yo diría que uno de los
principales problemas que tenemos es que la forma normal de juzgar a alguien es
por sus acciones, ‘Él está actuando de esta manera porque él piensa de esa
manera’. Pero si se intenta hacerlo con el Papa actual, uno queda totalmente
desconcertado, porque un día él hace algo y al día siguiente hace o dice casi
lo contrario”, dijo Fellay en una entrevista de mayo.
Es
evidente que la situación de confusión que ven en la Iglesia se la atribuye en
gran parte a la acción de Francisco, y por lo tanto no pueden confiar en las
propuestas hechas.
Y parece
ser la misma sensación de confusión que tiene gran parte de los católicos, sólo
que los lefevbristas tienen las manos libres para enfriar el acuerdo con el
Vaticano, mientras que los católicos la única opción que tienen es seguir
confiando y aportar su esfuerzo para que se aclare la confusión.
Por otro lado el acuerdo con la Fraternidad no parece de vida o muerte para el Vaticano
y hasta tal vez produzca un suspiro de alivio en los sagrados recintos,
porque no es un secreto para nadie que la Congregación para la Doctrina de la
Fe no ve con buenos ojos una especie de fácil regularización sin pasar por las
famosas cuestiones doctrinales.
Esto
no implica que el diálogo no continúe entre la FSSPX y la Santa Sede, pero se
enlentecerá.
Foros de la
Virgen María
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