El manuscrito medieval llamado
la ‘Biblia del Diablo’ tiene dentro un dibujo siniestro que la leyenda dice que
fue dibujado por el mismo Lucifer. La leyenda cuenta que un monje condenado a
muerte en su monasterio hizo un trato con el diablo para escribir el Codex en
una noche para evitar su ejecución.
Existen muchos manuscritos
medievales que continúan siendo un verdadero enigma. El más grande de todos
ellos, el conocido como Codex Gigas, “libro grande en latín”, también conocido
como “código o biblia del diablo”, ha sido puesto en línea por la biblioteca
Nacional de Suecia en alta resolución, si desea ojearlo has click aquí. Sus contenidos, sus
ilustraciones y su historia son sinónimo de misterio.
El
códice es el volumen religioso más grande que sobrevive de los monjes del siglo
XIII. Mide aproximadamente un metro de altura por otro metro de ancho cuando lo
abres. Se
cree que es trabajo de un monje benedictino de lo que hoy es la República
Checa, pero fue bastante arruinado por la armada suiza después de la Guerra de
los Treinta Años.
Está alojado dentro de la Biblioteca Nacional de Suecia en Estocolmo.
EL MISTERIO DE QUIEN LO HIZO
Algunos
sugieren que fue el esfuerzo de un monje en una sola noche. Que después de
romper las reglas del monasterio fue sentenciado a muerte —encerrado en un
cuarto de ladrillos — y un día antes de ser ejecutado decidió escribir su
última obra: “un libro maligno sobre pieles de animales”. Se dio cuenta
de que terminar el libro antes de la ejecución sería imposible, así que hizo un
trato faustiano con lucifer para terminarlo, y lucifer mismo firmó el documento
en la última página.
Recientemente National Geographic calculó que recrear los contenidos del Códice Gigas a
mano por una sola persona tomaría cinco años de trabajo sin descanso, omitiendo
las ilustraciones.
Pero lo increíble es que el manuscrito es como una
caja china de textos, que ofrece un
paseo fascinante por el mundo.
Este tipo de objeto fue muy disputado por las
órdenes religiosas, mientras buscaban el prestigio y la fama, y las donaciones
en efectivo. El monasterio que poseía
la obra tuvo que vender el Codex Gigas para escapar de la quiebra.
La
“Biblia del Diablo”,
llegó a las manos Rodolfo II, uno de los
emperadores más poderosos de Europa, quien en algunos años, se entregó a la
locura y fue depuesto del trono.
Otro
misterio son las sombras misteriosas que aparecen en las páginas con
ilustraciones del diablo, los científicos ofrecieron una explicación para
el fenómeno: el “Codex Gigas” fue escrito
en una piel de asno, y se oscurece la piel al contacto con la luz.
Debido a que estas son las páginas más vistas en el libro, precisamente por la
ilustración del diablo, tenía más contacto con la luz y por lo tanto, se
oscureció.
CARACTERÍSTICAS DEL MANUSCRITO
Lo de “libro grande” es un título de lo más acertado, ya que el Codex
está considerado como el manuscrito más grande conservado de la época. Sus
dimensiones son impresionantes; 92 x 50,5 x 22cm. Contiene 624 páginas iluminadas con tintas roja, azul, amarilla, verde y
pan de oro. Entre los textos variados se incluyen un buen número de
ilustraciones recreadas con tremenda maestría. Su peso, nada menos que 75 kg.
Se
encuentra en un estado de conservación excelente y conserva la unidad
estilística con la que fue creado. De su interior faltan algunas páginas, que en
algún momento de la historia fueron arrancadas, ignorando el contenido que
pudieran tener.
El enorme tamaño está en
consonancia con el de las Biblias que se manufacturaban en Europa en los siglos
XI y XII, con su tamaño, los papas pretendían poner de manifiesto la
importancia de los sagrados textos.
A
menudo, estas valiosas Biblias o manuscritos eran regalados a las iglesias o
monasterios por sus poderosos mecenas como medio para indicar su condición, o bien eran
regalos de obispos que querían defender su poder y hacer hincapié en la
importancia de la fe en tiempos difíciles.
Su
enorme tamaño los reducía a uso de atril, posiblemente para uso en el refectorio monacal
para las lecturas a la hora de comer o en el presbiterio de la iglesia para los
servicios del día. No están considerados como libros litúrgicos, pero si que
podrían ser complementarios.
El
Codex Gigas se podría considerar como el último gran manuscrito de estas
características,
ya que en las fechas en las que fue creado comenzaban a aparecer en París las
Biblias de pequeño formato y un solo volumen, que acabarían por resultar
bastante más prácticas que estos gigantescos pliegos.
ORIGEN DEL CODEX GIGAS
El manuscrito llamó la atención de todo aquel que
conocía su existencia desde el primer día en que fue expuesto. La ilustración del diablo entronizado en una
de sus páginas fue lo que le valió el famoso apodo de Biblia del diablo.
En
la época medieval el manuscrito figuraba entre las maravillas del mundo y se le
atribuía un enorme valor material. La autoría del pliego se le otorga al monje Herman
el Recluso del monasterio de Podlažice, aunque este es un dato bastante confuso
y en realidad no se sabe a ciencia cierta quien escribió e ilustró sus
pergaminos.
Una nota en el interior de la
portada, de finales del siglo XIII, apunta a que ciertamente, el manuscrito fue
creado en el monasterio benedictino de Podlažice. Más tarde, éste monasterio
que pasaba por dificultades económicas, empeñaría el manuscrito al monasterio
cisterciense de Sedlec. Más tarde, sería comprado de nuevo por los
benedictinos, pero esta vez en el monasterio de Brevnov, financiando la compra
el arzobispo de Praga, por encontrarla ajustada a derecho y apropiada para el
tesoro de su orden. En todos los casos, el manuscrito siempre se encontró en
sus orígenes dentro de la provincia de Bohemia, en la República Checa.
Allí estuvo hasta que en 1594, Rodolfo II, gran
amante de cualquier obra enigmática, transfirió la obra a su colección personal
en el castillo de Praga. Medio
siglo más tarde, tras la Guerra de los Treinta Años, el castillo fue expoliado
por el ejército sueco y el libro, junto a muchos otros tesoros, pasaron a
formar parte de la colección de la
Reina Cristina de Suecia.
Desde
entonces se encuentra en ese país, primero en la biblioteca real y más tarde,
desde 1877, en la biblioteca nacional de Suecia, en Estocolmo.
Durante
el paso de los siglos, y muestra de la atracción que ejercía el manuscrito,
muchos incluyeron en él sus firmas, como los típicos “Yo estuve aquí”, de los
baños públicos. Se encuentran inscripciones de los siglos 16 y 17, en incluso
se pueden encontrar los nombres de Josef Perirka y Beda Dudik, dos estudiosos
checos pioneros en el estudio científico del manuscrito.
CONTENIDOS DEL CODEX GIGAS
Su contenido, sin duda, es lo
que hace de este manuscrito un volumen especial, único y enigmático, alejándolo
de las biblias típicas manuscritas de la época.
El Codex incluye, entre otros muchos temas:
El
Antiguo y Nuevo Testamento.
Traducciones
latinas de Flavio Josefo, Antiquitates Iudaicae y De Bello y ss Iudaico,
trabajos sobre la historia de los Judios.
Las
etimologías enciclopédicas de Sevilla, en veinte libros, de Isidoro.
Ocho
libros médicos. Los primeros cinco de origen griego o bizantino, que bajo el
título de Ars medicinae fueron lectura obligatoria para estudiantes de medicina
en el sur de Italia a partir del siglo XII. Al final estos libros se
convirtieron en textos de medicina en toda la Europa medieval.
Los
otros tres tratados médicos se dedican a la medicina práctica y fueron escritos
por Constantino el Africano, que fue monje benedictino sobre la mitad del siglo
XI en Monte Cassino, suponiéndose traducciones de éste de otra serie de
escritos médicos árabes.
Tras
el final del Nuevo Testamento se encuentran sus famosas ilustraciones, una de
la Jerusalén celestial y, enfrente, la del famoso diablo.
En páginas siguientes se encuentra una confesión de los pecados y una serie de
conjuros escritos en gran formato.
La
Crónica de Bohemia, escrita por Cosmas de Praga.
La Regla de
San Benito.
Calendarios.
Listas
de nombres,
presumiblemente de los miembros o benefactores de la comunidad monástica local.
Santoral
y Esquelas.
Todo
esto, mezclado con textos cortos de antiguas historias, curas medicinales y
encantamientos mágicos.
Un
peculiar puzle que recogió en su día los textos más importantes en varias
materias,
junto con fechas y nombres, para convertir el manuscrito en un ejemplar único.
LA LEYENDA DE LA BIBLIA DEL
DIABLO
A parte de la ilustración antes mencionada de
satanás en una de sus páginas, la verdadera leyenda que siempre ha acompañado
al manuscrito cuenta que el supuesto monje Benedictino al que se le atribuye la
obra, fue condenado a ser emparedado
vivo por un grave crimen y, para que la pena le fuera condonada, el monje
propuso crear una obra monumental y única que todos alabarían y que llenaría de
honores al monasterio y, si eso fuera poco, la ciclópea obra sería escrita por
él en tan solo una noche.
Los
monjes permitieron al atrevido escriba llevar a cabo su imposible tarea que, a
la mañana siguiente, presentó su gigantesco libro acabado y reluciente.
El
monje condenado sabía que no sería capaz de completar el libro sin ayuda. Así que se
inclinó en oración y pidió ayuda.
En lugar de dirigirse a Dios, sin embargo, volvió los ojos hacia el ángel caído Lucifer,
ofreciendo su alma a cambio de un libro terminado.
El
príncipe de la oscuridad escuchó la oración del monje y con mucho gusto aceptó
su oferta;
con un chasquido de sus dedos se hizo el texto.
Así el monje añadió el retrato
a toda página del diablo como muestra de su agradecimiento; otras versiones
sugieren que el mismo Lucifer firmó su obra mediante la adición del autorretrato.
Como dijimos, el análisis de la escritura indica
que un escriba, efectivamente compuso
todo el manuscrito. Los historiadores apuntan a una firma en el texto –
“Hermann inclusis” (“Herman el Recluso”) – como prueba de un autor solitario.
En definitiva nadie podía creer que tan magna tarea
hubiese podido ser realizada en tan corto periodo de tiempo y no se tardó en
rumorear que el joven monje, para cumplir su promesa, había solicitado la ayuda del mismísimo satanás, y que fue éste y
no el escriba el que escribió todos y cada uno de los caracteres del
manuscrito.
Mito y leyendas, lo cierto es que el Codex Gigas ha conservado su poder de
atracción hasta día de hoy.
De
un precio incalculable, ha sido codiciado por muchos y los intentos de
robo se han repetido a lo largo de la historia.
Temor y obsesión, quien sabe si con algún mensaje oculto o sobrenatural que todavía
permanece allí, esperando a que algún avezado lector se atreva a
descifrar las auténticas palabras del diablo.
Foros de la
Virgen María
No hay comentarios:
Publicar un comentario