domingo, 31 de julio de 2016

LA VERDADERA RIQUEZA


"Uno de entre la gente dijo a Jesús:

– Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

Jesús le contestó:

– Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?

También dijo:

– Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas.

Entonces les contó esta parábola:

- Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar:

- ¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!

Y se dijo:

- Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré:

- Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida. Pero Dios le dijo:

-Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?

Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios-"

 
Alguien se acerca a Jesús buscando justicia en un caso de herencia. Jesús aprovecha la ocasión para contar una parábola. Aquel hombre rico nos representa a la sociedad capitalista occidental. Representa nuestra sociedad de consumo, esa sociedad del bienestar que tanto anhelamos: "descansa, come, bebe y goza de la vida". No nos dice que el hombre haya obtenido sus riquezas ilícitamente. Nos dice, que aquel hombre es simplemente un necio. Ha malgastado su vida buscando las falsas riquezas; buscando la felicidad donde no está.

La primera lectura, del Cohelet, ya nos indicaba que todo es vanidad.

El rico es necio, porque buscando una riqueza que ha de abandonar, se ha olvidado de disfrutar de las pequeñas cosas, de vivir cada momento con plenitud...El rico es necio, porque lo que ha acumulado, se lo ha quitado a los demás. Mientras acumulaba, se ha olvidado de mirar a su alrededor y darse cuenta de que muchos otros, no tenían lo más imprescindible para vivir. El rico es necio porque no sabe que la verdadera riqueza, es dedicar su tiempo en jugar con sus hijos, en salir con ellos a la montaña o a la playa, y no en recorrer el mundo en viajes de negocios o de lujo. No sabe que verdadera riqueza es comer rodeado de sus hijos y no gastarse un dineral en un restaurante de moda. El rico es necio, porque no sabe que la verdadera riqueza es la que se comparte.
La verdadera riqueza está en el corazón. La que nos hace ricos ante Dios. Si todos los hombre tomáramos la decisión de compartir, no existiría la pobreza en el mundo. Hay quien se queja de los inmigrantes que cruzan el mar, sin darse cuenta que es porque nosotros acumulamos, por lo que ellos deben venir a buscar lo que les corresponde. ¿Qué hay detrás de todas las guerras? La economía. El abuso de unos sobre otros. El ansia de acumular...
La verdadera riqueza se esconde en un corazón sencillo que sabe amar, que se entrega, que saborea cada instante de la vida.

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