• Mateo 6,28-30:
La parábola de los lirios: el cuerpo vale más que el vestido. Jesús manda mirar las flores, los lirios del campo. ¡Con qué elegancia y belleza Dios los viste! “Si Dios los viste así, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
Jesús insiste en las cosas de la naturaleza, para que viendo las flores
y el campo, la gente recuerde la misión que tenemos: luchar por el Reino y crear una convivencia que pueda garantizar comida y
vestido para todos.
...Sería anti-evangélico decir a un padre de familia sin empleo, pobre, con ocho hijos y mujer enferma:"¡No ande preocupado con lo que va a comer y a beber!
Debe de haber una diferencia en la
vida de los que tienen fe en Jesús y de los que no la tienen.
Los que tienen fe en Jesús comparten
con él la experiencia de gratuidad de Dios como Padre, Abba. Esta experiencia de paternidad tiene que
revolucionar la convivencia. Tiene que engendrar una vida comunitaria que sea
fraterna, semilla de una nueva sociedad.
¿Por qué preocuparse del vestido y de
la salud?" (Mt 6,25.28).
Esto lo podemos decir cuando, al imitar a Dios
como Jesús, nos organizamos
entre nosotros para poder compartir, garantizando a los hermanos la sobre
vivencia.
El Reino pide una convivencia, donde
no haya acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan
lo necesario para vivir.
El Reino es la nueva convivencia fraterna, en la que cada persona se
siente responsable del otro.
Jesús, en Mateo 6,24-34, nos
invita a revisar la relación con los bienes materiales y trata dos asuntos de
distinto peso: Nuestra relación con el
dinero (Mt 6,24) y nuestra relación con la Providencia Divina (Mt
6,25-34). Los consejos dados por Jesús suscitan diversas preguntas de difícil
respuesta.
Por ejemplo, ¿cómo entender hoy la afirmación: "No puedes servir a Dios y al dinero” ? ¿Cómo entender la recomendación de no preocuparnos con la comida, la bebida y la ropa. (Mt 6,25)?
• Mateo 6,24: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
Cada cual tendrá que elegir. Tendrá que preguntarse: “¿Quién ocupa el primer lugar en mi vida: Dios o el dinero?”
De esto dependerá la comprensión de los consejos que siguen sobre la
Providencia Divina (Mt 6,25-34). No se trata de una opción hecha sólo con la
cabeza, sino de una opción de vida bien concreta que envuelve las
actitudes.
• Mateo 6,25: Jesús critica la excesiva preocupación con la comida y el vestido.
Esta crítica de Jesús provoca hasta hoy mucho espanto entre la gente,
pues la gran preocupación que tiene un padre, una madre de familia es la comida
y el vestido para los hijos.
El motivo de la crítica es que la vida vale más que la comida y el
cuerpo vale más que la ropa. Para aclarar su crítica, Jesús cuenta dos
parábolas: de los pajaritos y de las flores.
• Mateo 6,26-27: La parábola de los pajaritos: la vida vale más que la comida. Jesús manda mirar a los pajaritos. No siembran, no almacenan, y sin embargo tienen siempre algo que comer, porque el Padre celestial los alimenta: “¿No valéis vosotros más que ellos?”
Lo que Jesús critica es cuando la preocupación por la comida ocupa todo
el horizonte de la vida de las personas, sin dejar espacio para experimentar y
saborear la gratuidad de la fraternidad y de la pertenencia al Padre.
Por eso, el sistema neoliberal es
criminal porque obliga a la gran mayoría de las personas a vivir 24 horas al
día preocupándose por la comida y por la ropa, y produce en otra pequeña minoría
rica el ansia de comprar y consumir hasta el punto de no dejar espacio para
otra cosa.
Jesús dice que la vida vale más de
los bienes de consumo.
El sistema neoliberal impide la
vivencia del Reino.
• Mateo 6,28-30: La parábola de los lirios: el cuerpo vale más que el vestido. Jesús manda mirar las flores, los lirios del campo. ¡Con qué elegancia y belleza Dios los viste! “Si Dios los viste así, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
Jesús insiste en las cosas de la naturaleza, para que viendo las flores
y el campo, la gente recuerde la misión que tenemos: luchar por el Reino y crear una convivencia que pueda garantizar comida y
vestido para todos.
• Mateo 6,31-32: No ser como los paganos. Jesús retoma la crítica contra una excesiva
preocupación por la comida, la bebida y el vestido. Y concluye: “¡Son los paganos que se preocupan con todo
esto!”
Debe de haber una diferencia en la
vida de los que tienen fe en Jesús y de los que no la tienen.
Los que tienen fe en Jesús comparten
con él la experiencia de gratuidad de Dios como Padre, Abba. Esta experiencia de paternidad tiene que
revolucionar la convivencia. Tiene que engendrar una vida comunitaria que sea
fraterna, semilla de una nueva sociedad.
• Mateo 6,33-34: El Reino en primer lugar. Jesús apunta dos criterios: “Buscar primero el Reino” y “No preocuparse por el día de mañana”. Buscar en primer lugar el Reino y su justicia significa tratar de hacer la voluntad de Dios y permitir a Dios que reine en nuestra vida.
La búsqueda de Dios se traduce
concretamente en búsqueda de una convivencia fraterna y justa. Donde hay esta preocupación por el Reino, nace una
vida comunitaria donde todos viven como hermanos y hermanas y nadie pasará más
necesidad.
Allí no habrá más preocupación con el día de mañana, esto es, no habrá
más preocupación en acumular.
• Buscar primero el Reino de Dios y
su justicia.
El Reino de Dios tiene que ser el centro de todas nuestras
preocupaciones.
El Reino pide una convivencia, donde
no haya acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan
lo necesario para vivir. El Reino es la nueva convivencia fraterna, en
la que cada persona se siente responsable del otro. Esta manera de ver el Reino
ayuda a entender mejor las parábolas de los pajaritos y de las flores, pues
para Jesús la Providencia Divina pasa por la organización fraterna.
Preocuparse por el Reino y su
justicia es lo mismo que preocuparse por aceptar a Dios como Padre y ser
hermanos y hermanas de otros.
Ante el creciente empobrecimiento causado por el neoliberalismo
económico, la salida concreta que el evangelio nos presenta y que los pobres
encontrarán para su supervivencia es la solidaridad y la organización.
• Una lama afilada en la mano de un niño puede ser una arma mortal. Una lama afilada en la mano de una persona agarrada con cuerdas es arma que salva. Así son las palabras de Jesús sobre la Providencia Divina.
Sería anti-evangélico decir a un
padre de familia sin empleo, pobre, con ocho hijos y mujer enferma:"¡No
ande preocupado con lo que va a comer y a beber!
¿Por qué preocuparse del vestido y de
la salud?" (Mt 6,25.28).
Esto lo podemos decir cuando, al imitar a Dios
como Jesús, nos organizamos
entre nosotros para poder compartir, garantizando a los hermanos la sobre
vivencia.
El Reino pide una convivencia, donde
no haya acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan
lo necesario para vivir. El Reino es la nueva convivencia fraterna, en
la que cada persona se siente responsable del otro.
De lo contrario seríamos como los
tres amigos de Job, para defender a
Dios, contaban mentiras sobre la vida humana Sería como “disponer de un huérfano y traicionar a un
amigo” (Job 6,27).
En boca del sistema de los ricos, estas palabras
pueden ser armas mortales contra los pobres.
En boca del pobre, pueden ser una
salida real y concreta para una convivencia mejor, más justa y
más fraterna.
• ¿Cómo entiendo y vivo la confianza
en la Providencia Divina?
• Como cristianos tenemos la misión
de dar una expresión concreta a aquello que nos anima por dentro.
¿Cuál es la expresión que estamos
dando a nuestra confianza en la Divina Providencia?
Mi lengua proclama tu promesa, pues justos son tus mandamientos.
Acuda tu mano en mi socorro, pues he elegido tus ordenanzas. (Sal
119,172-173)
Al copiar este artículo favor
conservar o citar la Fuente: EL CAMINO HACIA
DIOS
www.iterindeo.blogspot.com
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