viernes, 31 de mayo de 2013

MENSAJE DEL CIELO A NUESTRO GRUPO DE ORACION – VIERNES 31 DE MAYO 2013


NUESTRA MADRE SANTISIMA: Que la paz este con ustedes, buenas noches queridos hijitos, los tengo en mi corazón, bajo mi manto los amparo, ustedes son mis hijitos, mis pequeños niños, que a veces no entienden, que a veces son tercos, a veces su corazón es duro y no se dejan llevar, ni saben escuchar y se vuelven como niños con rabieta, pero yo los veo con AMOR mis queridos hijitos y como siempre les pido que no dejen de orar.

Esta es una tierra que va a dar mucha pelea, que no va a caer fácil, porque ustedes… toda esta tierra, su patria ha sido consagrada a mi corazón, ustedes van a dar dura pelea a todo lo malo que se viene, que se vive en este mundo, que está lleno de oscuridad, ustedes conocen la verdad, conocen a mi Hijo, no se olviden de EL nunca, en cada momento, bajen su cabeza, propónganse a orar, YO aliviare tus penas en este momento, para que mi querido Hijo, hoy te sane y te salve y seas libre de esas cadenas… «OH DIOS BUENO Y BENDITO, AQUÍ TE DOY A MIS HIJITOS, ESOS CORAZONES BUENOS, ELLOS ESTAN DISPUESTOS PADRE SANTO Y TE PIDO MI QUERIDO HIJO QUE LOS VEAS CON CARINO Y MISERICORDIA, PERNONES SUS PECADOS, HAZLO POR MI, PORQUE TE AMO Y LOS AMO, AQUÍ TE ENTREGO ESTOS CORAZONES DOCILES QUE SIEMPRE YO PROTEGERE PARA QUE ELLOS PUEDAN VERTE Y TU LUZ SEA PARA ELLOS UNA VIDA NUEVA»

Mi querido Hijo, siempre que respondes a mi llamado, aquí están mis hijitos, hermanos tuyos, pidiendo y rogando por ti, eres el Cuerpo y la Sangre, eres la Luz de esta vida, eres la Luz de su vida, perdónalos, ten Misericordia de ellos.

NUESTRO SENOR JESUS: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, el camino que ustedes andan, que a veces están llenos de espinas, no de rosas, mas merito tienen las espinas y al final viene el premio que es la rosa.

Todos tienen una Cruz… ese es su premio aunque hoy no lo entiendan, conmigo a su lado todo será posible y nunca se les somete a un Yugo mayor al que ustedes pueden soportar, soy la verdad porque en MI no hay ninguna tiniebla, todo es claro y limpio, YO conozco todo lo que ustedes viven, todos sus pensamientos, sentimientos y acciones, están ante mí con gran claridad… sé que son débiles, sé que caen, sé que a veces se desesperan, sé que a veces son indiferentes… YO lo sé todo, pero los AMO infinitamente y mi AMOR es más grande que todas sus caídas y que todas sus indiferencias, y nunca jamás dejare de acogerlos cuando con sinceridad se acerquen a MI, y soy la Vida, la vida que se entrega a través de un pedazo de pan humilde, sencillo, ante los ojos del mundo algo pequeño y casi despreciable, Yo quise quedarme así y así puedo quedarme en ustedes si ustedes lo quieren… cuanto los anhelo queridos hijos… cuanto los anhelo y cuanto me ignoran tantas veces, agradezco a todos los que tratan de recibirme diariamente, porque ellos saben que mi presencia en mi corazón transforma su vida y su mente, hace que vean con claridad las cosas, hacen que el Espíritu los guie fácilmente, tienen un regalo maravilloso, obra del Padre Celestial que con AMOR todo los días les brinda la vida y todo lo que ustedes tienen y poseen, agradézcanle infinitamente su Amor y su Misericordia, las comuniones que tengan serán su fortaleza, no lo olviden, no lo desprecien, hoy les doy mi bendición que nace del fondo de mi corazón para ustedes, con todo mi AMOR incondicional y por siempre eterno… En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amen.

HNO. JOSE: Podemos ir en paz…

TODOS: Demos gracias a Dios y a nuestra Madre Santísima.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos – Sí Señor

José Miguel Pajares Clausen

jueves, 30 de mayo de 2013

LA TRAMPA


Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó qué tipo de comida podía haber allí.

Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones. Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos: Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!”

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo:

-”Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, ni me incomoda”.

El ratón fue hasta el cordero y le dijo:

-”Hay una ratonera en la casa, una ratonera!”

-”Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.”

El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le repitió lo mismo.

-”¿Acaso estoy en peligro? Pienso que no” – dijo la vaca.

Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente mordió a la mujer.

El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.

Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa.

El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero.

La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

“La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que, como no es tuyo, no debes prestarle atención … ¡piénsalo dos veces!

Romanos 12:15

Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

Gálatas 6:2

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

INMA SHARA Y CÓMO LA MÚSICA ACERCA AL HOMBRE HACIA DIOS: «LA BELLEZA TE GUÍA A LA VERDAD»


Una de las grandes directoras de orquesta y católica.

La joven directora española dice estar orgullosa de ser católica y defiende su educación religiosa. Ante el hedonismo, propone los valores de la música.

“La Belleza salvará al mundo”. Esta célebre cita que aparece en la obra ‘El Idiota’ de Dostoievski define como en la búsqueda de lo trascendente el ser humano tiene un fiel aliado en las distintas artes pues elevan al hombre al conocimiento de la grandeza del Creador.

La música es, sin duda, uno de estos instrumentos y que a lo largo de la historia ha ayudado a muchos a hallar esta Belleza a través de las notas y acordes. Las Escrituras están llenas de música. Muy consciente de ello es Inma Shara, una de las directoras de orquesta más relevantes del mundo. Esta joven española ha dirigido en los mejores escenarios y ante el público más entendido pero siempre sin olvidar esta doble dimensión que tiene la música.

LA MÚSICA ROZA EL MISTERIO

Católica convencida y valiente, expresa su fe con naturalidad y define la música como un instrumento más que valido para llegar a Dios. Inma Shara asegura que “la música revela la belleza interior del hombre. A veces puede expresar el dolor. Pero incluso en sus acordes más dolorosos, la música sublima el sufrimiento en belleza”. De hecho, va más allá y asegura que “la música, mediante un lenguaje no racional, puede rozar el misterio con más profundidad que cualquier filosofía”.

Por ello, no duda siempre que puede en recordar palabras de Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre la música, ambos grandes amantes de ella. Así, la joven directora vasca incide que la música acompaña a la experiencia espiritual y permite ser un medio de conexión entre el hombre y Dios. Por ello, recuerda la carta que el ahora Beato escribió a los artistas en 1999 y en la que afirmaba que “la belleza es la llave que nos abre al misterio y a la llamada de la trascendencia”.

SU MEJOR REGALO, TOCAR ANTE BENEDICTO XVI

Ella misma tuvo la ocasión de dirigir en el Vaticano ante Benedicto XVI. Fue en 2008 para conmemorar el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. Afirma que aquel momento fue “el mejor regalo de mi vida”. Ahí quedaba unida su condición de música y creyente. “A ratos sentía que no era yo quien dirigía sino Dios quien me dio el don para hacerlo”, afirmaba.

“Dios ocupa un lugar primordial en mi vida y está clarísimo que en mi día a día la religión es algo importante”. Esta es su declaración de intenciones. “Soy católica, lo he recibido desde mi niñez y así lo he mantenido en mi vida. Para mi es algo tan consustancial a mí como mi propio brazo”.

Al igual que en su faceta profesional, Inma Shara es muy clara y directa a la hora de expresarse sobre sus creencias. “Tengo la fe muy clara. Me siento orgullosa de ser católica. Para mí la fe es un camino de comportamiento, es un camino de ética y de amor, en definitiva. ¿Por qué avergonzarse de serlo?”.

LA FAMILIA Y LA IGLESIA, CLAVES EN SU VIDA

Para esta exitosa directora hay dos aspectos en su vida que han sido claves: su familia y su educación. “Doy gracias a mis padres por mi educación, por mi educación religiosa, por los valores, por la capacidad de sacrificio y de disciplina. Con el paso de los años se ve el desarrollo de capacidades y se aprende a valorar lo que tienes”.

Así, presume orgullosa que primero acudió a un colegio de religiosas italianas y más tarde a uno de josefinos. De ellos, dice haber recibido valores y comportamientos éticos, algo que en este momento, cree Inma Shara, falta en nuestra sociedad.

De este modo, aboga por la necesidad de una vuelta de los valores cristianos a la sociedad de hoy. “Estamos creando modelos de felicidad erróneos, basados en la cantidad y no en la calidad. Vivo de un lenguaje universal y aprendes a crear puentes afectivos y sabes que te llena de todo corazón. Y esto reordena tus prioridades. Pero ahora estamos sometidos a unos impulsos y modelos de felicidad equivocados: belleza absoluta, cuanto más tienes más feliz eres…hay que retroceder y reordenar las prioridades de nuestra vida. Vivimos objetivos que no son realistas y esto genera que haya personas insatisfechas, inconformistas e inseguras”.

LUCHADORA CONTRA EL HEDONISMO Y EL RELATIVISMO

Ante esto, Inma Shara cree que “el objetivo es vivir día a día con intensidad porque cuando ponemos todos nuestros objetivos en cosas materiales de alguna manera somos personas frustradas”.

Y su trabajo, su formación y la música le ayudan en esto. “La música te forma mucho como ser humano. Es una belleza en sí misma y te envía mensajes de serenidad”. En su opinión, este arte no deja de ser un “referente de comportamiento ético pues estamos muy tentados por el hedonismo”. Sin embargo, “existen valores que te descubren y te hacen sacrificarte. La música te guía y te hace que parezca un sueño, parece que estás en el cielo”.

Como música, y amante profunda de este arte, Shara propone esta vuelta a la esencia y a la belleza. “Es ahora, en época de crisis, cuando más tenemos que reflexionar sobre la sociedad que hemos creado, con mucha, mucha información, pero con muy poca formación ética. Es ahora cuando tenemos que poner en duda si la ‘cantidad’ y el consumismo voraz son las claves de la felicidad. Es en esta época de crisis cuando .

Javier Lozano / ReL

SEÑALES A LO LARGO DEL CAMINO


Cuando nos sentimos perdidos en la vida, las historias de la Biblia están allí para conducirnos hacia Dios en medio de la niebla.

¿Sabía usted que antes de que existiera el término "cristiano", los creyentes eran conocidos como los seguidores del Camino (Hch 11.26; 9.2)? Fue un nombre bien elegido, porque implicaba dos características del naciente movimiento, que lo distinguían: el camino de la salvación que Jesús mismo es, y el modo o camino de vida que Él llama a sus discípulos a seguir (Jn 14.6; 13. 15).

El nombre "El Camino" evoca la imagen de una carretera, o de una senda que tomamos en la vida, pero sugiere también una historia. A medida que viajamos con Cristo, estamos viendo una historia, una narración que a veces incluye remolinos y cascadas; otras, una suave ondulación; y otras, un gran dramatismo.

El problema es que no siempre sabemos qué pensar de lo que nos ha pasado. ¿Cómo "leemos" la compleja historia de nuestras vidas e interpretamos con exactitud lo que Dios ha hecho y está haciendo? Al recorrer el Camino, encontramos que, por lo general necesitamos señales que nos guíen al siguiente trecho del viaje, adentrándonos más en la narración.

Por eso es tan importante conocer la historia de la redención de Dios, conservada en la Biblia, porque nos ayuda a conocer mejor nuestra propia historia. En particular, podemos recurrir a los relatos de hombres y mujeres fieles de la "gran nube de testigos" (He 11), para ver nuestras vidas a la luz de la verdad divina. Ellos nos recuerdan que hay, efectivamente, un camino que podemos seguir cuando todo parece perdido.

Considere las historias que siguen, y observe cómo funcionan como señales. La lista que sigue apenas escarba la superficie de las muchas historias que hay en la Biblia, y el potencial que tienen ellas para guiarnos en nuestra propia peregrinación con Dios.

Aunque dude de que hay un camino más adelante, Dios está obrando.

SEÑAL # 1

Tomemos, por ejemplo, la historia de Sara y Abraham, dos personajes en la historia del plan redentor de Dios. El Señor se les apareció y les prometió que, por medio de su simiente, Él crearía una nación y bendeciría al mundo (Gn 12.2, 3; 15.1-6). Pero pasaban los años, y Sara seguía siendo estéril. Sin embargo, el Señor nunca les dijo que había cambiado de idea.

Muchos años después, el Señor anunció a Abraham que su esposa concebiría y daría a luz un hijo, a pesar de que ella tenía más de noventa años de edad. Al escuchar accidentalmente la conversación, Sara se rió con incredulidad, como si se dijera sarcásticamente a sí misma: ¿Puedo realmente esperar experimentar tanto gozo a estas alturas de la vida? El Señor sabía que ella se había reído y le preguntó por qué. Después añadió: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil?" (Gn 18.14).

Sara se rió porque, dadas sus circunstancias, no podía imaginarse cómo podría Dios cumplir su promesa. No tenía ni idea de que en el momento de su mayor duda y cinismo, el Señor estaba a punto de hacer un gran milagro. El resultado fue que la oscuridad de su incredulidad estaba por dar paso a la luz de un amanecer glorioso.

Aunque usted se sienta olvidado, la historia no ha terminado.

SEÑAL # 2

Piense en la historia de José (Gn 37; 39-47). ¿Qué significó para él ser traicionado por sus hermanos? ¿Ser vendido como esclavo? ¿Ser encarcelado por respetar y tratar de proteger la honra de la esposa de su amo? Su sufrimiento duró mucho más de lo que podemos imaginar.

Un pequeño incidente en particular me hace pensar en la clase de experiencia que puede destrozar a cualquier persona. Según cuenta la historia, dos hombres de la corte de Faraón, el copero y el panadero, fueron encarcelados por alguna falta que cometieron. Ambos tuvieron sueños tan confusos, que no tenían idea de cómo interpretarlos. José se dio cuenta de lo turbados que parecían los hombres, y les preguntó la causa de su intranquilidad. Cuando le contaron al joven hebreo sus sueños, se sorprendieron al descubrir que Dios le había dado a José la capacidad de interpretarlos. En cuanto al sueño del copero, predijo un resultado favorable; sobre el del panadero, un final adverso. Entonces le imploró al copero que lo recordara una vez que su posición de autoridad ante Faraón le fuera restituida. Pero el copero se olvidó de su promesa, y José siguió en la prisión.

Eso debió de haber sido muy desalentador y frustrante para José, quien pudo haber renegado de Dios allí mismo. Se había mantenido fiel, pero ¿dónde estaba la evidencia de la fidelidad de Dios? ¿Por qué seguir confiando en Él?

José no sabía nada del futuro, por supuesto. No tenía la menor idea de lo que habría más allá en el camino: los años de abundancia y de hambre en Egipto; el sueño inquietante de Faraón; el papel supervisor de José en el acopio y la distribución del trigo que más tarde salvaría a Egipto; su reconciliación con sus hermanos, y su gozoso reencuentro con su padre. José tuvo que tomar una decisión: confiar en Dios o abandonar la fe. Eligió permanecer en la historia, aunque su oportunidad de liberación parecía haberse desvanecido.

Si José hubiera sido puesto en libertad cuando tenía la esperanza de que eso sucediera, la historia habría resultado buena para él, sin duda, pero solamente para él. Con toda probabilidad, él jamás habría visto a sus hermanos y a su padre otra vez; nunca habría asumido una elevada posición de responsabilidad en la corte; nunca habría salvado a toda una nación del hambre. Ese habría sido el precio de un final prematuro. Una vez más, esta historia sirve como señal. Al igual que Sara, José fue llamado a creer en que el Señor estaba obrando cuando había poca o ninguna evidencia de ello. José se mantuvo en el camino de Dios.

Aunque su lucha parezca ser en vano, Dios mismo será su recompensa.

SEÑAL # 3

La historia de Job comienza en una escena terrenal. Es rico y poderoso; tiene su esposa y varios hijos; es compasivo y generoso, un modelo de fe. Entonces, la escena cambia abruptamente. En la corte celestial, Satanás desafía a Dios con el argumento de que Job era bueno y fiel porque Dios le había facilitado las cosas. Satanás quiso poner a este hombre a prueba, y Dios le permitió que le quitara la riqueza, luego a sus hijos, y finalmente su salud (Job 1¬2).

Lo único que le queda a Job es su dolor. Se sienta sobre un montón de cenizas, donde se lamenta, se rasca sus úlceras, y anhela llevar su queja ante el Señor. Cuando tres amigos visitan a Job para consolarlo, se atreven a explicarle por qué ha sufrido tanto: le dicen que es porque ha hecho algo para merecerlo. Su esposa le dice que maldiga a Dios. Job clama en su agonía y desesperación al Señor, y desea estar muerto. Pero rechaza las explicaciones de sus amigos, y se niega a maldecir al Señor (Job 3¬6).

Entonces Dios le habla a Job desde un torbellino, para demostrarle con absoluta autoridad que Él es Dios ¬trascendente, poderoso y sabio. Job está simplemente abrumado por esta experiencia y, al final, se rinde y confiesa haber hablado de asuntos que no entendía (Job 38¬42).

Todo esto puede parecernos injusto, principalmente porque no hemos vivido la experiencia, pensando de manera abstracta acerca de Dios, como lo hicieron los amigos de Job. Fue Job quien experimentó pérdidas catastróficas concretas. Por otra parte, fue Job quien experimentó la gloria de Jehová, quien vino a él de una manera concreta. Es por eso que, cuando vemos su historia, tenemos que imaginar lo que debió haber sido para Job tener ese encuentro con el Dios verdadero, y esa fue la razón por la que él no tuvo más preguntas que hacer. Porque, cuando una persona descubre que Dios es un ser real y glorioso, encuentra que Él es la respuesta a todas las preguntas. La recompensa de Job no fue la restauración de sus medios de subsistencia y de su familia (aunque le fueron dados esos regalos); su verdadera recompensa fue nada menos que Dios mismo.

Esta es la razón por la que la historia de Job puede ser una señal: Job luchó. Pero, de alguna manera, siguió adelante con fe, hasta dónde pudo, y el Señor se le apareció. Entonces, todas sus quejas y todas sus preguntas se transformaron en admiración: "Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía… De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven" (Job 42.3-5).

El Camino es duro y angosto, dice Jesús. Pero también nos asegura que su yugo es fácil, y ligera su carga (Mt 7.14; 11.30). Puede ser que nos resulte más fácil vivir en esta tensión si nos detenemos a leer las señales a medida que avanzamos. Las dificultades enfrentadas por Sara, José y Job nos recuerdan que aunque ellos sufrieron como nosotros, se mantuvieron en el Camino y tuvieron la experiencia de ver cumplido el plan redentor de Dios. Nosotros, también, que estamos rodeados por una gran nube de testigos, podemos despojarnos de todo lo que nos asedia, y seguir adelante, mirando a Jesús mismo, quien es el autor y consumador de nuestra fe.

Por Jerry Sittser

ISAAC EL SIRIO


Isaac el Sirio fue un Anacoreta. A pesar de que se le considera nestoriano, en sus escritos no entra en polémicas teológicas, por lo que la Iglesia Ortodoxa lo considera uno de sus santos.

Releyendo la Filocalia, he encontrado esta oración suya que me ha impactado:

"Haz que iluminado por el Espíritu, y a través de tu amor, mi vida esté ebria hasta que tu misericordia se haga hombre en mí. ¡Amén!¡Amén!"

En dos líneas nos explica lo que es la verdadera vida espiritual, la auténtica mística:

El Espíritu ha de transformar de tal manera nuestra vida, "emborracharnos" de Él, hasta que la misericordia de Dios, el Amor, se encarne en nosotros. Adentrarnos de tal manera en la contemplación, que seamos para los demás Amor de Dios encarnado.

¿Ven los demás en nosotros el Amor de Dios?

Ese ha de ser nuestro camino espiritual.

Joan Josep Tamburini

EN QUÉ SENTIDO ES SACRIFICIO LA EUCARISTÍA


Sobre la Eucaristía como sacrificio se ha indagado y discutido con fervor y se ha escrito sin tasa. Parece pedirlo la importancia del tema y la dificultad de explicar en qué sentido es sacrificio la eucaristía, en qué relación se encuentran las múltiples celebraciones, todas y cada una, con el sacrificio único e irrepetible de Cristo en la cruz. Mi tarea es modesta: ofrecer algunas reflexiones bíblicas sobre el tema, para enriquecer nuestra participación.

1. SC/OFRENDA: La comunidad de Israel elabora un sistema complejo y diferenciado del culto, que da origen también a una terminología diferenciada. Lo primero es distinguir entre sacrificio y ofrenda (zebah y minha): en el primero se ofrece una víctima animal, en el segundo se ofrece pan o harina, preparados en formas diversas, y acompañados, según los casos, de aceite, sal, vino… Partiendo del ofertorio, nuestros dones se parecen más a la «ofrenda» que al sacrificio. La palabra minha significa tributo, o sea, la entrega del vasallo al soberano: es a la vez acto de reconocimiento y aportación. Nuestros dones sólo pueden expresar reconocimiento, no aportan nada a Dios. La palabra zebab significa matar un animal para la comida, y el sustantivo puede significar banquete. Este aspecto aparece en nuestro banquete eucarístico. SC-DE-COMUNION: Otra distinción importante se hace entre holocausto Y sacrificio de comunión, \\’óla y zebah selamim. En el primero se quema la víctima entera (\\’ola viene de la raíz \\’LH = subir: ¿porque sube al altar o porque sube a lo alto en forma de humo y aroma?); la ceniza se echa en un vertedero especial. En los sacrificios de comunión, una parte pertenece al Señor: la sangre se derrama en torno al altar; la grasa y otras partes se queman; la carne se asa y reparte entre los participantes o comensales del banquete sacro. Nuestra eucaristía reproduce rasgos de ambos tipos. La entrega total de Cristo al Padre es como un holocausto; metafóricamente, «se quema» y asciende como aroma hacia el Padre. Por su muerte libremente aceptada, «se ha quemado»; a partir de ella subirá glorificado al Padre (ascensión = subida = \\’ola). A partir de esa glorificación puede comunicarse a los suyos en banquete sagrado. Nuestra Eucaristía desemboca en un banquete, por lo que se parece mucho a los sacrificios de comunión del AT. Los sacrificios de ambos tipos se ofrecen en circunstancias diversas y con varías finalidades. Está, por ejemplo, el sacrificio de alianza: es un sacrificio de comunión y un holocausto; la sangre se reparte rociando el altar y al pueblo, la carne se come en banquete sagrado. Así queda «sellado el pacto con un sacrificio» (Sal 50). Nuestra Eucaristía es explícitamente sacrificio de «la nueva alianza», sellada con la sangre de Cristo y rubricada también con el banquete de su cuerpo que nos hace comensales de Dios. También se ofrecen sacrificios para «expiación de pecados»; el más importante es el que se ofrece el día de la expiación (yom kippur). Nuestra Eucaristía lo menciona expresamente: «será derramada por vosotros y por todos para el perdón de los pecados». La liturgia penitencial queda vinculada al banquete eucarístico. Lo precede, porque nadie que esté manchado debe sentarse a esta mesa; por otra parte, el banquete compartido ratifica la reconciliación. Dando un paso más, me atrevería a decir que el sacrificio de la cruz, en cuanto expiación, está ordenado a la Eucaristía en cuanto banquete. Otra finalidad puede ser la acción de gracias (Lv 7, 12): es obvio que en este grupo entra la Eucaristía, como lo indica el nombre, que significa acción de gracias (beraka). Aunque no se trate de sacrificios, vale la pena recordar aquí la ofrenda de primicias (Dt 26). Siendo Cristo primicia de la creación, primogénito de la humanidad y de los resucitados (véanse: 1 Cor 15, 20; Rm 8, 29; Col 1, 15.18), se sigue que en la Eucaristía ofrecemos al Padre nuestra primicia absoluta.

La pluralidad cúltica del AT nos sirve para iluminar aspectos diversos de nuestra celebración.

2. Toda esa institución queda de algún modo relativizada por otra serie de textos que ahondan en su sentido profundo o lo trasladan a otros actos.

SC-HUMANOS: Ante todo, el sacrificio humano, conocido en la antigüedad y en varias culturas. El AT es categórico contra los sacrificios humanos (solían ser de niños primogénitos, «primicias de la virilidad»): Lv 20, 2; Dt 12, 30s; 2 Re 16, 3; 17, 31; 23, 20; Sal 106.37s; Jr 7, 30ss; 19, 3ss; Ez 16. 20; Sab 12, 4s. Sobre esa condenación unánime destaca el llamado sacrificio de Isaac. Legalmente es el primogénito; el rito se practicará del modo prescrito, es decir, la víctima es matada y después quemada en la pira. Holocausto, entero para Dios. ¿Lo rechaza Dios? -Lo sustituye por un animal. Es decir, Dios acepta como sacrificio de Abram lo que buscaba: la sumisión y entrega personal del patriarca. En cuanto a su expresión externa, se consuma en una víctima animal. Definitivamente quedan abolidos los sacrificios humanos. Con todo, la tradición unánime ha aplicado este pasaje al Padre y a Cristo, como si Dios aceptara al final lo que rechazó un tiempo: un sacrificio humano. Hay que leer con distancia crítica. Si la muerte de Cristo es sacrificio, no sigue el ritual del culto, antes lo contradice. Un «criminal» colgado de un patíbulo es abominable a Dios (Dt 21, 23). La forma parece negación punto por punto del ritual: no templo, sino colina de ajusticiados; no altar, sino cruz ignominiosa; no animal perfecto, sino hombre condenado; tampoco puede haber ni combustión ni banquete. Y con semejante negación ritual parece salvarse el sentido auténtico del sacrificio, que es reconocimiento y entrega.

No voy a hablar aquí de la polémica profética contra sacrificios ofrecidos en situación de injusticia o producto de ésta. Selecciono dos textos clásicos que intentan una corrección o ampliación del sentido del sacrificio. Uno es el Salmo 51, que sería necesario explicar unitariamente con el precedente, como dos tiempos de una liturgia penitencial (véase mi libro Treinta Salmos, págs. 189-230). Entresaco tres versos:

50,14: Sea tu sacrificio a Dios confesar tu pecado.

23: Confesar el pecado es sacrificio que me honra.

51,19: Sacrificio para Dios es un espíritu quebrantado.

Con la confesión compungida el hombre se humilla ante Dios, el cual acepta esa actitud profunda como sacrificio valioso, que le honra. A la víctima de la Pascua no se le ha de «romper=quebrantar» ningún hueso; un espíritu o conciencia «quebrantado» por el arrepentimiento es sacrificio que Dios acepta. Cristo no puede confesar pecados propios; puede solidarizarse con los hombres pecadores y entregarse compasivamente por ellos. Entrega que puede tener valor sacrificial, según los textos aducidos. El salmo 40 nos ofrece unos versos que cita y comenta la carta a los Hebreos 10, 5-10:

40, 7: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas; en cambio, me abriste el oído; no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;

8: entonces yo digo: «Aquí estoy»,

9: porque está escrito en el libro que cumpla tu voluntad.

Dios mío, lo quiero, llevo tu ley en las entrañas.

La plena aceptación del designio concreto de Dios sobre la persona equivale a un sacrificio de sí mismo; y sustituye con creces a holocaustos, sacrificios y ofrendas. La entrega plena de Cristo al designio del Padre, hasta la muerte, hasta la muerte en cruz, es sacrificial en sentido profundo, y puede abolir y sustituir con creces todos los sacrificios precedentes. Pues bien, esa oferta y entrega de Cristo al Padre, la ofrecemos nosotros como sacrificio eucarístico. Sólo podemos unirnos a él si asumimos el designio de Dios sobre nosotros, sacrificando también nuestro radical interés y egoísmo. No es difícil entroncar este texto con el mencionado de Abram, y también con la conocida advertencia de Samuel a Saúl, 1 Sm 15, 22: «Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros». La diferencia consiste en que el salmo 40 no compara o, si lo hace, es para afirmar el sentido profundo de unas prácticas desvirtuadas.

3. De nuestra cultura. Este dato no es propiamente bíblico, aunque entronca con un aspecto del pensamiento de Israel. En muchas lenguas modernas se llama «sacrificio» a cualquier renuncia que una persona hace por un valor superior. Es frecuente este uso cuando se refiere al bien de otros.

María Moliner define: «Renunciar a algo o imponerse una privación o un trabajo para beneficiar a otro… ». «Los padres se sacrifican por los hijos», «es una profesión muy sacrificada», etc. Una primera reacción puede considerar tal uso como un secularizar lo sacro: se llama sacrificio sin ser sagrado. Una reflexión atenta nos hace descubrir un aspecto muy valioso del sacrificio de Cristo y de su celebración eucarística.

En efecto: no se trataba solamente de una formalidad, de someterse al designio del Padre fuera el que fuera; el contenido contaba también. El designio del Padre es que su Hijo se sacrificara por los hombres: «por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo… padeció y murió».

El AT conoce la idea de un personaje inocente que padece por causa y en beneficio de otros (Is 53), pero no lo llama sacrificio. En cambio, la carta a los Hebreos, que trata ampliamente el tema del culto judío y cristiano, aconseja:

Hb 13, 15: Por medio de Jesucristo ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de labios que bendicen su nombre. 16: No os olvidéis de la solidaridad y de hacer el bien, que tales sacrificios son los que agradan a Dios.

Los labios que «bendicen» (beraka) «ofrecen un sacrificio de alabanza», y hacer el bien es «sacrificio» que Dios acepta. Hay aquí una notable concentración de lenguaje cúltico. No vale minimizarlo con pretexto de que son metáforas, pues puede suceder que esa práctica cristiana merezca el nombre de sacrificio mejor que prácticas puramente rituales.

Creo que este aspecto del sacrificarse por el prójimo, junto a otros aspectos más bíblicos, nos ayuda a comprender la Eucaristía como sacrificio.

4. Los dos momentos. Podemos observar en todo sacrificio un momento de destrucción y otro de exaltación. Quemar y elevarse vuelto aroma; renunciar a un bien y verlo aceptado por aquel a quien estimamos sumamente; sacrificarse y ver con-sagrado, o sea, sacarlo de mi esfera humana e interesada y verlo transportado a la esfera divina.

Lo primero es realidad y expresión. El israelita degüella la víctima, la quema sobre la leña del altar, y con ello expresa su aniquilamiento ante Dios, reconoce que su entero ser viene y depende y es de Dios. No algo que posee, sino él mismo; o él mismo que se posee por la conciencia y libertad. Se da como un holocausto interior que se expresa en el holocausto real de la víctima ofrecida. El hombre se siente «polvo y ceniza» (Gn 18, 27; job 30, 19; 42, 6): el polvo que era antes de ser hombre, la ceniza en que acaba una combustión. En ese reducirse espiritualmente a polvo y ceniza, el hombre se abre a la transcendencia y es arrastrado por Dios. Como la víctima aceptada en forma de aroma (reh niboh: Gn 8, 21; frecuente en Lv y Nm).

El hombre, o la comunidad humana, busca relaciones estables con la divinidad; o mejor, Dios se adelanta a ofrecerlas. Dios se compromete libremente, soberanamente; el hombre acepta libremente. Vamos a sellar o marcar el compromiso. El hombre pone su vida a disposición, al servicio de Dios; la vida que está en la sangre. Y lo expresa derramando y ofreciendo la sangre de una víctima. Dios la recibe y consagra, y con ella marca las dos partes: marca el altar, que es su mesa exclusiva, y marca al pueblo rociándolo (Ex 24, 5-8). Se lee en voz alta el documento del pacto, se pronuncia en voz alta la aceptación, y el pacto queda sellado con sangre de sacrificio. En la nueva alianza cumple esa función la sangre de Cristo, ofrecida al Padre en la cruz y a los hombres en la Eucaristía.

El «aliado» de Dios quiere ser anfitrión y comensal de Dios. Para ello «sacrifica» alguna posesión valiosa (una parte de su ganado, por ejemplo). De este modo anula su valor útil, renuncia a su posesión y se la ofrece gozosamente a la divinidad, que la acepta. En ese punto queda consagrada, no puede destinarse a usos profanos. Aquí sí que vale más la voluntad que el don; porque Dios no se va a alimentar de esas ofrendas: «¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de machos cabríos?» (Sal 50, 13). Al aceptar con agrado la voluntad y el gesto del hombre, Dios establece una comunicación o comunión. En ese sentido se hace invitado, comensal del hombre. Porque Dios no se alimenta; o se alimenta de sí mismo, porque su ser es la plenitud sin límites. (Notemos que el espíritu humano puede alimentarse y enriquecerse con su pensar y sentir y querer). El hombre quiere ser también comensal de Dios, como consecuencia de haber invitado a Dios; esto puede suceder sólo por una comunicación-comunión de Dios, la cual se expresa invitando al banquete de la víctima sacrificada.

En el Nuevo Testamento el sacrificio de comunión es la Eucaristía. Hay una renuncia del hombre a los dones, como expresión. Hay sobre todo una renuncia total de Cristo como víctima. Sólo atravesando ese momento, puede Cristo comunicar su nueva vida consagrada, y lo hace consagrando los dones ofrecidos. Aquí retorna el momento de la glorificación. Es el momento correlativo de la anulación de la muerte. Es además la condición para comunicarnos su vida, cosa imposible antes: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne…? Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?» (jn 6, 52.60). La glorificación es como un vértice: correlativo de la muerte y correlativo de unos dones. Participando del banquete, también la comunidad queda consagrada. Renunciando a su vida puramente biológica, puede participar de la vida de Cristo y hacerse cristiana. Este es el sacrificio de comunión.

5. Fórmulas litúrgicas. Repasemos ahora cómo se formula este aspecto en los textos de la nueva liturgia. Es común a todos, como parte del llamado ofertorio, esta invitación y respuesta:

«Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre Todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.»

Dos veces se llama sacrificio; se indica la oferta y la aceptación; se indica su doble finalidad (con algo de alianza) para Dios y para los hombres; se afirma su sentido eclesial.

Todas las fórmulas, al referirse expresamente a la muerte y resurrección o al misterio pascual, implican el tema del sacrificio El primer prefacio de la Eucaristía resume con admirable concisión lo más importante:

«El cual, al instituir el sacrificio de la eterna alianza, se ofreció a sí mismo como víctima de salvación y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya. Su carne, inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece; su sangre, derramada por nosotros, es bebida que nos purifica.»

La anáfora primera pide «que aceptes y bendigas estos dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos»; Y lo repite en forma afirmativa después de la narración de la institución: «el sacrificio puro… pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación».

La anáfora segunda lo expresa de otro modo, que resultará claro a la luz de las explicaciones precedentes:

«El, en cumplimiento de tu voluntad… extendió sus brazos en la cruz… El cual, cuando iba a ser entregado a su pasión, voluntariamente aceptada …»

La anáfora tercera suena:

«Te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo… reconoce en ella la víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad… Esta víctima de reconciliación… »

De la anáfora cuarta cito:

«Para cumplir tus designios, él mismo se entregó a la muerte, y resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida… te ofrecemos su Cuerpo y Sangre, sacrificio agradable a ti…»

Es peculiar de esta plegaria eucarística el vincular, como dos víctimas, a Cristo y a su Iglesia:

«Dirige tu mirada sobre esta víctima que tú mismo has preparado a tu Iglesia, y concede, a cuantos compartimos este pan y este cáliz, que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos con Cristo víctima viva para tu alabanza.»

Ahí resuena la enseñanza antes citada de la carta a los Hebreos. El sacrificio eucarístico que celebramos nos inculca el sentido de sacrificio que tiene la vida cristiana, en su doble vertiente de renuncia y consagración.

6. Voy a recoger y completar los datos propuestos. El sacrificio de Cristo es el despojo total de sí para ofrecerse íntegramente al Padre: «No mi voluntad, sino la tuya». Para ser íntegra, la entrega ha de incluir la muerte. No se busca la muerte para poner a prueba (Sab 2), se busca la muerte para poner a prueba (Sab 2), se acepta la muerte como prueba de amor: «nadie tiene más amor que el que da la vida por los amigos». Aceptar un designio del Padre que incluye la muerte es despojo total de sí. Anulándose a sí, se ofrece entero al Padre: es su sacrificio (Salmo 40). Al aceptarlo, el Padre lo transforma: ¿introduciéndolo en la esfera divina? -Cristo ya pertenecía a ella. ¿Divinizando la humanidad? -Las naturalezas no se confunden ni transmutan. El Padre lo transforma glorificando la humanidad por la resurrección. El sacrificio consagra en cuanto que traslada de un modo nuevo a la esfera sacra, divina.

Nosotros reconocemos que todo lo recibimos de Dios, hasta la raíz del ser. En tanto somos, existimos, en cuanto recibimos ser de Otro. Ahora, en cuanto personas, poseemos nuestro ser: lo conocemos y realizamos libremente. Para reconocer nuestra deuda de gratitud total nos despojamos de ello. No por aniquilación, que no honraría a Dios, sino renunciando a la posesión, para poder ser poseídos totalmente por el dador. Eso es sacrificarnos. Cuando Dios lo acepta, lo traspasa a la esfera divina, lo consagra.

Para expresar nuestro despojo-sacrificio, nos desprendemos de cosas útiles y las ofrecemos a Dios. Nos desprendemos de su disfrute o consumo. Anulamos su valor útil, las llenamos de significado o expresión; las ofrendamos. Así puede uno sacrificar sus flores para adornar una fiesta; los «panes presentados» en tiempo de carestía significan «quitarse el pan de la boca». Si Dios acepta nuestras ofrendas, las con-sagra o sacrifica, las conduce a su esfera. ¿Cómo lo acepta Dios? No materialmente, pues no lo come ni bebe (Salmo 50). Lo acepta como expresión válida, y puede emplear símbolos que indiquen la aceptación: consumiendo en el fuego, que es elemento de la divinidad. En forma de aroma, que es menos material que el comer, más ligado al aliento vital, a la respiración. Así el incienso transformado en perfume al quemarse. Pero, por encima de todas nuestras ofrendas, en un orden diverso, la comunidad cristiana, que es cuerpo de Cristo, ofrece de nuevo al Padre el sacrificio de su Hijo: la entrega total, el sacrificio por amor, la muerte, la glorificación. Y se ofrece a Sí para el designio del Padre, para la vida cristiana del amor fraterno.

LUIS ALONSO SCHÖKEL

MEDITACIONES BÍBLICAS SOBRE LA EUCARISTÍA

SAL-TERRAE SANTANDER 1987. Págs. 111-121

www.mercaba.org

¡ESTO ES MI CUERPO, ESTA ES MI SANGRE!


Señor... ¡haznos dóciles siempre a tu amor pero especialmente en este hermosísimo día de Corpus Christi!

Una vez más ante ti, Señor.

Hoy es un día grande para ti, para nosotros, para tu Iglesia. Es la solemnidad donde se exalta y glorifica la presencia de tu Cuerpo, tu Sangre y tu Divinidad en el Sacramento de la Eucaristía.

¡HOY ES CORPUS CHRISTI!

Tu Cuerpo, tu Sangre.... y tu Divinidad. ¿Qué te podemos decir, Señor? Tan solo caer de rodillas y decirte: - ¡Creo en ti, Señor, pero aumenta mi fe!

Tú lo sabes todo, mi Dios, mi Jesús, y sabías cuando te quedaste en el pan y vino, - aparentemente tan solo de pan y vino -, con el único deseo de ser nuestro alimento, que aunque no te corresponderíamos como tu Corazón desea, no te importó y ahí te quedaste para ser nuestro refugio, nuestra fuerza para nuestras penas y dolores, para ser consuelo, para ser el cirineo que nos ayuda a cargar con la cruz de nuestro diario vivir, a veces demasiado pesada y dolorosa, que nos puede hacer desfallecer sin tu no estás.... y también para bendecirte en los momentos de alegría, para buscar que participes en los momentos en que nuestro corazón está feliz.... ¡ahí estás Tu!...¡ Bendito y alabado seas!

Solo a un Dios locamente enamorado de sus criaturas se le podía ocurrir semejante ofrenda... por qué no sabemos corresponder a ese amor, no, Jesús, no te acompañamos en la soledad de tus Sagrarios, no pensamos en tu gran amor.... somos indiferentes, egoístas, muchas veces solo nos acordamos de ti cuando te necesitamos porque las cosas no van, ni están, como nosotros queremos...

Señor... ¡haznos dóciles siempre a tu amor pero especialmente en este hermosísimo día de Corpus Christi!

¡Señor Jesucristo!

¡Gracias porque te nos diste de modo tan admirable, y porque te quedaste entre nosotros de manera tan amorosa!

Danos a todos una fe viva en el Sacramento del amor. Que la Misa dominical sea el centro de nuestra semana cristiana, la Comunión nos sacie el hambre que tenemos de ti, y el Sagrario se convierta en el remanso tranquilo donde nuestras almas encuentren la paz... (P. García)

Solemnidad de Corpus Christi Este día, recordamos la institución de la Eucaristía, que se llevó a cabo el Jueves Santo, durante la Última Cena al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

El próximo viernes 15 de Junio celebramos el Sagrado Corazón de Jesús, podamos prepararnos demostrando nuestro amor a Jesús rezando una Novena al Sagrado Corazón

Autor: Ma Esther De Ariño

LA IGLESIA COMO FAMILIA DE DIOS


Primera de una serie de catequesis sobre el misterio de la Iglesia. Papa Francisco. 29 de mayo de 2013.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El miércoles pasado señalé el profundo vínculo entre el Espíritu Santo y la Iglesia. Hoy quisiera empezar una serie de catequesis sobre el misterio de la Iglesia, un misterio que todos vivimos y del que formamos parte. Me gustaría hacerlo con expresiones presentes en los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Hoy empiezo por la primera: la Iglesia como familia de Dios.

En estos meses, más de una vez he hecho referencia a la parábola del hijo pródigo, o mejor dicho del padre misericordioso (cf. Lc 15,11-32). El hijo más joven sale de la casa de su padre, dilapida todo y decide volver porque se da cuenta de que cometió un error, pero ya no se considera digno de ser hijo y piensa poder ser recibido de nuevo como un siervo. El padre, en cambio, corre a su encuentro, lo abraza, le devuelve su dignidad de hijo y lo celebra. Esta parábola, como otras en el Evangelio, muestra bien el diseño de Dios para la humanidad.

¿CUÁL ES ESTE PROYECTO DE DIOS?

Es hacer de todos nosotros una única familia de sus hijos, en los que cada uno se sienta cerca y se sienta amado por Él, como en la parábola del Evangelio, sienta el calor de ser la familia de Dios. En este gran proyecto encuentra su origen la Iglesia, que no es una organización fundada por un acuerdo de algunas personas, sino -como nos ha recordado tantas veces el Papa Benedicto XVI- es obra de Dios, nace precisamente de este plan de amor que se desarrolla progresivamente en la historia. La Iglesia nace de la voluntad de Dios de llamar a todos los hombres a la comunión con Él, a su amistad, es más a participar como sus hijos en su misma vida divina. La misma palabra "Iglesia", del griego ekklesia, significa "convocación": Dios nos convoca, nos invita a salir del individualismo, de la tendencia a encerrarse en sí mismos y nos llama a ser parte de su familia. Y esta llamada tiene su origen en la creación misma. Dios nos creó para que vivamos en una relación de profunda amistad con él, e incluso cuando el pecado rompe esta relación con Él, con los demás y con la creación, Dios no nos abandona. Toda la historia de la salvación es la historia de Dios que busca al hombre, le ofrece su amor, lo acoge. Llamó a Abraham para ser el padre de una multitud; eligió al pueblo de Israel para forjar una alianza que abrazara a todas las naciones; y envió, en la plenitud de los tiempos, a su Hijo para que su designio de amor y de salvación se realizara en una nueva y eterna alianza con la humanidad entera. Cuando leemos los Evangelios, vemos que Jesús reúne a su alrededor una pequeña comunidad que acoge su palabra, lo sigue, comparte su camino, se convierte en su familia, y con esta comunidad Él se prepara y edifica su Iglesia.

¿DE DÓNDE NACE ENTONCES LA IGLESIA?

Nace del gesto supremo de amor en la Cruz, del costado traspasado de Jesús, del que fluye sangre y agua, símbolos de los sacramentos de la Eucaristía y del Bautismo. En la familia de Dios, en la Iglesia, la savia vital es el amor de Dios que se realiza en amarle a Él y a los demás, a todos, sin distinción ni mesura. La Iglesia es una familia en la que se ama y se es amado.

¿CUÁNDO SE MANIFIESTA LA IGLESIA?

Lo hemos celebrado hace dos domingos; se manifiesta cuando el don del Espíritu Santo, llena el corazón de los Apóstoles y les empuja a salir y a empezar el camino para anunciar el Evangelio, difundir el amor de Dios. Incluso hoy alguien dice: "Cristo sí, Iglesia no". Aquellos que dicen: “Yo creo en Dios pero no en los sacerdotes”, ¡eh! Se dice así: "Cristo sí, Iglesia no". Pero es precisamente la Iglesia la que nos lleva a Cristo y nos dirige a Dios: la Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios. Por supuesto, también tiene aspectos humanos; en los que forman parte de ella, Pastores y fieles, hay defectos, imperfecciones, pecados: hasta el Papa los tiene, ¡eh! y ¡tiene tantos! Pero lo hermoso es que cuando nos damos cuenta de que somos pecadores... lo hermoso es esto: cuando nos damos cuenta de que somos pecadores, nos encontramos con la misericordia de Dios: Dios siempre perdona. No olvidemos esto: ¡Dios siempre perdona! Y Él nos recibe en su amor de perdón y de misericordia. Algunas personas dicen: "Es hermoso, esto: que el pecado es una ofensa a Dios, pero también una oportunidad; la humillación para darse cuenta de que hay otra cosa más hermosa, que es la misericordia de Dios". Pensemos en ello.

PREGUNTÉMONOS HOY: ¿CUÁNTO AMO A LA IGLESIA?

¿Rezo por ella? ¿Me siento parte de la familia de la Iglesia? ¿Qué hago para que sea una comunidad donde todos se sientan bienvenidos y comprendidos, para que se sienta la misericordia y el amor de Dios que renueva su vida? La fe es un don y un acto que nos afecta personalmente, pero Dios nos llama a vivir, juntos, nuestra fe, como una familia, como Iglesia.

Pidamos al Señor de una manera especial en este Año de la fe, que nuestras comunidades, toda la Iglesia, sean cada vez más verdaderas familias que viven y traen el calor de Dios. Gracias.

Autor: Papa Francisco

miércoles, 29 de mayo de 2013

PANTALONES MOJADOS


El niño de 8 años entró en el salón de clase para hacer su examen final. El se encontraba muy nervioso acerca de tal examen, su angustia creció tanto que sin poderse controlar se orinó en sus pantalones. Miró hacia abajo y vio como gotas caían suavemente al piso.

Para su sorpresa cuando levanta su vista y ve a su profesora nota que ella lo llama a su escritorio. Cómo podría moverse sin dejar al descubierto su situación? La profesora al notar que el niño esta como paralizado y no va hacia ella, lentamente se viene al pupitre del niño. ¡Oh no!!, piensa él. ¿Qué hacer? Ahora será avergonzado y sus compañeros se reirán de él.

En ese momento una niña compañera de clase viene hacia él con una pecera y al pasar frente a él se tropieza y derrama el agua de la pecera sobre la ropa de él, mojándole totalmente…. La Maestra apresuradamente toma al niño y lo lleva al baño para ayudarlo a cercarse su ropa, mientras el internamente decía: Gracias Dios, Gracias Dios. Si hay un Dios en el cielo. Que gran regalo me diste.

Para ocultar aún más lo que vivió le grito a la niña… ¿“NO sabes dónde caminas?.. .Idiota”

En el tiempo de receso ningún compañerito se quiso acercar a esta niña y ella estaba sola. Todos la miraban con menosprecio por haber mojado al compañero. Cuando terminó la clase, la niña iba caminando solita hacia su casa, ya que ninguno quiso estar con ella y el niño se acercó y le pregunto: Realmente te tropezaste? Fue un accidente? Y ella lo miró y le dijo.

No, yo vi lo que te paso, vi que te orinaste y la profesora venía a ti, por eso corrí y tomé la pecera para hacer que me tropezaba… porque no quería que fueras avergonzado. Ahora el niño estaba más paralizado de lo que se sintió en clase.

No puedo olvidar como Dios también muchas veces ha derramado la pecera sobre mí para protegerme. También yo muchas veces me he orinado en los pantalones… pero él con amor y cariño ha creado una situación que no he entendido en el momento….pero luego tengo que agradecerle por haberme mojado con la pecera de su amor.

Efesios 2:4-5

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo.

1 Crónicas 16:34

Celebrad a Dios, porque es bueno; Porque su misericordia es eterna.

Salmos 57:10

Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las nubes tu verdad

¿MÁS DE ACUERDO CON SU SANTIDAD O CON MONSEÑOR?


Viene sabrosote ayer nuestro periódico. En uno de los titulares, leo que el más joven de los obispos españoles, el de Solsona, quiere cambiar los estatutos de Cáritas para “excluir de la toma de decisiones a personas que no vayan a misa o que no estén confirmadas”. Y si no lo están actualmente, no hay problema: como la propia noticia indica, “el obispo les indicará dónde podrán hacer un curso Alpha, o un ‘Tornar a Creure’ (Volver a creer) u otra fórmula para redescubrir la fe, llegar a encontrarse con Cristo y ser sus discípulos. Novell estará encantado de confirmar a tantas personas como haga falta, después de una buena formación”.

En el otro, leo que el Papa Francisco, comentando el evangelio de Marcos, ha recordado el reproche de Jesús a los discípulos que querían alejar de él a los niños que la gente le llevaba. “Pensemos en el santo pueblo de Dios, pueblo sencillo, que quiere acercarse a Jesús –dice Francisco-. Y pensemos en todos los cristianos de buena voluntad que se equivocan y en vez de abrir una puerta la cierran. Y pidamos al Señor que todos aquellos que se acercan a la Iglesia encuentren las puertas abiertas para encontrar este amor de Jesús”.

Muchos dirán que lo uno es perfectamente compatible con lo otro. Otros dirán que Novell propone un camino y Bertoglio otro, o sea, que toca elegir.

Por lo que a Cáritas respecta, a lo mejor el dilema es más bien conseguir que sean más cristianos (o no cristianos) los que se acerquen a ayudar, y no que los que se acerquen a ayudar sean más cristianos. Al fin y al cabo, acercarse a Cáritas es, per se, una manera de ser más cristianos… ¿no dijo alguien que “Deus Caritas est”?

Luis Antequera

EL TERCER "SECRETO" DE FÁTIMA AL COMPLETO (2)


Ver primera parte en este mismo blog.

En el post anterior (ver índice en la columna de la derecha) seguíamos el estudio que Santiago Lanús hace en su reciente libro “Madre de Dios y Madre nuestra” sobre el tercer secreto de Fátima. Decíamos que hay una carta escrita en portugués por Sor Lucia que aclara lo que la Virgen les reveló a los pastorcitos. Pero esa carta no ha sido difundida por el Vaticano.

Según dicen los defensores de la existencia de esta carta, el re¬lato de las palabras de la Virgen versa sobre acontecimientos futuros terribles, especialmente sobre la crisis interna de la Iglesia y sobre enfrentamientos dentro de la misma. Existen algunos testimonios fi¬dedignos en este sentido. Uno es el del Padre Joaquín Alonso (+1981), que por dieciséis años fue el archivista e historiador oficial en Fátima, quien había tenido muchas entrevistas con Sor Lucía. En relación con el "secreto" afirmó que es probable que el texto haga referencias a la crisis de fe dentro de la Iglesia.

Ciertamente, sigue diciendo Lanús, el punto fundamental del mensaje no se refiere a acontecimientos apocalípticos. Así lo asegura, entre otros, Mons. Al¬berto Cosme do Amaral, tercer Obispo de Fátima, quien habló del secreto el 10 de septiembre de 1984, en un discurso pronunciado en Viena, Austria. Dijo así: "Su contenido concierne solamente a nues¬tra fe. Identificar el [Tercer] Secreto con anuncios catastróficos o con un holocausto nuclear es deformar el sentido del mensaje. La pérdida de fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y es verdad que la fe está disminuyendo continuamente en Europa”.

En el mismo sentido se expresa el Cardenal Ratzinger en su ci¬tada explicación teológica del "secreto" ¿Qué significa en su con¬junto (en sus tres partes) el "secreto" de Fátima?, se preguntaba al final de su interpretación. "Quien había esperado impresionantes re¬velaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso fu¬turo de la historia se desilusionará. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, lo mismo que la fe cristiana no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nues-tras reflexiones sobre el texto del ´secreto´: la exhortación a la ora¬ción como camino para la ´salvación de las almas ´y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión".

El Sr. Socci construye en su libro un re¬lato hipotético de lo que sucedió detrás de las paredes del Vaticano en el año 2000. Socci cree que cuando Juan Pablo II decidió publicar el secreto, una lucha de poderes de algún tipo estalló en el Vaticano. Supone que Juan Pablo II y el Cardenal Ratzinger querían publicar el secreto en su integridad, pero el Cardenal Sodano, entonces Se¬cretario de Estado Vaticano, se opuso a que se publicara la carta con las palabras de la Virgen .

Siguiendo en parte la hipótesis de Socci, es probable que se tu¬viera en cuenta en ese momento la opinión del Cardenal Sodano de no relacionar el texto de la visión con la situación interna de la Iglesia y su evolución futura. Su interpretación personal la manifestó en una de las frases pronunciadas el 13 de mayo al final de la Misa de cano¬nización, ante Juan Pablo II y todos los presentes: "La visión de Fá¬tima tiene que ver sobre todo con la lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos, y describe el inmenso sufrimiento de los testigos de la fe del último siglo del segundo milenio. Es un interminable Via Crucis dirigido por los Papas del siglo XX".

En ese sentido el Cardenal Ratzinger asumió en su interpretación teoló¬gica esa opinión, especialmente al citar las palabras pronunciadas por el Secretario de Estado en esa Concelebración. Dice así: "Ante todo debemos afirmar con el cardenal Sodano: ´...los acontecimien¬tos a los que se refiere la tercera parte del ´secreto ´de Fátima pare-cen pertenecer ya al pasado´". Pero a continuación deja una puerta abierta al futuro, cuando precisa: "En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos ya pertenecen al pasado". ¿Qué decir sobre los acontecimientos futuros en relación con la crisis de la Igle¬sia? En aquellos momentos no se dijo nada. Pero después sí ha ha¬blado el Cardenal Ratzinger, una vez convertido en Papa el 19 de abril de 2005, sobre la crisis profunda que atraviesa la Esposa de Cristo, aunque sin mencionar explícitamente la existencia de la su¬puesta carta de Sor Lucía con las palabras de la Señora sobre esa cri¬sis. El 11 de mayo de 2010 Benedicto XVI salía de Roma rumbo a Fátima. De un modo nuevo relacionó el mensaje de la Virgen con la crisis de fe y con el pecado cometido dentro de la Iglesia. En el vuelo hacia Lisboa, ante la pregunta sobre la posibilidad de encuadrar igualmente en la visión del tercer secreto el sufrimiento de la Iglesia de hoy por los pecados de abusos sexuales de los menores, Benedicto XVI explicó a los periodistas que la mayor persecución que sufre la Iglesia nace del pecado en su seno: "De este modo, diría también aquí que, además de la gran visión del sufrimiento del Papa, que po¬demos referir al Papa Juan Pablo II en primera instancia, se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente ".

Benedicto XVI afirmó que lo que hoy puede descubrirse de nuevo en el mensaje de Fátima es la "pasión" que vive la Iglesia, y que se refleja en la persona del Papa: "La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los sufri¬mientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia ".

Para concluir, afirma Lanús, recogemos las palabras finales del entonces Car-denal Ratzinger en su interpretación teológica de la tercera parte del "secreto". "Quisiera al final volver aún sobre otra palabra clave del ´secreto´, que con razón se ha hecho famosa: mi Corazón Inmacu¬lado triunfará. ¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma (...). El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente (...). Pero desde que Dios mismo tiene corazón humano y de ese modo ha diri¬gido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: ´padeceréis tribulacio¬nes en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo´ (Jn 16,33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”.

Terminamos por ahora, con el autor del libro, los comentarios sobre el mensaje de Fá¬tima con unas palabras de Sor Lucía en la entrevista del 8 de marzo de 1998 ya citada anteriormente. Los cardenales le preguntaron si ella querría ofrecer alguna idea particular, algún mensaje final para este mundo confuso de hoy. A lo que respondió sin dudar: "Quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa ". (Cfr. Santiago Lanús, “Madre de Dios y Madre nuestra Págs. 76-80).

Conclusión: no hay un cuarto “secreto” de Fátima. Lo que hay es el tercer “secreto” que la Autoridad Eclesiástica prefirió no revelar en su totalidad porque lo que anunciaba era terrible para la Iglesia. Pero los hechos, lamentablemente, dieron la razón, y siguen dándola, a lo que Sor Lucía expuso en su momento según había recibido de la Virgen. El verdadero mal anunciado si no se hacía penitencia y oración, ha sido, y sigue siendo, la apostasía de muchos creyentes, las defecciones de muchos sacerdotes y consagrados, las tensiones dentro de la Iglesia y la oposición a la Verdad revelada y a la autoridad del Sumo Pontífice. Esta fue la pasión sufrida por los últimos Papas, y a la traición cometida contra Benedicto XVI.

Pero hay esperanza. El Papa Francisco está intentando reconducir a la Iglesia hacia los cauces evangélicos. Son tiempos nuevos. Pero para el vino nuevo hacen falta odres nuevos. Y eso supone oración y penitencia. Es el mensaje de la Virgen hasta nuestros días.

Juan García Inza

DEJÓ UNA SECTA DE ARTES MARCIALES Y PROBÓ EL BUDISMO: UNA EXPERIENCIA DEMONÍACA LE CAMBIÓ


Todo su entrenamiento no le podía salvar.

Tomasz (Tomek) es un polaco que estuvo alejado de Dios desde su adolescencia en los años 90 hasta 2010, cuando volvió a la Iglesia.

Su itinerario fue accidentado: varios años en una secta que le captó usando su amor por las artes marciales, después unos años de vida hedonista, y unos cuantos años más tanteando el budismo. Una noche, una experiencia con lo diabólico le impactó tanto que él, un tipo duro forjado en la lucha y las artes marciales, reconoció que necesitaba a Dios como Señor y Salvador.

PELÍCULAS DE BRUCE LEE A LOS 15 AÑOS

Tomasz se crió en una familia católica polaca, creciendo en su adolescencia en una Polonia que dejaba atrás la pesadilla comunista. A los 15 años él era muy aficionado a las películas de artes marciales, especialmente las de Bruce Lee. Estaba paseando de noche con unos amigos del barrio, cuando se les acercó un adulto, un tal Robert "el Verde", conocido en la zona como maestro de artes marciales. Llevaba algunas herramientas de gimnasio de estas artes.

"Se puso a hablar con nosotros como se habla con gente mayor, y eso nos impresionó muchísimo. Nos propuso que fuéramos con él a entrenar". Y así lo hicieron: pero eran entrenamientos muy duros, lo que hacía desistir a los débiles. "No pagábamos por los entrenamientos; hoy me extrañaría, porque un entrenador casi siempre pide pago de las sesiones por adelantado".

UNA GRANJA PARA APRENDER KUNG FU

Robert les llevó al cabo de un tiempo a la granja de un amigo. Allí, si ayudaban con algunas tareas, podrían recibir más entrenamiento. Sería su "monasterio shaolin", como en la película Kung Fu. Primero acudían los fines de semana. Luego en jornadas de varios días.

A los padres de Tomek les parecía bien, porque veían que su hijo hacía gimnasia, que no fumaba ni bebía ni iba de discotecas, y fortalecía su cuerpo y carácter. Y es que las reglas de los maestros insistían en comer "comida sana", no beber alcohol, y en la disciplina.

Después descubrió que así como él era discípulo de Robert, éste lo era de Andrzej, el dueño de la granja, que a su vez lo era de un tal Roman, en Varsovia.

TRUCOS PARA "CONTROLAR LA ENERGÍA"

Robert y Andrzej les hablaron mucho de controlar "la energía". "Nos enseñaban trucos como quebrar alicates con las manos o aplastar nueces con los dedos. Lo veía con mis propios ojos y esas cosas me impresionaban".

Al principio el joven Tomek aún seguía yendo a misa, y de hecho Robert, su maestro le acompañó en algunas misas para jóvenes, pero "Robert nunca hablaba de Dios, sólo hablaba de ´sistema´, de un ´sistema´ que nos apoyaba y llenaba de energía cósmica", recuerda Tomek. Pronto el joven dejó de asistir a la iglesia.

Pasaron unos 5 años, Tomék era un buen alumno, y la mano derecha de Robert. Y entonces unos amigos le mostraron una historia salida en la prensa acerca de una secta que captaba jóvenes mediante clases de artes marciales. En su testimonio de 2012 en la revista "Amaos" Tomek no lo específica, pero probablemente se trataba del artículo de los periodista J. Jabrzyk y B. Kittel en el diario "Rzeczpospolita" del 10 de junio de 2005 titulado "El club de la lucha". Un tal Roman Danilewicz, alias "Kundalini" (llamado así por la serpiente mística de energía del yoga) era el líder de la secta... y el maestro de Andrzej.

El objetivo de la secta no estaba muy claro: parece que buscaba usar jóvenes como trabajadores, lograr financiación pública con actividades sobre "diálogo de civilizaciones", y apoyar ciertas causas políticas.

EL MAESTRO CON "PODERES CURATIVOS"

Robert convenció a Tomek para que no se fuese del grupo. Conoció así al propio Maestro Kundalini. "Tenía unos 60 años, era físicamente muy diestro, y se decía que curaba a la gente con energía cósmica. Uno de mis amigos vio con sus ojos que curaba de cáncer a una mujer. Se supone que de joven el mismo Kundalini padeció una enfermedad incurable, pero se inició en el yoga y se curó mediante una iluminación, aprovechando la fuerza de su propia voluntad", señala Tomek en su testimonio.

Le costó varios años más dejar ese grupo, en cuyas empresas trabajó, a menudo 24 horas al día junto a Robert, su maestro, en viajes de negocios. Pero finalmente consiguió dejarlo. Artículos que leería después le convencerían de que había salido bien parado de un grupo peligroso.

SEXO Y HEDONISMO

Fuera de la secta, Tomek tomó un ritmo de vida egoísta y hedonista, aunque tenía un deseo aún profundo de "ser buena persona". Se enamoró de una mujer casada y se lió sexualmente con ella durante unos 4 años, sabiendo que estaba mal. hecho.

Pero se daba cuenta de que ni su vida profesional en las artes marciales ni su vida sentimental le daban felicidad. Por primera vez, en muchos años se dirigió a Dios y le preguntó por qué era tan infeliz.

"Creo que Dios contestó a mi pregunta, porque algún tiempo después rompí con esa mujer y conocí a Gosia, la que ahora es mi esposa. Mi vida empezó a cambiar un poco". Por ejemplo, antes de casarse por la Iglesia fue a confesarse. Era su segundo trato con Dios. Parecían entrar en una etapa positiva: tenían un hijo, un piso, un coche y estaban juntos.

SALIR DEL CUERPO Y "FLOTAR"

Pero estaban lejos de Dios. Él ahora exploraba tres cosas: el budismo, la "energía" oriental y una práctica espiritual: "salir de mi propio cuerpo, lo conseguí tres veces". A su esposa le parecía algo peligroso. "Yo no veía nada peligroso, me parecía que volando y rodando por el más allá podía conocer un mundo distinto, enterarme de lo que sería de nosotros tras la muerte. Pero no dejaba sitio a Dios en mi vida".

Tomek leyó casi todos los libros que encontró del Dalai Lama y pensó que el camino budista y la reencarnación parecían tener sentido.

Fue justo antes de ir a un retiro espiritual católico con su esposa en un convento, por insistencia de ella. Allí les predicaron sobre la oración del Nombre de Jesús: "Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecador", una oración breve que se repite y medita. Fue allí donde vivió la experiencia que le transformó.

LO DEMONÍACO EN LA NOCHE

"Llegó la noche. Me acosté para dormir, y sentí que algo me atacaba, como intentando sacarme de mi propio cuerpo. Tengo que decir que siempre quise ser luchador, que era un tipo duro y valiente, pero en ese momento, quizás por primera vez en la vida, estaba asustado como un niño pequeño. No sabía qué era. Empecé a luchar contra esa fuerza, hasta que al fin y al cabo logré librarme de ella y me senté en la cama."

"De repente me di cuenta de que mientras estaba sentado, mi cuerpo seguía estirado detrás de mí. Me horroricé. Me retiré a mi cuerpo y abrí los ojos. Era la una de la noche aproximadamente."

"Cada vez que intentaba cerrar los ojos, algo empezaba a desgarrarme, hasta que al fin vi un lobo que saltó desde debajo de la cama, se echó sobre mí, y empezó a devorar mis órganos internos. Yo, luchador, tenía un miedo terrible. En un momento me desperté y me puse a rezar a Jesucristo con las palabras que nos propusieron en el retiro. ¡Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecador! Y añadía mis propias palabras: ¡y defiéndeme! Por primera vez en mi vida pedía a Cristo que me defendiera".

"Todo desapareció, como si alguna fuerza invisible de verdad me hubiera protegido. Estoy seguro de que en ese momento el Señor Jesús me salvó la vida. Me tocó y me liberó de todo lo que me causaba dolor desde hacía años, aunque no había sido consciente. La noche siguiente dormí bien. Esos dos días en el convento me cambiaron. Hoy me doy cuenta de que no soy tan fuerte como parecía, y que sin Jesús no soy capaz de hacer nada".

ENERGÍAS, SALIR DEL CUERPO... ¡PELIGRO!

Tomek termina su testimonio con una adventencia: "no hagáis experimentos con ninguna energía, con salir del cuerpo o cosas parecidas, es muy peligroso y conduce a la posesión demoníaca. Cuando me confesé de ese pecado esa misma noche sentí que estaba flotando en el aire y oí a alguien hablarme: flota, flota, y verás lo bueno que es".

Omek previene contra la tentación de volver a esas prácticas y avisa de que nada es comparable con estar cerca de Dios, "lo más importante de nuestra vida".

P. J. Ginés/ReL

LA CONDENACIÓN DEL ESPECIALISTA EN LOS DEMONIOS


Si hay un tema de reflexión verdaderamente interesante, es la posibilidad de la propia condenación. Incluso yo mismo, servidor de Cristo, debo meditar sobre ello de vez en cuando. No hay nadie por alto que esté que no pueda ir corrompiéndose poco a poco hasta ser reprobado. Todos debemos ver la salvación como un don.

¿Cuál sería mi vida en el infierno después de haber predicado tantas veces a Jesús? ¿Cómo sería mi día a día en ese lugar del que tantas veces di conferencias? Sería terrible ver a los demonios pasar ante mí, y pensar: hablé de ellos en tantos libros y ahora los veo tal cual son.

Cómo debe ser repetirse año tras año: qué tonto fui, cómo pude caer, por qué me dejé engañar. Qué hirientes deben ser los comentarios de otros condenados: tú que eras un especialista, pues vaya, mira de qué te ha servido, para caer a un lugar más profundo.

PUBLICADO POR PADRE FORTEA