Y siempre que hay un
problema espiritual podemos pensar que el demonio está allí no necesariamente
siempre como causa pero siempre exacerbando la negatividad y acrecentando el
sufrimiento.
LO ESPIRITUAL Y EMOCIONAL ESTÁ EN LA BASE DE LAS ENFERMEDADES FÍSICAS Y
LOS SUFRIMIENTOS
Si bien hay exorcistas que dicen que el demonio no es una causa
frecuente de enfermedades, esto no tiene en cuenta que la mayoría de las
enfermedades son fruto de causas emocionales y espirituales, que luego disparan
procesos físicos, y que se ven externamente como enfermedades.
Pero en el fondo, si el inicio de un desequilibrio es
espiritual/emocional, entonces es válido ver al maligno como el actor principal
de las enfermedades; ya sea que las produzca o que las exacerbe.
Piensa en estas demostraciones de lo que decimos.
Los recuerdos se almacenan en nuestras células. En el caso aquí descrito, el receptor del
trasplante de corazón adquirió la memoria del donante asesinado, proporcionando
la policía la información para detener a la persona que asesinó al donante del
corazón. Las personas que reciben un trasplante de corazón al mismo tiempo
adquieren los gustos y disgustos de corazón del donante.
Taller de Sanación y Liberación en y por María Santísima
El trauma
emocional conduce a un 90 por ciento de nuestros problemas de salud. Traumas emocionales provocan estrés en nuestros cuerpos. La definición
clásica de estrés es “una amenaza real o imaginaria, y la respuesta de tu
cuerpo a la misma”.
La
respuesta al estrés natural de tu cuerpo puede tener un impacto significativo
en tu función inmunológica, la química del cerebro, los
niveles de azúcar en la sangre, el equilibrio hormonal, y mucho más, según en
Dr. Mercola.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados
Unidos acoge este artículo sobre el estrés que indica hasta un 90 por ciento de las enfermedades
están relacionadas con el estrés. Las citas del artículo incluyen:
“Se estima que el 80 por ciento a 90 por ciento de todos los accidentes de trabajo
están relacionados con el problema personal y la incapacidad de los empleados
para manejar el estrés”.
“La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el
Trabajo informó que alrededor del 50
por ciento de ausentismo laboral es causada por el estrés”.
“El Centro para el Control y la Prevención de
Enfermedades de los Estados Unidos estima que el estrés representan
aproximadamente el 75 por ciento de todas
las visitas al médico”.
Si el estrés hace estragos, imagina el efecto
acumulativo en la salud a de todos nuestros problemas emocionales.
¿Cómo descubrir lo que nos pasa?
La
medicina moderna tiende a tener una visión mecánica del cuerpo, teniendo en cuenta cada uno de los órganos del sistema como
componentes independientes que pueden funcionar de manera bastante
independiente el uno del otro y el estado emocional del cuerpo por otro lado.
Una buena manera de descubrir una de las causas de una enfermedad es
preguntar:“Señor, ¿qué pasó en mi vida justo antes del comienzo esta
enfermedad?”.
El pensamiento que aparezca inmediatamente después
en tu mente es una palabra de
conocimiento y revelará un trauma celular almacenado que debe ser procesado en
oración.
Entonces si consideramos que lo espiritual está en la base de las
enfermedades y los sufrimientos, podemos hablar que hay tres fuentes para ello.
TRES CAUSAS DEL SUFRIMIENTO
El
sufrimiento puede ser reducido a tres tipos principales, cuando tiene una raíz mística:
El sufrimiento traído al alma víctima, en nombre de la humanidad.
Expiar el sufrimiento, para purgar la oscuridad pasado (el sufrimiento
como liberación, incluso el purgatorio en la tierra).
Y el sufrimiento causado por los malos espíritus.
A menudo es un misterio, por supuesto, el tipo que
estamos padeciendo. No asuma automáticamente que es uno o el otro. Puede estar en el Plan de Dios, pero también
puede que no.
También
están los sufrimientos causados por adversidades fisiológicas, emocionales y
adversidades mentales. Todos nos damos cuenta de eso.
EL SUFRIMIENTO COMO PURGA Y EXPIACIÓN
Las
personas con diversas enfermedades que están en esas aflicciones tienen la
oportunidad de ofrecerse uniendo sus sufrimientos a los de Cristo para la
redención de sus almas o las de otros. Tal
sufrimiento no tiene que ser obvio. De hecho, gran parte del sufrimiento peor
es mental: ansiedad, obsesión, sentimiento de inferioridad, inseguridad,
opresión, depresión.
Muchos sufrimientos están así ocultos.
Si no se puede juzgar un libro por su portada, no se puede juzgar el estado de sufrimiento
de una persona.
Todos tenemos cruces en la vida. Un día incluso podemos damos cuenta que las
cruces que se nos pide tener – aunque muy diferentes (y en gran medida
la variables en su visibilidad) – son básicamente iguales.
El sufrimiento parte la cortina de la ceguera, como
el sufrimiento de Jesús rasgó el velo del Templo (Mateo 27:51). Vemos de manera
diferente.
¿Por qué el sufrimiento nos purga? Nos separa de la carne. Se nos
concede una nueva (y, a menudo más alta) perspectiva. En la cruz, somos
elevados.
Cuando nos separamos de la carne es que empezamos a
ver con los ojos de la eternidad.
El
sufrimiento (que incluye el ayuno) debería abrir el alma a la liberación de
impurezas.
EL SUFRIMIENTO DE BASE DEMONÍACA
Por otra
parte, existe el sufrimiento causado por el diablo. No hay que subestimar su papel. Se engancha en nuestras debilidades.
Lo sabemos por Jesucristo: la mayoría de los que Él sanó quedaban sanos después de que un espíritu
malo o espíritu “impuro” era expulsado. Vuelva a estudiar cada una de
las curaciones de Jesús. Ver aquí.
¿No es notable la poca frecuencia con que se oye
del aspecto espiritual? Jesús lo hizo sin cirugía. No escribió recetas. Su
curación dependía de un espíritu que era echado fuera: liberación.
El
acercamiento intelectual a la religión en nuestro tiempo niega ese concepto (necesitamos oír hablar más de esto desde el púlpito), pero los
espíritus pueden causar prácticamente cualquier dolencia, desde alergias hasta
enfermedades malignas.
Cuando tomamos a un enfermo debemos echar a los espíritus en el nombre
de Jesús (y por su nombre, por ejemplo: “espíritu de la artritis”, o en
general: “espíritu de enfermedad”), junto con el prudente consejo
médico.
UN CASO DE SUFRIMIENTO DEMONÍACO
Un libro
titulado “Un toque del cielo: La historia de la cirugía de un niño, el
Cielo, y la curación”, es un recuerdo de la batalla por la vida, incluso en
el vientre de su madre. El interés también viene por el Dr. Benjamin S. Carson
(un negro de fama política conservadora que desafió a Obama).
Como la
portada dice:
Neal
Pylant, junto con su hijo Christopher, comparte la increíble historia real de
cómo él y su esposa, ambos de diferentes religiones, abrazaron el cristianismo,
mientras buscaban un milagro para su hijo enfermo terminal.
La pareja
rápidamente se dio cuenta de que se trataba de más que la enfermedad física.
Ellos fueron arrojados a una batalla donde un enemigo espiritual lanzó un
asalto total contra sus hijos. Aunque el chico murió, el Cielo prevaleció, la
vida volvió a su cuerpo, y recibió el mandato de cumplir la Voluntad de Dios en
la tierra.
LOS SUCESOS MÉDICOS
En el
momento en que Christopher Pylant llegó al Hospital John Hopkins, sus exámenes
médicos revelaron un tumor del tronco cerebral, que estaba poniendo presión
sobre su tronco cerebral y el cerebelo. Ellos
creían que casi había consumido el tallo y después de la cirugía para aliviar
un poco la presión, se consideró inoperable y terminal.
La
historia se hizo famosa porque uno de los neurocirujanos pediátricos en el
equipo médico de Chris era el Dr. Benjamin S. Carson, MD, quien escribió el prólogo de este libro. Él era un cristiano que oraba
antes de las cirugías y que ha visto muchas cosas inexplicables en su práctica
médica. De hecho, él escribió un libro más tarde, Piensa en grande: Libere
su potencial o excelencia, en el que compartió un poco de su experiencia
con el hijo de los Pylants. También compartió una conversación que tuvo con
otro miembro del equipo médico, un neuro-oncólogo que hasta ese momento era
ateo hasta que se encontró con la fe de los Pylants y vio con sus propios ojos
lo que había sucedido con el tumor para que fuera operable. El hombre dijo que
le hizo un creyente.
En cierto momento el tumor había empezado a morir. Los médicos vieron
que algo extraordinario sucedió: Chris despertó del coma en que estaba su
cuerpo, la enfermedad había comenzado a retroceder espontáneamente y comenzado
a revivir, y pudo hablar un poco; y cuando los médicos finalmente pudieron
extirpar el tumor, encontraron su tronco cerebral, destrozado y retorcido.
Más
tarde, cuando Neal Pylant comenzó a documentar los eventos para este libro, habló con uno de los neurocirujanos que operaron y le preguntó cuántos
otros habían sobrevivido a este tipo de cáncer. La respuesta fue un
desconcertante “nadie”.
Christopher
no sólo terminó regresando de los “muertos”, sino
con el tiempo se graduó de la Universidad del Sureste con una licenciatura en
Ciencias en Teología Práctica. Su roce con la muerte se produjo durante la
cirugía (por el Dr. Carson): un tumor cerebral.
LA VERDADERA BATALLA
Estamos interesados en la historia de Christopher
porque de acuerdo con su padre, en un momento durante la prueba Christopher había dicho algo muy peculiar y
en el momento inexplicable para sus padres:
“Satanás
era un oso llamado ‘Adra’, satanás y Dios estaban peleando cuando yo estaba en
el vientre”
Imagínese escuchar eso de su hijo.
Eso comenzó una pequeña investigación teológica.
“Un amigo mío había estudiado muchos tipos de
religiones, incluyendo el satanismo”, escribe
Neal.
“Compartí
las visiones de Christopher con él y su respuesta fue asombrosa. Durante los
rituales satánicos, brujas y brujos invocan espíritus de la oscuridad. Estos
espíritus demoníacos muchas veces adquieren formas físicas de animales. El
único que viene en forma de oso es el mismo satanás”.
¿Acaso
este chico realmente presenció batallas entre Jesús y satanás? Y si es así,
¿qué nos informan eso?
Esté seguro que una vez que la oscuridad fue
nombrada, no fue derrotado con éxito sólo en el plano físico por un cirujano,
sino más importante aún, en el plano espiritual por las oraciones de
intercesión para echar fuera a “Adra”.
Durante
estas batallas, en relación al niño – al parecer iluminado mientras entraba y
salía de “otro lugar” – el Espíritu de Dios estaba a su alrededor, como
una cáscara de protección del enemigo; el muchacho estaba protegida por la
Cruz.
En un momento de la saga de esta familia, un amigo
que era un estudioso de la Biblia llamó a Neal y le dijo:
“Tengo algo que decirte. Hace dos semanas estaba
leyendo en el libro de los Hechos. Este
nombre Adra que tu hijo aludió como un oso, literalmente, me saltó de la
página. Está en Hechos 27:2. Aunque se usa como prefijo para el nombre de una
nave, más tarde encontré la referencia en mi concordancia y encontré el nombre
de un demonio (dios pagano) con el mismo prefijo. Me he preguntado si
este podría ser el demonio sobre el que tu hijo habló cuando dijo ‘el germen en
mi cuerpo que que me está haciendo enfermo se llama Adra’. La referencia dice:
“Los Avitas adoraban a su dios Nibhaz y Tartak. Y
la gente de Sefarvaim incluso quemaba a sus propios hijos como sacrificios a
sus dioses Adramelec y Anamelec ‘(2 Reyes 17:31)”.
Al parecer la “raíz” era el nombre de la entidad.
Y, por su nombre, fue lanzado fuera.
Todos
tenemos estas batallas con aflicciones en la raíz. El pecado generacional se
remonta a Adán y se ha acumulado a través de los tiempos.
¿Cuándo
vamos a volver a la vieja manera de tratar con él (en la forma de echar fuera
los espíritus) como esta familia? ¿No es la Cuaresma y Semana Santa un buen
momento para “romper estas fuerzas”? ¿Y durante
un ayuno? ¿Durante la confesión? ¿Y después de la lectura de la Escritura?
Christopher también supuestamente había tenido
experiencias con Jesús:
“Estaba de pie en una niebla”, el joven recordó. “Cuando
Jesús me vio, salió de la niebla, me tomó la mano y le dijo: ‘Ven conmigo,
Christopher, quiero presentarles a mi Padre’”.
Cuando el hombre fuerte es echado fuera, la ruta
hacia arriba y nuestra visión, se borran.
TODO SE REDUCE A EQUILIBRAR
Cuando
estamos en equilibrio espiritual, emocional y físico, la buena salud es por lo
general el fruto. El cuerpo puede ser presagio del alma. Orar por el“equilibrio”
debe ser una meta en todo momento.
En este
momento nuestra sociedad está en un estado de desequilibrio y extremismo y
tomamos solamente la aproximación física de la curación.
Debemos ir más allá de eso.
Nunca podemos juzgar el estado espiritual de una
persona, ni cómo ni por qué él o ella está sufriendo. Una persona puede nacer con un mal espíritu tan seguramente como él puede
nacer con ADN con problemas. O ser golpeado por un virus. Puede que no
sea la culpa del todo de la persona: él o ella puede llevar el peso del
equipaje de la familia espiritual. Puede ser la misión de esa persona en la vida
disiparlo. Este es el martirio oculto – oculto a menudo incluso a propia la
persona.
En otras
ocasiones, no hay duda de que prácticas equivocadas – sexualidad ilícita, el
ocultismo, el robo, la negatividad, chismes, la lujuria, la gula, la adicción,
la falta de amor, odio, orgullo – sirven como puntos de entrada espirituales.
Subraye la palabra ego. El orgullo es una razón del pecado. La humildad busca
que el orgullo que se oculte.
Una vez dentro, los espíritus pueden hacer raíz, crecer como una mala
hierba, y causar tormentos – físicos y mentales.
La Sangre
de Cristo y su ayuno en el desierto puede traernos poder especial para convertir el pecado en cenizas y curar las aflicciones.
Fuentes:
Publicado por Unción
Católica y Profética