LOS ÁNGELES, 19 Jul. 16 / 09:49 am (ACI).- El Arzobispo
de Los Ángeles, Mons. José Gómez, denunció que el gobierno de Estados Unidos ha
asumido un “patrón perturbador” que lo lleva
a imponer leyes que violan la libertad religiosa y de conciencia que son
esenciales para la democracia y la sociedad.
En su última columna semanal titulada “Nuevos retos
para la vida y la libertad”, el Prelado de origen mexicano
que dirige la Arquidiócesis más grande y diversa de Estados Unidos, señaló que
el actual gobierno “impone políticas que van en
detrimento de la libertad religiosa y de la protección de la conciencia que son
esenciales para la democracia y para la sociedad civilizada”.
Al respecto, indica, hay muchos ejemplos como los siguientes:
1.- La nueva ley de California que “concede a los médicos el poder
de ayudar a los pacientes a suicidarse. Esta ley dedica incluso 1
millón de dólares al año del dinero de los contribuyentes para pagar por
medicamentos letales para los pobres”.
2.- Los nuevos mandatos federales con
respecto a la “identidad de
género” en las escuelas (los baños transexuales) y los planes de
salud de los empleadores.
3.- Los esfuerzos de la Legislatura
de California para obligar a los colegios confesionales a no enseñar ni
expresar sus creencias acerca del matrimonio y de la persona
humana.
4.- La nueva demanda presentada por
la Unión Americana de Libertades Civiles que busca “obligar
a los Obispos de Estados Unidos a ofrecer el
control de la natalidad y el aborto a los niños refugiados a quienes
servimos”.
5.- En California, el gobierno
estatal intenta obligar a “todos los planes de
seguro para la salud del estado a pagar por los abortos, inclusive por los abortos
realizados en las últimas semanas de un embarazo. Los líderes de Nueva York han
estado tratando de hacer lo mismo en ese estado”.
6.- A fines del mes pasado, el Gobierno de
Obama apoyó el plan de California, que se rehúsa a apoyar una ley
federal que data de hace mucho tiempo (la llamada ‘Ley Weldon”) que “protege los derechos de los estadounidenses a no
participar en abortos”.
7.- También a fines del mes pasado,
un tribunal del estado de Washington determinó “que
todos los hospitales de ese lugar que proporcionan atención de maternidad,
deben también realizar abortos”.
Con todo esto, explica el Arzobispo de Los Ángeles, se ve que “los que gobiernan y moldean la dirección de la sociedad
han desarrollado una hostilidad a la religión y a los valores tradicionales de
la familia
y de la comunidad”.
“Con una frecuencia cada vez mayor, vemos que están
utilizando la fuerza bruta de la ley y de las políticas públicas para imponer
sus puntos de vista y para negar los derechos y las libertades de los que no
están de acuerdo con ellos”.
Esto lo “vemos en todos los debates que ha
habido en torno a los matrimonios del mismo sexo y a la identidad de género”, por
ejemplo.
De esta situación, precisa, “no es exagerado
decir que las élites culturales y del gobierno parecen ahora estar funcionando
como si fueran una nueva religión que está imponiendo una nueva ‘ortodoxia’ en
el resto de la sociedad”.
“En el corazón de esta nueva ortodoxia se encuentra
un falso ‘humanismo’, es decir, un peligroso conjunto de creencias acerca de lo
que significa ser humano y de lo que hace que una persona sea feliz”.
Para enfrentar esta “peligrosa dirección que
está tomando nuestra sociedad”, señala Mons. Gómez, “como católicos debemos comprometernos a ser personas de
oración y compasión”.
“Tenemos que pedir la fuerza y la sabiduría, y así
como lo hicieron los apóstoles, necesitamos orar por quienes ostentan la
autoridad”, resalta.
El Arzobispo de Los Ángeles subraya que “nuestra
identidad y los mandatos que nos rigen como católicos nunca han provenido de un
gobierno. Provienen de nuestro Señor Jesucristo, que nos llama a seguirlo en el
servicio de los pobres y los desvalidos, anunciando la libertad a todos los que
están en el cautiverio”.
“Tenemos que defender nuestra libertad de servir a
Dios y de seguir y promover la hermosa visión de la dignidad humana y de la
felicidad que Jesús nos ha dado”, destaca.
Puede leer la columna completa de Mons. Gómez AQUÍ.
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