En este tramo final de la primavera,
que ha sido, en mi ciudad, un poco inhabitual en lo meteorológico con muchos
días nubosos y menos luz que otras primaveras, vemos a gente que sufre de lo
que se conoce como astenia primaveral y además a todos los estudiantes que
están preparándose para dar de sí lo mejor posible de cara al sprint del final
de curso.
Para ayudar de manera muy eficaz, en
casos como los descritos, quiero compartir con todos vosotros un remedio de
Santa Hildegarda que, además de su eficacia y su facilidad de preparación,
reúne en sí lo útil y lo agradable.
Me estoy refiriendo a lo que ella
llama:
GALLETAS DE LA ALEGRÍA Y LA
INTELIGENCIA
Como saben los amigos de Santa
Hildegarda cuando habla de la salud se refiere a poder lograr un equilibrio
dinámico en lo corporal, lo anímico, el universo y lo espiritual. Esta
situación saludable solo se puede lograr en plenitud si cada uno de esos
ámbitos mencionados está a su vez en armonía para poder formar un conjunto que
funcione de manera global.
Estas son sus palabras:
“La persona pulverice nuez moscada y el mismo peso de canela y algo menos
de clavo. Prepare tortitas con ese polvo, flor de harina de espelta y un poco
de agua y cómalas a menudo y le ahogarán toda la amargura del corazón y de su
espíritu y le abrirán sus embotados sentidos, le alegrarán el espíritu y le disminuirán
todos sus humores nocivos.”
Para Santa Hildegarda es un signo de
buena salud el que los cinco sentidos corporales funcionen adecuadamente. Para
ella tener los sentidos embotados es una señal inequívoca de que las cosas no
van bien y en sus libros insiste mucho en la importancia del olfato, vista
oído, etc. La pérdida del olfato, por ejemplo, es considerada como un signo
precursor de graves enfermedades que pueden tardar años en manifestarse.
Estas galletas son un remedio para
las personas que creen que se han metido en un callejón sin salida. No tiene
porque ser así en la realidad pero, si es su vivencia, igualmente necesitan
ayuda para salir de esa situación.
La Santa asegura que en tales
situaciones límite se embotan los sentidos, se siente uno amargado y no se ve
salida por ninguna parte.
Como solución propone estos cuatro
remedios o líneas de actuación:
o
un análisis objetivo de la
situación, (muchas veces nos olvidamos de que somos hijos de Dios y de que Dios
provee)
o
el valor de asumir un riesgo en
sentido positivo, (nuestro sabio refrán dice “el que algo quiere algo le
cuesta”
o
la oración, (es la manera de estar
“conectados” a la fuente del Amor y de la Vida y en la oración Él nos habla),
o
estas galletas prestan una ayuda
adicional para salir del aprieto, (puesto que, agudizan los sentidos, alegran,
alejan la amargura del corazón y disminuyen todos los humores nocivos para el
bienestar corporal).
Con estos remedios el hombre (el ser
humano) se vuelve previsor, ensancha su horizonte y fortalecido de esta forma,
puede encontrar una solución para sus problemas.
El Dr. Strehlow que mencionaré
muchas veces, porque casi todo lo que sé de Santa Hildegarda se lo debo a él,
ha traducido el remedio al lenguaje contemporáneo para facilitarnos a nosotros,
gente del siglo XXI, su elaboración. Fruto de su experiencia de largos años
tanto en elaborarlas como en ver los efectos tan beneficiosas que producen es
la:
RECETA DE LAS GALLETAS DE LA ALEGRÍA
Y LA INTELIGENCIA:
22g de nuez moscada molida en polvo
22g de canela molida en polvo
5g de clavo molido en polvo
750g de harina de espelta (escanda)
(toda blanca o mejor,500g blanca y 250g integral)
200g de azúcar de caña
200g de mantequilla (se puede
sustituir por 200g de aceite de coco)
200g de almendras molidas
1 pizca de sal
2 huevos (enteros o, aún mejor, solo
las yemas)
PREPARACIÓN:
Se mezclan primero las especias con
la harina en seco y luego se derrite la mantequilla, sin calentarla demasiado,
y se mezcla con el azúcar y los huevos . Se mezcla todo y se amasa, añadiendo
un poco de agua (unos 200ml ) para que la masa ya no se pegue a las manos.
Se extiende con el rodillo para que
quede muy fina (3mm) y se hacen galletitas con un molde como en navidad. Con
estos ingredientes salen unas 130-150 (si os salen menos, es que las hacéis más
grandes y entonces en lugar de tres al día para los niños y 5 para un adulto os
reguláis según el tamaño que os haya salido).
Se colocan sobre papel de horno en
una bandeja metálica y se hornean a 180º
8-15 minutos hasta que se doren.
Estas galletas tienen un sabor
excelente y deberían tenerse siempre a mano en la despensa.
A los niños en edad escolar les
ayuda mucho, sobre todo en casos de déficit de atención, pero Santa Hildegarda
dice que no les demos más de tres galletitas diarias para que “no se vuelvan demasiado pillos”.
Me despido
con el deseo de que os animéis a hacerlas y a disfrutarlas.
Juan Antonio Timor
Pineda