Vivimos una gran depresión
económica que va camino de durar una generación entera, en medio de un planeta
que va camino del capitalismo más despiadado, y en el que el segundo poder del
mundo es una férrea tiranía. Los jóvenes no pueden fundar una familia. Los
esposos son abandonados por sus cónyuges. Por si todo esto fuera poco, no hay
ningún rincón de nuestras ciudades futuristas del siglo XXI en el que, en
cualquier momento, no pueda desatarse el infierno más irracional y doloroso.
Europa no quiso implicarse en la
lucha contra el estado Isis, sin darse cuenta de que con dinero se pueden hacer
cosas mucho más espantosas que cualquiera de las que hasta ahora hemos visto.
Sólo es una cuestión de tiempo el que haya golpes terroristas de una escala
mucho mayor, un salto cualitativo hacia delante. Hasta ahora hemos tenido
suerte, perdón, podemos dar gracias a Dios, de que estos fanáticos no hayan
tenido mucha inteligencia. Pero, antes o después, el terrorismo pasará a otro
nivel.
Europa, Europa, que estabas llamada a ser un baluarte y un faro de la
virtud.
Post Data: Como a alguien ya se le ha ocurrido, a los terroristas islamistas hay que enterrarles envueltos en carne de cerdo. Según su religión, no pueden ni siquiera tocar un cerdo. Pues bien, se lo pensarán cien veces antes de hacer un atentado si saben que la costumbre es enterrarles de esta manera sin excepción en todos los países de Europa.
Yo lo haría y además airearía esas fotos por Internet para que vean que no es una leyenda: si mueres cometiendo o colaborando en un atentado terrorista, te enterramos envuelto en carne de cerdo y con una cabeza de cerdo a tu lado. Y, además, hacemos fotos y las subimos. La cuestión no es si yo lo haría, sino por qué no lo estamos haciendo ya.
Post Data: Como a alguien ya se le ha ocurrido, a los terroristas islamistas hay que enterrarles envueltos en carne de cerdo. Según su religión, no pueden ni siquiera tocar un cerdo. Pues bien, se lo pensarán cien veces antes de hacer un atentado si saben que la costumbre es enterrarles de esta manera sin excepción en todos los países de Europa.
Yo lo haría y además airearía esas fotos por Internet para que vean que no es una leyenda: si mueres cometiendo o colaborando en un atentado terrorista, te enterramos envuelto en carne de cerdo y con una cabeza de cerdo a tu lado. Y, además, hacemos fotos y las subimos. La cuestión no es si yo lo haría, sino por qué no lo estamos haciendo ya.
P.
FORTEA
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