DICE A LA AGENCIA TÉLAM QUE SUS POLÍTICAS NO LAS INVENTA, QUE SE LAS ENCARGARON LOS CARDENALES
BERNARDA LLORENTE, PRESIDENTE DE LA AGENCIA TÉLAM
HA ENTREVISTADO AL PAPA FRANCISCO EN EL VATICANO / VATICAN MEDIA
Bernarda Llorente, de la agencia Télam, ha realizado una entrevista televisiva en español
al Papa Francisco, de una hora y media,
aunque una versión extractada en vídeo recoge 25 minutos. Se analizan 9 años de
pontificado y se hacen previsiones de futuro. Se puede
leer íntegra aquí en VaticanNews.
Habla de muchos temas: del mundo
tras la pandemia, de la ecología, de los jóvenes y la política, de escuchar a
los ancianos y la tradición, de la guerra 'justa'
y la venta de armas, la oración del humor de Tomás Moro, sus políticas que
asegura que le pidieron los cardenales, la Iglesia latinoamericana, los 4 principios que le orientan, el papel de la comunicación,
cómo pastorear sin condenar y cómo ha cambiado con los años y el pontificado.
LA
PANDEMIA: HEROÍSMO Y VUELTA A NORMALIDAD
El Papa comenta que durante la
pandemia del coronavirus "hubo héroes, puedo
hablar de lo que acá tenía más cerca: los médicos, enfermeros, enfermeras,
curas, monjas, laicos, laicas que realmente dieron la vida. Algunos murieron.
Creo que en Italia murieron más de sesenta. Dar la vida por los demás es una de
las cosas que apareció en esta crisis. Los curas también se portaron bien,
en general, porque las iglesias estaban cerradas, pero llamaban por teléfono a
la gente. Hubo curas jóvenes que les preguntaban a los viejitos qué necesitaban
del mercado y les hacían las compras. O sea, las crisis te obligan a
solidarizarte".
"ES
UNA CRISIS VIRAL, PERO TAMBIÉN MUNDIAL"
"Está la
crisis, la pandemia y el Covid famoso. Cuando yo estudiaba, lo que más te
causaban los virus “corona” era un resfrío", comenta el Pontífice.
"Pero luego fueron mutando y pasó lo que pasó. Es curiosísimo lo de la
mutación de los virus, porque estamos ante una crisis viral, pero también una
crisis mundial. Una crisis mundial en nuestra relación con el universo. No vivimos
en armonía con la creación, con el universo. Y lo abofeteamos a cada rato.
Usamos mal nuestras fuerzas. Hay gente que no se imagina el peligro que
hoy vive la humanidad con este recalentamiento y manoseo de la
naturaleza".
Francisco señala que en 2007, en
la redacción del Documento de Aparecida, tomó conciencia de la importancia del
cuidado de la naturaleza, algo en lo que insistían los redactores brasileños. "En aquel momento, no entendía nada de esto. Pero me
fui despertando de a poco y ahí me vino la inquietud de escribir algo. Con los
años, cuando viajé a Estrasburgo el presidente François Hollande mandó a
recibirme a su ministra de medioambiente, quien en aquel momento era Ségolène
Royale. En un momento me preguntó: “¿Es verdad que usted está escribiendo algo
sobre el ambiente?”. Cuando le dije que sí, me pidió: “Por favor, publíquelo
antes de la Conferencia de París”. Entonces, me volví a reunir con los
científicos que me dieron un borrador, después me junté con los teólogos que me
entregaron otro borrador, y así salió el “Laudato si”. Fue una exigencia
para crear la consciencia de que estamos abofeteando a la naturaleza.
Y la naturaleza se la va a cobrar".
LAUDATO
SI' ES UNA ENCÍCLICA SOCIAL
Francisco comenta más cosas sobre
su encíclica ecológica. "Cuando me decían que
“Laudato si'” era una linda encíclica ambiental, les contestaba que no, que se
trataba de “una encíclica social”. Porque no podemos separar lo social de lo
ambiental. La vida de los hombres y las mujeres se desarrolla dentro de un ambiente.
Me viene un dicho español, espero que no sea demasiado guarango, que dice “el
que escupe al cielo, en la cara se le cae”. El maltrato a la naturaleza es un
poco esto. La naturaleza se la cobra. Repito: la naturaleza no perdona
nunca, pero no porque sea vengativa, sino porque ponemos en marcha procesos de
degeneración que no están en armonía con nuestro ser. Hace unos
años me quedé helado cuando vi la foto de un barco que había pasado por el Polo
Norte por primera vez. ¡El Polo Norte navegable! ¿Qué quiere decir esto? Que
los hielos se están destruyendo, se están disolviendo, por el calentamiento.
Cuando se ven esas cosas, tenemos que frenarnos. Y son los jóvenes los que más
lo perciben. Nosotros, los grandes, estamos mal acostumbrados, “no es para tanto”
decimos o, simplemente, no entendemos".
LOS
JÓVENES EN POLÍTICA Y LA FRUSTRACIÓN
Preguntado por el desinterés de
los jóvenes en la política, plantea: "¿Por qué no se
comprometen en política, por qué no se la juegan? Porque están como desanimados. Han visto -no digo
todos, por Dios- situaciones de arreglos mafiosos y de corrupción".
Luego añade que "el mundo político es ese choque de ideas, de
posiciones, que nos purifica y nos hace ir juntos adelante. Los
jóvenes tienen que aprender esta ciencia de la política, de la convivencia,
pero también de la lucha política que nos purifica de egoísmos y nos lleva
adelante. Es importante ayudar a los jóvenes en ese compromiso
socio-político y, también, a que no les vendan un buzón. Aunque hoy día, creo
que la juventud está más avivada. En mis tiempos, no nos vendían un buzón, nos
vendían el Correo Central. Hoy están más despiertos, son más vivos".
CITANDO
A MAHLER: "LA TRADICIÓN ES LA GARANTÍA DEL FUTURO"
"Los jóvenes
necesitan dialogar con sus raíces y los viejos necesitan darse cuenta que dejan herencia. El joven
cuando se encuentra con el abuelo o la abuela recibe savia, recibe cosas y se
las lleva adelante. Y el viejo, cuando se encuentra con el nieto o la nieta,
tiene esperanza", añade el Papa.
"Me impresionó
una frase del compositor Gustav Mahler: “La tradición es la garantía del
futuro”. No es una pieza de museo. Es aquello que te da vida, siempre y cuando
te haga crecer. Otra cosa es el ir hacia atrás, eso es un conservadurismo
malsano. “Porque siempre se hizo así, yo no me juego por un paso adelante”,
razonan. Quizás esto necesite más explicación, pero voy a lo esencial del
diálogo de los jóvenes con los viejos, porque de ahí se toma el verdadero
sentido de la tradición. No es tradicionalismo. Es la tradición que te hace
crecer, es la garantía del futuro".
CONTRA
EL NARCISISMO, EL DESÁNIMO Y EL PESIMISMO... LA ORACIÓN DEL HUMOR DE TOMÁS MORO
La periodista le plantea tres
males: narcisismo, el desánimo y el pesimismo.
"Esas tres cosas que mencionaste son las del
espejo: yo veo para mirarme a mí mismo y lamentarme. Recuerdo a una monja que
vivía quejándose y en el convento la llamaban “Sor Lamentela”. Bueno, hay gente
que se lamenta continuamente de los males de la época. Pero hay
algo que ayuda mucho contra este narcisismo, desánimo y pesimismo, que es el
sentido del humor. Es lo que más humaniza. Hay una oración muy
linda de Santo Tomás Moro, que yo rezo todos los días desde hace más de 40
años, que empieza pidiendo “Dame, Señor, una buena digestión y también algo que
digerir. Dame sentido del humor, que sepa apreciar un chiste”. El sentido del
humor relativiza tanto y hace tanto bien".
LA
GUERRA MUNDIAL A PEDAZOS: FALTA DE DIÁLOGO
Preguntado sobre la guerra,
plantea que "esto de Ucrania lo vivimos de
cerca y por eso nos alarmamos, pero pensemos en Ruanda hace 25 años, Siria
desde hace 10, Líbano con sus luchas internas o Myanmar hoy mismo. Esto que
vemos está sucediendo desde hace tiempo. Una guerra, lamentablemente, es una
crueldad al día. En la guerra no se baila el minué, se mata. Y hay toda una estructura de venta de armas que lo favorece".
El Papa añade: "Creo que llegó el momento de repensar el concepto de 'guerra
justa'. Puede haber una guerra justa, hay derecho a defenderse,
pero como se usa hoy día ese concepto hay que repensarlo. Yo he declarado que
el uso y la posesión de armas nucleares es inmoral. Resolver las cosas con una
guerra es decirle no a la capacidad de diálogo, de ser constructivos, que
tienen los hombres. Es muy importante esa capacidad de diálogo". Y añade:
"La guerra es esencialmente una falta de diálogo".
Recuerda además su visita al
cementerio militar de Anzio y su reflexión sobre los jóvenes caídos en las
Guerra Mundiales. "Visitar los cementerios
militares en Europa ayuda a caer en la cuenta de esto", dice.
Señala los límites de la ONU
contra las guerras. "Ayuda sí para evitar
guerras y pienso en Chipre, donde hay tropas argentinas. Pero para parar una
guerra, para resolver una situación de conflicto como la que estamos viviendo
hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, [la ONU]
no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da
poder".
"LAS
COSAS QUE HICE NO FUE POR UNA INDIGESTIÓN"
Con 9 años de pontificado
cumplidos, Francisco asegura que "las cosas que hice no las
inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo
lo que los cardenales habíamos dicho en las reuniones pre-cónclave, que debía
hacer el próximo Papa. Entonces dijimos las cosas que había que cambiar, los puntos
que había que tocar. Lo que puse en marcha fue eso que se pidió. No creo que
haya habido nada original mío, sino poner en marcha lo que se pidió entre
todos. Por ejemplo, en la parte de Reforma de la Curia terminó con la nueva
Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, que después de 8 años y medio de
trabajo y consulta se logró poner lo que habían pedido los cardenales",
asegura el Papa.
Admite, eso sí, una influencia
latinoamericana, cuyo rasgo, dice, es que "la
Iglesia latinoamericana tiene una historia de cercanía al pueblo muy grande. Si
tomamos las conferencias episcopales - la primera en Medellín, después Puebla,
Santo Domingo y Aparecida - siempre fue en diálogo con el pueblo de Dios. Y eso
ayudó mucho. Es una Iglesia popular, en el sentido real de la palabra. Es una
Iglesia del pueblo de Dios, que se desnaturalizó cuando el pueblo no podía
expresarse y terminó siendo una Iglesia de capataces de estancia, con los
agentes pastorales que mandaban. El pueblo se fue expresando cada vez más en
lo religioso y terminó siendo protagonista de su historia".
Después, recomienda leer a un
filósofo argentino. "Hay un filósofo
argentino, Rodolfo Kush, que es el que mejor captó lo que es un pueblo. Como sé
que me van a escuchar, recomiendo la lectura de Kush. Es uno de los grandes
cerebros argentinos Tiene libros sobre la filosofía del pueblo. En parte, esto
es lo que vivió la iglesia latinoamericana, aunque tuvo conatos de
ideologización, como el instrumento de análisis marxista de la realidad para la
Teología de la Liberación. Fue una instrumentalización ideológica, un camino de
liberación - digamos así - de la iglesia popular latinoamericana. Pero una cosa
son los pueblos y otra son los populismos".
Y añade: "En
Europa lo tengo que expresar continuamente. Acá tienen una experiencia de
populismo muy triste. Hay un libro que salió ahora, “Síndrome
1933”, que muestra cómo se fue gestando el populismo de Hitler. Entonces, me
gusta decir: no confundamos populismo con popularismo. Popularismo es cuando el
pueblo lleva adelante sus cosas, expresa lo suyo en diálogo y es soberano. El
populismo es una ideología que aglutina al pueblo, que se mete a reagruparlo en
una dirección. Y acá cuando les hablás de fascismo y nazismo entienden en ese
aspecto lo que es un populismo".
Un rasgo latinoamericano es la
devoción popular, que él aprecia. "Cuando vos
encontrás que a las patronales del Milagro de Salta te bajan los Misachicos
desde 3 mil metros, hay ahí una entidad religiosa que no es superstición,
porque se sienten identificados con eso. La Iglesia latinoamericana ha crecido
mucho en esto. Y también es una Iglesia que supo cultivar las
periferias, porque la verdadera realidad se ve desde allí".
Por eso pide "una
política desde el pueblo que no es populismo. Respetar los valores del pueblo, respetar el ritmo y la
riqueza de un pueblo".
LA
UNIDAD DE LATINOAMÉRICA
El Papa después comenta que "Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de
lucha, del sueño de San Martín y Bolívar por la unidad de la región. Siempre fue víctima, y será víctima hasta que no se
termine de liberar, de imperialismos explotadores. Eso lo tienen todos los
países. No quiero mencionarlos porque son tan obvios que todo el mundo los ve.
El sueño de San Martín y Bolívar es una profecía, ese encuentro de todo el
pueblo latinoamericano, más allá de la ideología, con la soberanía. Esto es lo
que hay que trabajar para lograr la unidad latinoamericana. Donde cada pueblo
se sienta a sí mismo con su identidad y, a la vez, necesitado de la identidad
del otro. No es fácil".
LOS
4 PRINCIPIOS DE FRANCISCO
El Papa después enumera 4 principios "filosóficos o políticos" que dice que le guían:
- “La realidad es
superior a la idea”, o sea, cuando te vas por los idealismos, perdiste;
- “El todo es superior a la parte”, es decir, buscar siempre la unidad del
todo.
- “La unidad es superior al conflicto”, o sea, cuando privilegiás los
conflictos, dañás la unidad.
- “El tiempo es superior al espacio”, "fijate que los imperialismos
siempre buscan ocupar espacios y la grandeza de los pueblos es iniciar
procesos".
Y explica: "Estos cuatro principios siempre me ayudaron para
entender a un país, a una cultura o a la Iglesia".
LA
VOZ DEL PAPA, ¿PUEDE CAMBIAR EL MUNDO?
Preguntado por si "su voz disonante tiene la posibilidad de cambiar
muchas cosas", el Papa responde: "Que
es disonante, algunas veces lo sentí. Creo que mi voz puede cambiar… pero no me
la creo mucho porque te puede hacer daño eso. Yo digo lo que siento delante
de Dios, delante de los demás, con honestidad y con el deseo de que sirva. No me preocupa tanto si va a
cambiar o no va a cambiar cosas. Me cuadra más el decir las cosas y el ayudar a
que se cambien solas".
Luego critica que la prensa a
veces "te agarran una frase fuera de contexto". Por
ejemplo, hablando de que en la guerra no hay buenos ni malos, "se tomó esa frase sola y dijeron “¡El Papa no
condena a Putin!”".
EL PAPEL DE LOS MEDIOS
DE COMUNICACIÓN... Y EL "AMOR A LA CACA"
Sobre los medios de comunicación
cita a la filósofa Simone Paganini, de la Universidad de Aquisgrán, que
recordaba que toda comunicación requiere una tensión. Pero él pide distinguir
el “pasó esto y pienso que es esto”.
Después, enumera
4 pecados de la comunicación:
- la
desinformación: "decir lo que me conviene y callarme lo otro",
- la calumnia: "Se inventan cosas y a veces destruyen a una persona"
con una comunicación;
- la difamación: decir de alguien algo de su pasado que ya cambió, "como
si a un adulto te trajeran los pañales sucios de cuando eras chiquito".
- "usé la palabra técnica 'coprofilia', es decir, el amor a la caca, el
amor a la porquería. O sea, buscar ensuciar, buscar el escándalo por el
escándalo".
Anima a los medios de
comunicación a "enseñar honestidad a la gente, enseñar a
comunicarse con el ejemplo, enseñar a la convivencia. Pero si vos tenés medios de comunicación que da la impresión que
tienen una metralla en la mano para destruir a la gente, eso nunca hará crecer
a un pueblo".
Y lamenta en los medios "esa cultura de la indiferencia, del conformismo y
del relativismo que nos daña a todos".
DISTINGUIR
ENTRE PASTORES Y "CLÉRIGOS DE ESTADO"
"Me gusta
hacer una distinción entre pastores de pueblo y clérigos de Estado", explica el Papa, para hablar sobre el clero.
"Clérigo de
Estado es aquel de las cortes francesas, como Monsieur L’Abbé, y a veces los
curas tenemos la tentación de noviar demasiado con los poderes y ese no es el
camino. El verdadero camino es el pastoreo. Estar en medio de tu pueblo,
delante de tu pueblo y detrás de tu pueblo. Estar en medio para olerlo bien,
para conocerlo bien, porque a vos te sacaron de ahí. Estar delante de tu pueblo
para a veces marcar el ritmo. Y estar detrás de tu pueblo para ayudar a los
rezagados y para dejar que camine solo para ver para dónde tira, porque las
ovejas a veces tienen la intuición de saber dónde está el pasto. El pastor es
eso. Un pastor que esté solo delante del pueblo no va. Tiene
que estar mezclado y participando de la vida de su pueblo. Si
Dios te pone a pastorear es para que pastorées, no para que condenes. Dios vino
acá para salvar, no para condenar. Eso lo dice San Pablo, no lo digo yo".
LA
DIFERENCIA ENTRE BERGOGLIO Y EL PAPA
Preguntado por cómo se ven
mutuamente "Bergoglio" y "el Papa", Francisco responde: "Bergoglio nunca se imaginó que iba a terminar aquí. Nunca. Yo vine
al Vaticano con una valijita, con lo puesto y un poquito más. Más aún: dejé preparados en Buenos Aires los
sermones para el Domingo de Ramos. Pensé: ningún Papa va a asumir el Domingo de
Ramos, así que yo el sábado viajo de vuelta a casa. O sea, nunca me imaginé que
iba a estar acá. Y cuando veo al Bergoglio de allá y toda su historia, las
fotografías hablan".
Explica que "uno va aprendiendo en la vida a ser universal, a
ser caritativo, a ser menos malo. Yo creo que todas las personas son buenas. O
sea, veo a un hombre que caminó, que tomó una senda, con altos y bajos, y
tantos amigos lo ayudaron a seguir caminando. Mi vida no la caminé nunca solo.
Siempre hubo hombres y mujeres, empezando por mis padres, mis hermanos, una
vive todavía, que me han acompañado. No me imagino una persona solitaria,
porque no lo soy".
"¿Y cómo miraría
Bergoglio al Papa?", le preguntan. "No sé cómo lo miraría. Yo creo que en el fondo diría
“¡Pobre tipo! ¡La que te tocó!” Pero no es tan trágico ser
Papa. Uno puede ser un buen pastor", plantea.
Después comenta que como Papa, "algunos me dicen que afloraron cosas que estaban en
germen en mi personalidad. Que me volví más misericordioso. En
mi vida tuve períodos rígidos, que exigía demasiado. Después me di cuenta que
por ese camino no se va, que hay que saber conducir". "Como
obispo que fui un poco más benévolo. Pero en la etapa de jesuita fui muy
severo. Y la vida es muy linda con el estilo de Dios, de saber esperar siempre.
Saber, pero hacerte el tonto como que no sabés y dejarlo madurar. Es una de las
sabidurías más lindas que nos da la vida", asegura.
Le preguntan si habrá Papa
Francisco para rato y responde: "Que lo diga El de
Arriba".
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