El águila no lucha contra la serpiente en el suelo. Cambia la ubicación de la batalla, lo levanta al cielo, luego libera a la serpiente del aire. La serpiente no tiene poder ni equilibrio en el aire. Es inútil y muy débil a diferencia de la tierra, donde es fuerte, astuta y mortal.
Así que
en tu batalla, sube al mundo espiritual, ora a Dios, y cuando estés en el mundo
espiritual Dios peleará por ti.
No luches
contra el enemigo en su zona de confort con las armas del odio, la malicia y la
falta de respeto... Cambia el campo de batalla como un águila y deja que Dios
atienda tus oraciones sinceras y humildad. Estás asegurado de la victoria.
S. Charbel
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