7 PRINCIPIOS QUE TE DEMUESTRAN QUE DIOS NO TE HA ABANDONADO
SABEMOS CIERTAMENTE QUE LA ESCRITURA DICE QUE LAS
AGUAS NOS LLEGAN HASTA EL CUELLO PERO NO NOS AHOGAN
PREGUNTA:
Estimado
Padre: Tengo una hermosa familia; buena y piadosa
esposa y dos hijas. Yo en lo personal me considero católico practicante
y muy consciente de la presencia de Dios en todo lo que nos rodea. Estoy en una
muy difícil situación, pues desde hace año y medio no tengo trabajo. Mi
trayectoria profesional fue de excelencia y lo que hago y propongo estoy seguro
es de muy alta calidad. En todo este tiempo desempleado he pedido mucho a Dios
que me ayude y también he solicitado la intercesión de la Virgen y de algunos
santos, incluso, algo que nunca se me había ocurrido, he hablado con mi ángel
de la guardia. Pero el tiempo pasa y se me agotan los fondos de sobrevivencia,
de tal manera que me acerco a un colapso económico con sus secuelas de
infelicidad para mi familia. En ésta situación creo como que Dios me ha
volteado la mirada, no entiendo que espera de mí. El sermón de la Misa del
domingo anterior me puso muy reflexivo, pues el sacerdote se refirió a no
esperar ‘magia’ en nuestra relación con
Dios. Hasta ahora he pensado que Dios tiene injerencia en nuestra vida y que
respetando nuestra libertad y responsabilidad, busca nuestro bien, y que le
gusta que toquemos su puerta y le pidamos como a un Padre que es. Dentro de mi
desesperación he pensado en obviar la presencia de Dios en lo referente a mi vida
profesional y económica y circunscribirla a la conducta de cumplir con la
práctica religiosa y pedirle ayuda para no pecar. Padre aconséjeme para no
desesperar en esta situación tan agobiante. Gracias anticipadas.
RESPUESTA:
Muchas personas sienten que el peso del trabajo,
problemas familiares, económicos, legalidad, desempleo, etc., los ahogan y no
encuentran salida por ninguna parte (aún siendo un cristiano practicante),
sienten que no pueden con todo
esto y más cuando le vienen más de 2 o 3 problemas de esos juntos. Esto
puede sucederle a cualquiera de nosotros en algún momento de
nuestra vida.
Para los planes de Dios sobre cada uno de
nosotros no existen respuestas
teológicas concretas. No sé qué pueda querer Dios de usted, ni hasta
donde lo probará con el infortunio.
Sabemos ciertamente que la Escritura dice que las
aguas nos llegan hasta el cuello pero no nos ahogan. No le voy a
mentir diciendo que ya van a terminar sus sufrimientos. Eso hacen los
horoscopistas que mienten a la gente y juegan con su sed de esperanza y su
credulidad. Pero a pesar de mentirle no le solucionan nada.
7 PRINCIPIOS CLAROS QUE DEBEMOS TENER CLAROS:
- Todo sucede para el bien de los que Dios
ama (Romanos 8,20). Aunque allí no se dice qué se incluye en ese ‘todo´:
va desde los dones materiales de Dios, hasta la cruz y el martirio.
- Dios no permite que seamos probados más
allá de nuestras fuerzas.
- Muchas veces las aguas nos llegan hasta el
cuello, pero no nos ahoga.
- Muchas veces Dios espera que le pidamos lo
que necesitamos, incluso con sacrificios, penitencias y votos generosos, y
luego actúa. Porque quería suscitar en nosotros esos actos que nos han de
santificar.
- La cruz está en el camino ordinario de toda
persona llamada a la santidad. Y debemos aceptar con paciencia y
resignación nuestras cruces; para eso podemos leer con fruto el Libro de
Job.
- Esto no nos exime de poner de nuestra parte
todos los medios materiales para encontrar una salida. Precisamente muchas
veces la gracia que Dios nos da no es el encontrar la salida de nuestros
problemas sino la gracia de intentarlo una vez más, lo cual también viene
de Dios.
- En nuestra debilidad se manifiesta la
fuerza de Dios, como dice San Pablo. A veces Dios espera a que estemos
completamente abatidos y recién allí actúa, para que se vea que ha sido su
mano la que nos salvó y no nuestras fuerzas.
Se que no es sencillo, pero si es tu caso, nunca dejes de orar.
"Siempre y por
cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro Señor
Jesucristo" (Efesios 5,20)
Cuente con mis oraciones.
En Cristo y María.
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