El P. Francisco José Delgado, sacerdote español de la Arquidiócesis de Toledo y que sirvió durante algunos años en una zona marginal del Perú, explicó que la Iglesia Católica no solo tiene el derecho sino el deber de evangelizar, también a los pueblos indígenas.
Así lo indicó el sacerdote en declaraciones a ACI Prensa este 27 de
julio, en el marco del viaje que el Papa Francisco hace a Canadá, en donde pide
perdón a los pueblos indígenas por los excesos de los cristianos.
“La Iglesia no solo tiene derecho a
evangelizar, sino el deber de hacerlo. El
mandato de Cristo es ‘Vayan y evangelicen a todos los pueblos’, y la Esposa de
Cristo no puede no cumplir el mandato del Esposo”, resaltó el P.
Delgado.
El sacerdote recordó luego que sobre “el
derecho natural de evangelizar se pronuncia Francisco de Vitoria en la famosa
Relección sobre los títulos de la conquista de América”. De Vitoria fue
un fraile dominico, jurista, filósofo y jurista, considerado el padre del
derecho internacional.
El P. Delgado dijo a ACI Prensa que “la
labor de los evangelizadores en América es un modelo (también con sus sombras)
de cómo ha de relacionarse la Iglesia con las culturas”.
“Ya los primeros misioneros teóricos de la misión,
como Fray Juan de Zumárraga (Obispo de México) o el (jesuita) P. José de
Acosta, insistían en la necesidad de la promoción humana y la catequesis basada en la
razón al nivel de los indios”, subrayó.
LOS INDÍGENAS ABRAZARON
LA FE CATÓLICA CON PAZ Y ALEGRÍA
El sacerdote destacó que “los indios de
entonces, infinitamente más sabios que los indigenistas ideologizados que hoy
pretenden defender las culturas indígenas para satisfacer sus intereses
políticos, abrazaron decididamente la fe católica con paz y alegría”.
“Entendieron perfectamente la Verdad de la
Revelación del Dios Amor en Cristo, de la cual sus supersticiones paganas no
eran sino sombras y brutales desfiguraciones”.
El P. Delgado precisó además que “no hubo
que hacer mucho esfuerzo para convencer a aquellos que sacrificaban a sus hijos
a los ídolos de que el Dios al que merecía la pena servir era aquél que había
sacrificado a su propio Hijo para salvar a los hombres”.
El presbítero español indicó además que “los
misioneros de entonces trataron a los indios con amor paternal, estudiando
profundamente sus culturas para preservar cuanto hubiera de bueno
y verdadero y, por tanto, no contrario al Evangelio”.
Asimismo, “dotaron de escritura y gramática
a las lenguas indígenas, en muchos casos antes de que el inglés o el francés
tuvieran una gramática moderna”.
“Hoy la Iglesia debería hacer lo mismo: conocer en
profundidad las culturas indígenas para entender cómo están llamadas a
converger en la fe cristiana, siendo purificadas de sus errores y elevadas a la plenitud”,
resaltó el P. Delgado.
EL CASO DE CANADÁ
El sacerdote explicó a ACI Prensa que se debe “distinguir
lo sucedido en Canadá del relato fantástico que los grupos ideológicos
han querido difundir”.
“Se debe recordar que el relato de las fosas
comunes en terrenos de colegios regentados por la Iglesia se ha demostrado hace
tiempo como una falsedad”, dijo.
A pesar de ello, “la difusión de estas
noticias falsas, incluso por fuentes gubernamentales, llevaron a una ola
de violencia contra la Iglesia, con quema de templos incluida, por
la que nadie ha pedido perdón”, lamentó.
“Aprovechando la difusión de esta falsedad, se
intenta ahora hablar de un cierto ‘genocidio cultural’ que consistiría en el
empeño gubernamental, con el que la Iglesia habría colaborado, de proveer de
educación a niños de comunidades indígenas”, remarcó
el sacerdote.
El 27 de mayo de 2021 se difundió la noticia de que se habían
descubierto tumbas sin marcar, que contenían los restos de niños indígenas, en
los terrenos de una antigua escuela residencial en la Columbia Británica.
La escuela residencial indígena Kamloops, que funcionó desde finales del
siglo XIX hasta finales de la década de 1970, se encontraba entre las escuelas
patrocinadas por el gobierno de Canadá y dirigidas por la Iglesia Católica para
asimilar por la fuerza a los niños indígenas.
La difusión de esas noticias suscitó que muchas iglesias de comunidades
indígenas o vinculadas a ellas fueran vandalizadas e incendiadas en Canadá.
Más de un año después, no se han descubierto cuerpos en el sitio de
Kamloops. No está claro si las tumbas que se dice que se descubrieron allí
existen realmente.
Sobre las escuelas residenciales, el P. Delgado dijo que “es difícil juzgar si las prácticas realizadas en esas
instituciones fueron realmente una imposición violenta de valores ajenos, por
ejemplo como la que hoy habitualmente realizan las escuelas
públicas siguiendo los dictados de la ideología de género”.
Sin embargo, “visto el uso de la mentira que
han hecho los grupos ideológicos antes, es de sospechar que en este caso no hay
demasiado amor a la verdad”, destacó.
LA LABOR EDUCATIVA DE
LA IGLESIA Y UN CONSEJO PARA LOS CATÓLICOS
El P. Delgado reconoció que “la labor
educativa y evangelizadora de la Iglesia ha sido muchas veces defectuosa,
aunque los católicos podemos estar ciertamente orgullosos de nuestra Iglesia y
de los misioneros que han dado la vida para promover la verdadera cultura
humana, que lleva a Cristo”.
Más bien, respondió el sacerdote, “los
movimientos racistas que surgieron de la ilustración (que endiosó a la razón
humana) llevaron a que el mundo civil quisiera descuidar la educación de los
pueblos más vulnerables, algo que la Iglesia nunca consintió”.
Por otro lado, alertó el sacerdote español, “no
hay que dejarse engañar por el relato de un mundo indígena pacífico e idílico. La realidad es que las tribus del norte de América
fueron, en muchos casos, crueles y violentos, no
solo contra el europeo ‘invasor’, sino especialmente entre ellos mismos”.
De hecho, relató el P. Delgado, “algunos de
los mártires que murieron a manos de los indios de la zona del Canadá en el
siglo XVII, como San Juan de Brébeuf, lo hicieron por estar acompañando a los
indios hurones cuando sufrieron los ataques de los belicosos iroqueses”.
Para concluir, el sacerdote ofreció el siguiente consejo a los
católicos: “Mi consejo es que los católicos no se
dejen engañar por las falsedades difundidas por grupos que utilizan
a los indígenas para defender intereses políticos, sino que conozcan la verdad de los acontecimientos”.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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