Como cada 26 de julio la Iglesia celebra el día de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María, personas de profunda fe que inculcaron en su hija el amor y confianza en Dios.
En el marco de esta fiesta, mostramos las tres iglesias dedicadas a
estos santos en la ciudad de Roma.
Al lado de la importante iglesia San Carlo alle Quattro Fontane, se
encuentra la iglesia de San Joaquín y Santa Ana, conocida como “Chiesa dei Santi Gioacchino e Anna alle Quattro Fontane”.
Fue construida en el siglo XVII por los padres carmelitas
reformados descalzos de España, cuya sencilla fachada podría pasar
desapercibida para cualquier turista que camine por el barrio romano de Monti.
En 1809 los religiosos españoles se vieron obligados a abandonar el
templo tras la ocupación de los franceses.
Tras su llegada a Roma, el rey Carlos IV
de España y su mujer María Luisa de Parma donaron la iglesia a los perpetuos
religiosos del Santísimo Sacramento, con el apoyo del Papa Pío VII.
Más tarde, en 1846, el convento pasó a formar parte del recién fundado
Colegio Belga.
En el exterior del templo se puede leer la frase “Sedente Paulo V
SS Ioachim et Annae dicatum” (Dedicado a los santos Joaquín y Ana durante el reinado de Pablo
V).
A pesar de su sencillez y discreción exterior, su interior de estilo
barroco sorprende por su gran tamaño, mayor incluso que la conocida iglesia
vecina San Carlo alle Quattro Fontane.
Además, existe otra iglesia dedicada a los padres de la Virgen en Roma.
Se encuentra en Vía de Monte Polacco, también en el barrio de Monti, y fue
construida bajo el nombre Chiesa dei Santi Gioacchino e Anna a
Monti en el siglo XVIII para las
monjas de San Francisco de Paula.
También hay otra iglesia dedicada a estos santos situada a las afueras
de la capital italiana. Se trata de la iglesia dei Santi
Gioacchino ed Anna al Tuscolano, erigida el 28 de junio de
1988 como título cardenalicio.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
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