A las grandes corporaciones extractivas mineras, petroleras, forestales, etc
Este jueves 21
de julio se ha difundido el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial
de Oración por el Cuidado de la Creación, prevista para el 1º de Septiembre. El
lema escogido este año es «Escucha la voz de la creación».
(Vatican.news/InfoCatólica) «Escucha la voz
de la creación»: ese es el tema y la invitación del Tiempo de la Creación de
este año. Así
comienza el mensaje del Papa, firmado el 16 de julio en San Juan de Letrán,
para este período ecuménico, recuerda, que va del 1º de septiembre al 4 de
octubre, terminando con la fiesta de San Francisco de Asís.
Según Francisco, «es un
momento especial para que todos los cristianos recemos y cuidemos juntos
nuestra casa común. Inspirado originalmente por el Patriarcado ecuménico de
Constantinopla, este tiempo es una oportunidad para cultivar nuestra
«conversión ecológica», una conversión alentada por san Juan Pablo II como
respuesta a la «catástrofe ecológica» anunciada
por san Pablo VI ya en 1970».
«Si aprendemos a escucharla,
notamos una especie de disonancia en la voz de la creación. Por un lado, es un
dulce canto que alaba a nuestro amado Creador; por otro, es un amargo grito que
se queja de nuestro maltrato humano», escribe el Pontífice.
LOS CLAMORES DE LA
TIERRA, DE LOS POBRES Y DE LOS NATIVOS
Francisco considera que el
dulce canto de la creación va acompañado de un amargo grito, «o más bien, por un coro de clamores amargos». En
primer lugar, dice que es la «hermana madre tierra
la que clama», que «a merced de nuestros
excesos consumistas, ella gime y nos suplica que detengamos nuestros abusos y
su destrucción». En segundo lugar, expresa que también «son los más pobres entre nosotros los que gritan»,
quienes, «expuestos a la crisis climática, los
pobres son los que más sufren el impacto de las sequías, las inundaciones, los
huracanes y las olas de calor, que siguen siendo cada vez más intensos y
frecuentes».
También gritan, afirma
Francisco, «nuestros hermanos y hermanas de los
pueblos nativos» y explica, citando el punto 9 de su exhortación
apostólica postsinodal «Querida Amazonía», que,
debido a los intereses económicos depredadores, los territorios ancestrales de
los pueblos originarios están siendo invadidos y devastados por todas partes,
lanzando –dice- «un clamor que grita al cielo».
«DEBEMOS
ARREPENTIRNOS Y CAMBIAR LOS ESTILOS DE VIDA»
Al escuchar estos gritos
amargos, el Papa urge al arrepentimiento y al cambio de los estilos de vida y
los sistemas perjudiciales. A su vez, observa el estado de degradación de
nuestra casa común, que, considera, «merece la
misma atención que otros retos globales como las graves crisis sanitarias y los
conflictos bélicos».
Después, se detiene en el
compromiso de las personas de fe, «de actuar, en
nuestro comportamiento diario, en consonancia con esta necesidad de conversión,
que no es sólo individual: «La conversión ecológica que se requiere para crear
un dinamismo de cambio duradero es también una conversión comunitaria» (ibíd.,
219)».
ADHESIÓN DE LA SANTA
SEDE A LA CONVENCIÓN SOBRE CLIMA Y ACUERDO DE PARÍS
El Sucesor de Pedro alude,
además, a la cumbre COP27 sobre el clima, que se celebrará en Egipto en
noviembre de 2022, y la califica de la próxima oportunidad para impulsar juntos
una aplicación efectiva del Acuerdo de París. «Es
también por esta razón que recientemente he dispuesto que la Santa Sede, en
nombre y representación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se adhiera a la
Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y al Acuerdo de París, con
la esperanza de que la humanidad del siglo XXI «pueda ser recordada por haber
asumido con generosidad sus graves responsabilidades» (ibíd., 165)», subraya
el Obispo de Roma.
El Papa insiste en la
necesidad de «convertir los modelos de consumo y
producción, así como los estilos de vida, en una dirección más respetuosa con
la creación y con el desarrollo humano integral de todos los pueblos presentes
y futuros; un desarrollo fundamentado en la responsabilidad, en la prudencia/precaución,
en la solidaridad y la preocupación por los pobres y las generaciones futuras».
Para él, «la transición que supone esta
conversión no puede dejar de lado las exigencias de la justicia, especialmente
para los trabajadores más afectados por el impacto del cambio climático».
«ESCUCHEMOS EL
AMARGO GRITO DE LA CREACIÓN»
Francisco repite su llamado, «en nombre de Dios a las grandes corporaciones
extractivas –mineras, petroleras–, forestales, inmobiliarias, agro negocios,
que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, dejen de contaminar
los ríos y los mares, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos», como
manifestó en su videomensaje a los movimientos populares el 16 de octubre de
2021.
«En este Tiempo
de la Creación, recemos para que las cumbres COP27 y COP15 puedan unir a la
familia humana (cf. ibíd., 13) para abordar con decisión la doble crisis del
clima y la reducción de la biodiversidad», es el augurio del Santo Padre.
«Recordando la
exhortación de san Pablo de alegrarse con los que se alegran y llorar con los
que lloran (cf. Rm
12,15), lloremos con el amargo grito de la
creación, escuchémoslo y respondamos con hechos, para que nosotros y las
generaciones futuras podamos seguir alegrándonos con el dulce canto de vida y
esperanza de las criaturas», concluye el Pontífice.
TIEMPO DE LA
CREACIÓN 2022
El Movimiento Laudato si
informó que líderes cristianos de todo el mundo se reunieron el miércoles 23 de
febrero de 2022 para anunciar oficialmente el Tiempo de la Creación 2022, la celebración
ecuménica anual que une a los 2.400 millones de cristianos del mundo en oración
y acción por nuestro hogar común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario