Cada 23 de julio la Iglesia celebra a Santa Brígida, Patrona de Suecia, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador, madre de Santa Catalina de Suecia y, desde la vigilia del gran jubileo del año 2000, Patrona de Europa proclamada por el Papa San Juan Pablo II.
El Papa Emérito Benedicto XVI señaló en el año 2010 que la vida de Santa
Brígida muestra el papel y la dignidad de la mujer dentro de la Iglesia,
evidenciada en la “actitud de respeto y de
fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia, en particular al Sucesor del
apóstol Pedro".
Poniendo como ejemplo a Santa Brígida, Benedicto XVI añadió: “De hecho, en la gran tradición cristiana se reconoce a
la mujer una dignidad propia, y —siguiendo el ejemplo de María, Reina de
los Apóstoles— un lugar propio en la Iglesia, que,
sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es igualmente importante para el
crecimiento espiritual de la comunidad. Además, la colaboración de consagrados
y consagradas, siempre en el respeto de su vocación específica, reviste una
gran importancia en el mundo de hoy”.
Por eso, como muchas mujeres santas, Santa Brígida sigue “hablándole” al corazón de las mujeres y hombres
de hoy.
ESPOSA, MADRE Y MÍSTICA
Santa Brígida nació en Norrtälje, Uppland (Suecia) en 1302. Esposa y
madre de ocho hijos -a quienes educó en la fe con dedicación- al quedar viuda
decidió renunciar a un segundo matrimonio para dedicarse a la oración, la
penitencia y las obras de caridad. Vendió sus posesiones, las entregó a la
Iglesia e ingresó -sin que mediara consagración religiosa- al monasterio
cisterciense de Alvastra, en su país natal.
A esta santa y mística, el Señor le reveló un conjunto de plegarias u
oraciones, así como visiones de su pasión y mensajes que invitan al consuelo
espiritual en Él. Además, su Madre, la Virgen María la instruyó en temas
concernientes a la unidad de la Iglesia y el Papado.
LAS REVELACIONES
El relato de estas gracias particulares está contenido en sus
Revelaciones, dictadas a sus confesores y secretarios y que conforman una
extensa obra en ocho volúmenes. En este libro están contenidas grandes promesas
para la conversión y salvación de las almas.
En el marco de sus experiencias místicas, Brígida fue instruida por la
Santísima Virgen María en la devoción a los Siete Dolores, que consiste en
rezar siete avemarías diariamente meditando las lágrimas y los dolores de la
Madre de Dios. A quien practique esta devoción, la Virgen le concederá paz y
dará cuanto le sea solicitado, siempre y cuando no sea contrario a la voluntad
de Dios. Además, la Madre de Dios le defenderá en el combate espiritual, entre
otras gracias.
Por su parte, el Señor le reveló quince oraciones para ser rezadas por
un año, acompañadas también de grandes promesas; así como otras oraciones
destinadas a ser rezadas a lo largo de doce años. En la basílica de San Pablo
Extramuros en Roma se encuentra el crucifijo milagroso, esculpido por Pierre
Cavallini, ante el cual la Santa recibió de rodillas las oraciones que el Señor
le reveló.
PATRONA DE EUROPA
Santa Brígida falleció en Roma (Italia) a la edad de 70 años, el 23 de
julio de 1373, siendo canonizada 18 años después de su muerte.
Su proclamación como Patrona de Europa responde a ciertas
características de su ejemplar vida. Habiendo pertenecido a la nobleza sueca,
mostró desapego de esta por razones espirituales. Por otro lado, recorrió la
Europa de raíces católicas -hizo, por ejemplo, el camino de Compostela al lado
de su esposo Ulf-, y se embarcó con sus hijos espirituales -ya viuda- rumbo a
Tierra Santa, lugar en el que estuvo en 1371.
Finalmente, su periplo en este mundo acabó en la ciudad de Roma,
mientras pedía el regreso de los Papas, en ese momento exiliados en Avignon.
Después de la muerte de Ulf, Brígida se consagró por entero a la vida de
oración y al fortalecimiento en diversos lugares del espíritu y la letra de la
vida monástica femenina.
Si quieres saber más sobre Santa Brígida de Suecia, puedes leer este
artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santa_Brígida_de_Suecia.
Redacción ACI Prensa
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