Los sacerdotes deben promover y favorecer la confesión frecuente.
Por: Daniel
Alberto Robles Macías | Fuente: ConMasGracia.org
Durante las misas dominicales en los templos
donde hay más de un sacerdote, es normal ver cómo mientras uno de ellos celebra
la Eucaristía, otro se encuentra en el confesionario recibiendo a los fieles
para administrar el sacramento de penitencia. Pero, ¿está permitido hacer
eso?
Sobre esta cuestión existen entre los sacerdotes
diversas opiniones, tanto en contra como a favor. Pero la Iglesia, a
través de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, en el año 2001 respondió de manera oficial. Lo hizo citando
la Instrucción Eucharisticum mysterium publicada el 25 de mayo de 1967
que refiere en su numeral 35: “Se procure encarecidamente que los fieles se
acostumbren a acudir al sacramento de la Penitencia fuera de la celebración de
la Misa, sobre todo en las horas señaladas, de tal manera que su celebración se
haga con tranquilidad y con verdadera utilidad de los mismos y no sean
estorbados en la participación activa de la misa”.
Ahora bien, esta disposición no prohíbe a los
sacerdotes administrar este sacramento en el momento que ellos deseen y crean
necesario, sino que sólo se les aconseja animar a
sus fieles a acercarse al sacramento fuera de la celebración Eucarística.
Así lo confirma en párrafos posteriores de la
citada contestación: “Por otro lado, esta norma
en ningún modo prohíbe a los sacerdotes, aparte del que celebra esa Santa Misa,
oír las confesiones de los fieles que lo deseen, también en el tiempo de la
celebración de la Misa”.
Al contrario, en razón del desinterés que actualmente
existe entre algunos fieles de no acudir a este sacramento, con mayor razón se exhorta a los sacerdotes a que promuevan y favorezcan la participación
frecuente de la confesión.
Por lo que termina exponiendo: […] “es lícito, durante las Misas solemnes, recibir
confesiones, cada vez que se prevé que los fieles pedirán este ministerio. Si
se organiza una concelebración, encarecidamente se ruega que algunos sacerdotes
se abstengan de la concelebración, de modo que puedan estar disponibles a los
fieles que quieran acudir al sacramento de la Penitencia”.
De modo que queda claro que no está prohibido
impartir este sacramento al tiempo que se lleva a cabo la celebración
Eucarística. Al contrario, se invita a que haya sacerdotes
dispuestos a recibir a los fieles que deseen confesarse durante la Misa. Así lo recomienda San Juan Pablo II en su Carta Apostólica Misericordia Dei en
su número dos: “En particular, se recomienda la
presencia visible de los confesores en los lugares de culto durante los
horarios previstos, la adecuación de estos horarios a la situación real de los
penitentes y la especial disponibilidad para confesar antes de las Misas y
también, para atender a las necesidades de los fieles, durante la celebración
de la Santa Misa, si hay otros sacerdotes disponibles”.
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