Temía estar solo... hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía
fracasar... hasta que me di cuenta que únicamente
fracaso cuando no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí... hasta que me di cuenta que de todos
modos opinan.
Temía me rechazaran... hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo.
Temía al dolor... hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad... hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a
la muerte... hasta que aprendí que no es el final... sino más bien el comienzo.
Temía al
odio... hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía
al ridículo... hasta que aprendí a reírme de mí
mismo.
Temía hacerme viejo... hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado... hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no
puede herirme más.
Temía a la oscuridad... hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio... hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar
por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos
desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
Hay
que vivir plenamente porque la vida pasa pronto....
*Ernest Hemingway*
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