Un estatua del Arcángel San Miguel se alza en el centro de Kiev con un escudo y una espada flamígera como protector de la capital de Ucrania y de todo el país, hoy amenazado por la invasión de Rusia.
Colocada en 2002, y construida con bronce y oro, la estatua se alza
sobre la “Puerta de Liadski” en la Plaza de
la Independencia de Kiev.
El Arcángel San
Miguel es el patrono de Kiev, y se encuentra también al centro del
escudo de armas de la capital ucraniana.
El patronazgo sobre la región ucraniana se remonta a la Edad Media,
durante la existencia del “Rus de Kiev”, una
federación de tribus eslavas que existió entre el siglo IX y el XIII.
Para el siglo XVI, ya el Arcángel San Miguel aparecía en el escudo de
Kiev.
En 1969, durante el régimen de la comunista Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se reemplazó la figura del Arcángel
San Miguel por la de hojas de castaño.
Acabado el régimen comunista, en 1995 se reincorporó al Arcángel San
Miguel como centro del escudo de la ciudad.
Las
tensiones entre Ucrania y Rusia han escalado desde marzo de 2021, con un
creciente despliegue de armamento y tropas rusas en la frontera de ambos
países.
Vladimir
Putin, presidente de Rusia, ha justificado la escalada militar en una supuesta
preocupación de que Ucrania se sume a la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN), una alianza militar encabezada por Estados Unidos cuyo origen se
remonta a los años de la Guerra Fría.
El 21 de
febrero, Vladimir Putin reconoció oficialmente a dos regiones de Ucrania,
Donetsk y Lugansk, como estados independientes, y desplegó tropas rusas para
asegurar su separación del país. Tres días después, Rusia comenzó a invadir
Ucrania.
Las
tropas rusas tomaron posesión de la zona de la antigua planta nuclear de
Chernóbil el 24 de febrero y se acercan a la capital de Ucrania, Kiev.
Tras la
ofensiva rusa, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Australia y Japón
anunciaron sanciones económicas y comerciales contra Rusia.
El Papa
Francisco ha llamado reiteradamente a la paz en la región, y se ha ofrecido
como intermediario de los diálogos hacia una solución del conflicto.
Además, ha pedido a todos los
católicos de todo el mundo, así como a las personas de buena voluntad, unirse
este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, en un día de oración y ayuno por la
paz en Ucrania.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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