El Papa Francisco lamentó este viernes que los llamamientos a la paz no estén siendo escuchados y que se sigan desarrollando conflictos en varias partes del mundo, lo cual “nos avergüenza a todos” porque muestra que la humanidad, que se enorgullece de la ciencia, no es capaz de construir la paz.
El Santo Padre dijo esto durante la audiencia a los participantes de la
Plenaria de la Congregación para las Iglesias Orientales en el Palacio
Apostólico del Vaticano.
Al comienzo de su discurso, el Papa Francisco recordó los cien años de
la muerte de Benedicto XV, fundador esta Congregación, quien a través de su
encíclica Dei Provedis de 1917 mostró que "en
la Iglesia de Jesucristo, que no es latina, ni griega, ni eslava, sino
católica, no hay discriminación entre sus hijos y que todos, latinos, griegos,
eslavos y de otras nacionalidades tienen la misma importancia”.
Asimismo, recordó la denuncia que el entonces Papa Benedicto XV hizo
acerca del conflicto bélico, una determinación que “fue
desatendida por los líderes de
las naciones implicadas en la Primera Guerra Mundial”.
LAS GUERRAS EN ORIENTE
MEDIO
En esta línea, el Santo Padre lamentó que lo mismo ocurre en la
actualidad, pues los llamamientos a la paz no son escuchados. “Estamos apegados a las guerras, y esto es trágico”,
señaló. “La humanidad, que se enorgullece de estar
a la cabeza en ciencia, en pensamiento, en tantas cosas bellas, se
está quedando atrás en construir la paz. Los humanos son campeones
en hacer la guerra. Y esto nos avergüenza a todos. Debemos rezar y pedir perdón
por esta actitud”, expresó el Papa Francisco.
Asimismo, el Santo Padre recordó los conflictos en Oriente Medio como el
de Siria e Irak, el de la región etíope de Tigray o el drama del Líbano.
También denunció que “siguen soplando vientos que
amenazan en las estepas de Europa Oriental, encendiendo los fuegos de las armas
y dejando helados los corazones de los pobres e inocentes”, en
referencia a las tensiones en la frontera entre Ucrania y Rusia.
VOCACIÓN EVANGELIZADORA
Luego, refiriéndose a la Congregación para las Iglesias Orientales, el
Papa Francisco explicó que en las ciudades de Oriente es donde
se desarrollaron y conservaron tradiciones milenarias, y
aseguró que los miembros del dicasterio son “hijos y herederos” de estas
tradiciones. “Los católicos orientales llevan
décadas habitando continentes lejanos, navegando por mares y océanos y cruzando
llanuras”, señaló.
“Por eso -continuó el Santo Padre-, su trabajo es
la evangelización, que constituye la identidad de la Iglesia en todas sus
partes, es más, es la vocación de todo bautizado”.
“CAMINAR JUNTOS BAJO LA
GUÍA DEL ESPÍRITU SANTO”
A partir de esta vocación evangelizadora, el Papa Francisco señaló que a
través de la Palabra y del Espíritu del Señor Resucitado “la arcilla de nuestra humanidad se deja moldear”.
Destacó así la importancia de la liturgia, que “también
nos hace pensar en el camino sinodal”, lo que significa “caminar juntos bajo la guía
del Espíritu Santo”.
“En la sinodalidad está el Espíritu, y cuando no
hay Espíritu sólo hay parlamento o una encuesta de opinión”, dijo el Santo Padre.
MANTENER LA UNIÓN SIN
RENUNCIAR A LA ORIGINALIDAD DE LA IGLESIAS ORIENTALES
A continuación, el Papa aseguró que la Conferencia Litúrgica para el 25º
aniversario de la Instrucción sobre la aplicación de las prescripciones
litúrgicas del Código de los Cánones de las Iglesias Orientales, “es una oportunidad para conocerse en el seno de las
comisiones litúrgicas de las distintas Iglesias sui iuris; es una invitación a
caminar junto al Dicasterio y sus Consultores, según el camino indicado por el
Concilio Ecuménico Vaticano II”.
“En este camino es muy bueno que cada componente de
la única Iglesia Católica sinfónica esté siempre a la escucha de las otras
tradiciones, de sus caminos de investigación y de reforma, conservando cada uno
su propia originalidad”, señaló el Papa.
Asimismo, el Santo Padre dijo que “la fidelidad a
su propia originalidad es lo que hace la riqueza sinfónica de las Iglesias
orientales”, aunque
explicó que se pueden cuestionar otros aspectos como “la
posible introducción de ediciones de la liturgia en las lenguas de los países
donde se han extendido los propios fieles, pero sobre la forma de celebración
es necesario vivir la unidad según lo establecido por los Sínodos y aprobado
por la Sede Apostólica, evitando particularidades litúrgicas que, en realidad,
manifiestan divisiones de otro tipo dentro de las respectivas
Iglesias”.
Por último, el Santo Padre recordó a “nuestros
hermanos y hermanas ortodoxos” e
invitó a los presentes a “evitar experimentos que puedan perjudicar el camino
hacia la unidad visible de todos los discípulos de Cristo”.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
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