IDENTIFICA CUÁLES DE ESTOS FORMAN PARTE DE TU MATRIMONIO, Y APRENDE A SUPERARLOS
EL TEXTO EXPLICA LOS DIFERENTES OBSTÁCULOS QUE SUFREN LAS PAREJAS Y SE DEBEN HACER FRENTE EN EL MATRIMONIO
Son muchos los obstáculos en la vida cotidiana
del amor conyugal, y que rompen la unidad de la pareja. Analizamos estas
dificultades, recordando que la belleza del matrimonio está justamente en el
hecho de conseguir hacer vencer el amor sobre las diferencias personales de
cada uno. El amor, cuando vence, suma las divergencias y genera la
complementariedad armoniosa.
¿CUÁLES SON ESTOS
PROBLEMAS?
1. MENTIRA
Por pequeña que sea, genera desconfianza hacia
el otro, y la falta de confianza, es lógico, genera los celos, y éstos las
peleas. Por esto, la pareja no puede permitir la mentira en medio de ella.
Tiene las patas cortas.
2. MODA
A todos les gusta ir a la moda. Sin embargo, no
tiene sentido que la esposa quiera seguir una moda que su esposo desaprueba, y
viceversa. La primera persona a la que tengo que agradar con mi manera de
vestir, hablar, etc es aquella con la que estoy casado.
3. COMPARACIONES
Es común el pésimo hábito que algunos
matrimonios de compararse con otros matrimonios. La esposa, muchas veces,
quiere que su marido sea como el marido de la vecina, que compre una casa como
la de la vecina, un auto como el de la amiga, etc. Al marido, a su vez, le
gustaría que su esposa se vistiera como la vecina, que fuese culta como la
esposa de su amigo, etc.
4. PARIENTES
La sangre habla muy fuerte dentro de nosotros. A
nadie le gusta oír hablar mal de sus padres y de sus hermanos. Esto vale
también, y mucho, para el matrimonio. Jamás el marido debe hablar mal de los
suegros y cuñados a la esposa, y viceversa. No ofendas a los parientes del
otro, porque estás ofendiendo indirectamente a tu pareja.
5. RESENTIMIENTO
Cuando se quita la costra de una herida, vuelve
a sangrar y a doler. Esto es lo que algunos cónyuges hacen mutuamente. Muchas
veces, en un momento de desencuentro, los recuerdos y las ofensas antiguas son
vueltos a sacar adrede, reavivando agravios y sufrimientos adormecidos.
6. FALTA DE RESPETO
¡Qué doloroso es presenciar
a un marido ofendiendo a su esposa con gritos, malas palabras. ofensas e
incluso agresiones físicas!… ¡Qué triste es una esposa ofendiendo al marido!…
¡Un día se juraron amor eterno a los pies del altar! Fíjate,
me caso con la persona que escogí entre todas las que conozco, para construir
una vida juntos. ¿Cómo ahora la ofendo y le falto el
respeto?
Voy a dar una receta para que los maridos sean
tratados como reyes por sus esposas: ¡traten a sus
esposas como reinas!
7. PELEAS
El matrimonio muchas veces no se comprende
porque no asume algunas cosas con claridad y objetividad. Alguien ya dijo que “lo que es asumido no es caro”. Muchas discusiones
surgen porque las cosas no están bien definidas.
8. DINERO
El matrimonio pelea más cuando sobra dinero que
cuando falta. Cuando sobra dinero, el matrimonio no se pone de acuerdo sobre la
forma de gastarlo. A veces el marido quiere cambiar el auto, pero la esposa
quiere cambiar los muebles… y así siempre. Si no hay madurez en el matrimonio,
el dinero puede dividirlo de muchas maneras. Todo el dinero del matrimonio,
independientemente de quien gana, debe ser colocado en común, ambos opinando y
decidiendo sobre su uso.
9. EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Lo esencial es que el matrimonio sea unánime en
la educación, esto es, ambos deben actuar de la misma forma, sin contradecirle
en lo que dice y hace con los hijos. Para ello es preciso que el casado sea
unido y dialogue mucho, de modo que se encuentre la forma común de llevar a los
hijos.
10. TEMPERAMENTO
Se habla mucho del fracaso de una pareja por “incompatibilidad de caracteres”. En la mayoría,
los cónyuges tienen temperamentos diferentes, y es exactamente la armonización
de esa diferencia, forjada por el amor vivido cada día, lo que hace bella la
vida juntos. No hay temperamento fuerte o difícil que no pueda ser forjado en
el fuego del verdadero amor.
11. FALTA DE DELICADEZA Y
REPROCHES
La falta de delicadeza y atención es uno de los
puntos tristes en la relación de muchas parejas. Un trato frío y distante
revela falta de amor y de unión. Es fundamental que cada uno incentive al otro
a ser mejor y haga cumplidos a tiempo.
Es preciso apreciar el esfuerzo que uno hace
para agradar al otro. ¡Cuantas mujeres se quejan de
que el marido no nota y no elogia su nuevo peinado, o su vestido nuevo, etc.!
Peor aún que la falta de atención es el
reproche. Muchas veces, uno menosprecia y humilla al otro con críticas pesadas.
Lo peor de todo es que esos reproches, no raramente, son hechas en presencia de
otras personas.
Es necesario cambiar las actitudes de
reprobación por palabras de aprobación e incentivo. La desaprobación y la
crítica ácida son peores que la agresión física. Muchos tienen el hábito de
notar sólo lo que el otro tiene de negativo, en lugar de enaltecer y agradecer
a Dios por lo que el otro tiene de bueno. Nunca critiques a tu esposa, sin
antes recordar una de sus cualidades. Recuerda: las personas reaccionan mejor
al elogio que al reproche.
Dos frases de oro en el matrimonio son: “Perdóname” y “Te
quiero”. Si supiéramos pedir perdón y perdonar, seríamos felices.
Además, es preciso también expresar en palabras el amor al otro. ¡Y qué difícil es para muchos! Especialmente para
los maridos.
12. APARIENCIA FÍSICA
Una de las razones que enfrían la relación de
pareja es el descuido de la propia apariencia. A ningún marido le gusta llegar
a casa y encontrar a su esposa desaliñada, mal vestida, etc. La mala apariencia
complica la relación. Hay mujeres que cuidan bien la casa, los niños, pero se
olvidan de sí mismas; viven desarregladas. También está el cónyuge que no busca
complacer a su esposa cuidando su propia presentación.
13. RECLAMACIÓN Y
AUTOCOMPASIÓN
Muchas personas son exageradamente hoscas,
reclaman de todo y a todos, nunca están satisfechas con la vida. En verdad, el
problema está dentro de ellas y no fuera. Son llenas de autocompasión,
autoestima, que se consideran víctimas de todo. En el matrimonio, esto es una
tragedia. Nadie soporta vivir con una persona desagradable, siempre
protestando. Este comportamiento agría cualquier relación e impide el
crecimiento del matrimonio.
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