Un pescador huachano fue a bucear como siempre lo hacía. Era una persona de suficientes bienes materiales y vivía feliz con su familia. Un día, como de costumbre, salió a cumplir con sus acostumbrados ejercicios y no volvió. Sus familiares resignados pensaron que se había ahogado, pero los pescadores contaban que del fondo del mar salía una linda sirena a las doce del día y justo a esa hora el pescador fue a bucear.
Transcurrido
los años comentaban que lo habían visto en la ciudad de Lima y así en varias
partes y le hicieron saber a su esposa, que no creía en esas cosas. Pero un día
su hermana lo vio y lo reconoció por el defecto de su mano que disimuladamente
lo escondía para no ser descubierto y en todo momento negaba ser la persona a
quien buscaban. Después, él había llegado a su casa a dejar dinero y una carta
a su esposa diciéndole que no se preocupara, ya que estaba bien, que no le
faltaba nada y que nunca se iba a olvidar de su familia ya que siempre los
visitaría.
Un día su
esposa fue al mar en su búsqueda, y a lo lejos vio a un hombre que apenas se
distinguía, estaba sentado sobre un muro, luego se introdujo al mar. Ella
aguardaba que saliera, pero nunca lo hizo. Entonces ella expresó: ¡Mi esposo está encantado por la sirena!
Tradición oral recogida por: Carmen Ortiz Raime.
Fuente: Mitos y leyendas de Huacho y distritos aledaños. Compilador:
Samuel Cornelio Abad.
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