Las apariciones de la Virgen a Bernardita dieron lugar a las primeras peregrinaciones y al posterior levantamiento de una capilla.
Por: Ruta Mariana | Fuente: rutamariana.com
El germen del origen y la devoción de Lourdes se
basa en una persona y unos hechos: Bernardita Soubirous
y las apariciones de la Virgen.
En el siglo XIX Lourdes era una pequeña aldea de
4.000 habitantes en la que se mezclaban cualificados profesionales (abogados,
médicos, notarios…) con oficios más humildes (obreros, canteros, artesanos,
molineros…). Los molinos eran muy numerosos, ubicados dentro y fuera de la
ciudad, al lado del río Gave.
En uno de estos molinos, en el Molino de Boly,
nació Bernardita Soubirous el 7 de enero de 1844. Durante 10 años, ella y su
familia residieron y trabajaron allí. A partir de 1854, una serie de
acontecimientos van a poner a prueba la moral de la familia. El padre,
Francisco, pierde un ojo en accidente de trabajo. Luego, será acusado de haber
robado sacos de harina. Esto le costaría ocho días de cárcel. Más tarde, la
sequía castiga a la región durante dos años. La falta continua de cosechas de
trigo hace que los molinos se paren totalmente y el negocio acabe en la ruina.
Por aquellas fechas, una epidemia de cólera
asola Lourdes, causando varios muertos y centenares de afectados, entre ellas
Bernardita, que sufrirá las consecuencias del cólera y la tuberculosis durante
toda su vida.
La familia Soubirous, sumida en la miseria, se
ve obligada a abandonar el molino y trasladarse a una dependencia de una
antigua cárcel (“le cachot” o calabozo).
En 1858, cuando Bernardita tenía 14 años, la
Virgen se le apareció en 18 ocasiones. La primera fue el 11 de febrero.
Bernardita y otras dos niñas fueron a recoger leña. De repente, en la gruta
donde se encontraba, vio una luz con forma de una joven. La Aparición y
Bernardita no intercambian palabra alguna, hacen la señal de la cruz. La
segunda fue el 14 de febrero. La Señora le sonríe, pero sigue sin hablar. En la
tercera, el 18 de febrero, Bernardita le pregunta su nombre. La Aparición no se
lo dice de momento y le propone una cita diaria durante quince días. Del 19 al
23 de febrero tienen lugar las apariciones cuarta, quinta, sexta y séptima. La
Señora y Bernardita se hablan, son citas de confidencias. Mientras, las autoridades
acusan a la pequeña joven de perturbar el orden público y la amenazan con la
cárcel. Del 24 de febrero al 1 de marzo se producen las siguientes apariciones,
de la octava a la doceava. Es aquí donde Bernardita, guiada por la Señora,
descubre en la gruta la fuente donde beber y lavarse. Al principio es agua
fangosa, pero pronto sale clara y limpia. Del 2 al 4 de marzo se producen las
tres siguientes, en donde la Señora le dice a Bernardita que vaya y diga a los
sacerdotes que se construya una capilla para que la gente venga en procesión.
El 25 de marzo se produce la decimosexta aparición, en la cual la Señora le
revela su nombre, la Inmaculada Concepción. El 7 de abril es la decimoséptima
aparición, en la que Bernardita recibe a la Virgen con una vela, la luz de
Pascua. El 16 de julio tiene lugar la última aparición, la despedida.
Bernardita ya sabe que esta es la última vez que va a ver a la Inmaculada
Concepción.
Estos hechos dieron lugar a las primeras
peregrinaciones y al posterior levantamiento de una capilla, que finalmente se
convertiría en el actual santuario. La Gruta de las Apariciones y la Basílica
de la Inmaculada Concepción constituyen el original santuario. Posteriormente,
se fueron añadiendo iglesias y edificios hasta completar lo que es hoy, pero
siempre teniendo como referencia la Gruta y la basílica. Hoy en día, el
Santuario de Lourdes es uno de los que más peregrinos y visitas recibe. Gentes
de cualquier raza y lengua, de cualquier creencia y cultura acuden a la llamada
del Mensaje de Lourdes.
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