¿Saben cuántas veces pienso en eso?
Los
sacerdotes, con sus virtudes, con sus defectos, desarrollan su labor en tantos
campos.
Y ante
tantos frentes abiertos no se pueden quedar parados después de una desilusión.
En esos
momentos es bueno que recuerden que la gente quiere a sus pastores, los
necesita, confía en ellos.
Recemos
juntos para que los sacerdotes que viven con fatiga y en la soledad el trabajo
pastoral se sientan ayudados y confortados por la amistad con el Señor y con
los hermanos.
El
Señor te bendiga y te guarde.
(papa
Francisco)
¡Oremos por nuestros sacerdotes!
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