«La fe crece donde es perseguida»
El Cardenal Luis
Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los
Pueblos, ha afirmado que en los países donde no hay libertad religiosa para los
cristianos, ellos no temen dar su testimonio a pesar de los peligros que les
conlleva. Y ello debería avergonzar a los que tienen libertad para ejercer la
fe y no lo hacen. Además, asegura que allá donde la fe es perseguida, crece.
(AIN/InfoCatólica) «La libertad
religiosa es una preocupación grave y urgente», ha resaltado el Cardenal Luis Antonio Tagle, en su intervención durante
la presentación del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, editado por la
fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), en la Universitat
Abat Oliba (UAO) CEU de Barcelona.
«Nuestros
hermanos que no tienen libertad religiosa, ofrecen su testimonio a pesar de su falta de libertad. Esto
debe avergonzar a los que tienen libertad de ejercer su fe pero deciden no hacerlo. Los
cristianos perseguidos son profetas para nosotros», ha dicho el cardenal.
El prefecto de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos ha hecho también una exposición de la
principal misión de la Iglesia, pese a las dificultades que encuentra, que es
«la labor de evangelización, llegando a todas las periferias humanas y
existenciales».
Preguntado sobre la perspectiva de la libertad religiosa desde Filipinas y
Asia, ha respondido que «a veces
damos respuestas con una visión desde fuera, pero en muchos lugares no se
entiende qué es la libertad religiosa. No solo es difícil transmitir la
importancia de este derecho a los gobiernos, también hay que tener en cuenta
los grupos étnicos y religiosos. Por tanto, necesitamos un diálogo en
diferentes niveles».
LA FE CRECE DONDE ES
PERSEGUIDA
Por último, el Cardenal Tagle
ha invitado a una reflexión, «para nosotros los católicos, nuestra fe no depende de los números ni de análisis científicos de
la realidad. No debemos tener vergüenza en mencionar que en este encenario encontramos en nuestra fe
la sabiduría para convertir a nuestros enemigos en amigos, a través del testimonio y del diálogo«. Al respecto, ha aclarado, «no estamos felices por los casos de martirio, pero
en Asia donde según el mapa de la libertad religiosa es uno de los peores
sitios del mundo, aquí los cristianos están creciendo cada día más. En
medio de la falta de libertad religiosa mucha gente está motivada a practicar
su fe más y ser testigo de la fe. Esto nos da esperanza y es una invitación
a imitarles. No
nos alegramos de estas limitaciones, pero la fe crece donde es
perseguida».
2 DE CADA 3 PERSONAS
VIVE SIN LIBERTAD RELIGIOSA
Por su parte, Javier Menéndez Ros, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España,
ha expuesto las principales conclusiones del Informe Libertad Religiosa en el
Mundo: «Constatamos que la libertad religiosa está en
grave retroceso a nivel mundial. 2 de cada 3 personas en el mundo viven en
países donde no hay libertad religiosa. El grupo más perseguido son los cristianos. 646
millones de cristianos viven en países donde no se respeta la libertad
religiosa, el 27% de los cristianos vive en un ambiente donde su libertad
religiosa es gravemente atacada«.
Los principales autores de la
intransigencia religiosa son gobiernos autoritarios, grupos islamistas
yihadistas y movimientos nacionalistas étnico-religiosos. «Pero también en los
países occidentales hay un retroceso en el derecho a la libertad religiosa,
existe una «persecución educada» de
la que ha hablado el Papa Franciso, que pretende arrinconar a la religión
del ámbito público, siguiendo una ideología lacista mal intencionada y
especialmente contraria al cristianismo», ha señalado Menéndez Ros.
EUROPA: CRECE LA
INTOLERANCIA RELIGIOSA
También ha intervenido José Luis Bazán, asesor jurídico de la COMECE, la comisión de
los obispos de Europa, desde Bruselas: «La libertad
religiosa no es un derecho humano secundario, una reliquia del pasado que se ha
visto desbordada por nuevos derechos y realidades sociales ya superadas. La
libertad religiosa es el caldo de cultivo del respeto y la paz social,
especialmente en sociedades donde hay divesidad religiosa».
Bazán ha denunciado que,
siguiendo la visión que hay desde Europa de la libertad religiosa, «hay una creciente intolerancia a la libertad
religiosa y a los creyentes. Hay un gran
desconocimiento y falta de interés por la religión que lleva también a
políticas erróneas. Se siguen mecanismos como el control de la información para
definir qué es la religión, el discurso de odio y la cultura de la cancelación,
que quieren suprimir el cristianismo como la base histórica y cultural de
Europa». También ha expresado su preocupación por los nuevos
supuestos derechos y la invisibilidad selectiva de la persecución de cristianos.
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