Discurso a los 183 embajadores acreditados ante la
Santa Sede
El Papa reiteró
también su condena a los abusos a menores en la Iglesia, los peligros de las
armas nucleares.
(COPE/InfoCatólica) En el tradicional encuentro
con el Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede para intercambiar felicitaciones
de comienzos de año, el Papa Francisco enfatizó que la solicitud de la Santa
Sede es «ser un observador atento y sensible a las
problemáticas que afectan a la humanidad, con el deseo de ponerse al servicio
de todo ser humano»
El Papa
Francisco abordó con toda crudeza la vergüenza de los abusos sexuales
del clero en su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa
Sede, tal como recoge la cadena COPE.
Aseguró a los 183 embajadores
que «no puedo callar ante una de las plagas de
nuestro tiempo, que por desgracia ha visto implicados también a miembros del
clero. El abuso contra los menores de edad es uno de los peores y más
viles crímenes posibles».
Ese tipo de delitos, según
Francisco «destruye
inexorablemente lo mejor que la vida humana reserva para un inocente, causando
daños irreparables para el resto de su existencia».
Como mensaje a los obispos y a
los fieles laicos de todo el mundo, el Papa ha afirmado que «la Santa Sede y
toda la Iglesia están trabajando para combatir y prevenir tales crímenes y su
ocultamiento, para averiguar la verdad de los hechos que implican a
eclesiásticos, y para hacer justicia a los niños que han sufrido violencia
sexual, agravada por el abuso de poder y de conciencia».
Francisco afirmó que «la reunión que tendré con los episcopados de todo
el mundo, en el próximo mes de febrero, pretende cumplir un paso más en el camino de la Iglesia para
arrojar luz sobre los hechos y aliviar las heridas causadas por
esos delitos».
PELIGRO DEL NACIONALISMO Y LAS AMENAZAS NUCLEARES
Francisco ha repetido que «la búsqueda de soluciones
unilaterales» lleva «al
dominio del más fuerte sobre el más débil». Ha recordado que «la Sociedad de Naciones entró en crisis precisamente por
estos motivos y, por desgracia, también hoy se nota cómo la resiliencia de las
principales organizaciones internacionales se ve amenazada por las mismas
actitudes».
Con preocupación, el Papa
advierte que las actitudes de
varios países recuerdan «el período de entreguerras (1919-1939), en el que las tendencias populistas y nacionalistas prevalecieron
sobre la acción de la Sociedad de Naciones».
El Santo Padre observa que «el sistema multilateral en su conjunto, están
atravesando momentos de dificultad, con el resurgir de tendencias nacionalistas».
Este proceso, según Francisco,
«es, en parte el resultado de la evolución de las políticas nacionales,
condicionadas cada vez con mayor frecuencia por la búsqueda de un consenso
inmediato y sectario», pero también «de la creciente preponderancia de poderes y
grupos de interés en los organismos internacionales que imponen la
propia visión e ideas, desencadenando nuevas formas de colonización
ideológica».
CRISIS DE CREDIBILIDAD
Como resultado, «se está
debilitando progresivamente el sistema multilateral, con el fruto de una
falta general de la confianza, una crisis
de credibilidad de la política internacional y una creciente
marginación de los miembros más vulnerables de la familia de las naciones».
Entre los países que
sufren conflictos internos,
el Papa ha mencionado «particularmente la
amada Nicaragua, cuya
situación sigo de cerca, con el deseo de que las distintas instancias políticas
y sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el
bien de toda la nación».
Y ha manifestado desear que «en la amada Venezuela se
encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica,
vías que consientan asistir sobre todo a los que son probados por las tensiones
de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y
de paz».
En cuanto a problemas globales, el Papa ha
reconocido la preocupación de que «el desarme
nuclear, tan deseado y perseguido en parte en las décadas pasadas, este ahora
dando paso a armas nuevas,
cada vez más sofisticadas y destructivas».
ARMAS NUCLEARES
Según Francisco, aparte del «riesgo de una detonación accidental de tales armas por
un error de cualquier tipo, se debe condenar con firmeza la amenazada de su uso, así como su posesión,
precisamente porque su existencia
es funcional a una lógica del miedo que no afecta solo a las partes
en conflicto, sino a todo el género humano».
En su opinión, «las relaciones
internacionales no pueden ser dominadas por las fuerzas militares, por
las intimidaciones recíprocas, por la ostentación de los arsenales bélicos. Las
armas de destrucción masiva, en particular las atómicas, no generan otra cosa
que un engañoso sentido de
seguridad».
El Papa ha elogiado a los países que acogen refugiados, destacando entre ellos a
Jordania, Líbano y también Colombia, «que junto a
otros países del continente, en los últimos meses ha recibido a un gran número
de personas de Venezuela».
Por desgracia, según
Francisco, «las olas migratorias de estos años han
causado desconfianza y
preocupación entre la población de muchos países, especialmente en
Europa y América del Norte, y esto ha llevado a varios gobiernos a limitar en gran medida los flujos
entrantes, incluso los de tránsito».
Sin embargo, el Papa considera
que «no es posible dar soluciones parciales a
una cuestión tan universal»,
y ha celebrado la adopción de los dos Pactos Mundiales de Naciones Unidas sobre refugiados y sobre migración segura,
ordenada y regular, que proporcionan el marco a la cooperación entre países.
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