ESTÁN BIEN LAS CANCIONES DE HILLSONG, BETHEL O ELEVATION, PERO HAY MUCHO MÁS
Damascus Worship es un apostolado católico de
evangelización y alabanza en Ohio que compone sus propios temas
La música de alabanza se va afianzando en España en los últimos
años. Si hace una década se encontraba básicamente sólo en
comunidades evangélicas, grupos de Renovación Carismática Católica
y en Cursos Alpha, hoy se ha extendido a través de las
catequesis de LifeTeen, muchos
ambientes de Pastoral Juvenil, a veces en adoraciones eucarísticas
y también en muchos "grupos de
alabanza" católicos que
no están directamente relacionados con ambientes carismáticos.
Pero, ¿de
dónde vienen sus canciones? El cancionero de bolsillo de la Renovación Carismática Católica de
España tiene 450 canciones, pero un ministerio de alabanza
veterano puede llevar cantorales con notas y acordes
de 800 o 900 canciones.
Sin embargo, entre los grupos
más jóvenes, especialmente si no son de Renovación Carismática, se
pueden apañar perfectamente con entre 30 y 50 canciones.
Una muestra muy representativa de las más populares canciones de alabanza
modernas la encontramos en Worship.cat: allí hay 60
canciones internacionales, populares y "de eficacia probada",
traducidas al catalán, usadas
en las catequesis de LifeTeen y en los grupos de alabanza parroquiales en
Cataluña. Es como una selección de "imprescindibles
modernos". Y todas vienen del ámbito anglosajón, posteriores a 2010.
¿TU
CANCIONERO TIENE 800 CANCIONES O 60?
¿Cómo es posible que músicos de
Renovación Carismática Católica manejen cancioneros de 800 o 900 canciones pero
los nuevos grupos de alabanza puedan perfectamente limitarse a unas 60
canciones?
El primer grupo hereda canciones de los últimos 50 años: hay "clásicos carismáticos"
internacionales de los años 70, 80, 90; incluyen
también canciones de adoración,
de fiesta, de las comunidades carismáticas
francesas o italianas, algunas de Taizé, y muchas canciones compuestas directamente en España, por grupos de oración como Betania, el
dúo evangélico (ya disuelto) Comisión, el muy fructífero cantautor Luis Alfredo y
el Ministerio de Alabanza de
la Renovación Carismática Católica española.
También incorporan canciones
de autores hispanoamericanos católicos como la argentina Athenas, el dominicano Miguel Horacio o Martín Valverde,
y canciones de evangélicos hispanoamericanos que componen en español, como Marcos Witt o Jesús Adrián Romero. Ahí confluyen varios orígenes y tradiciones.
Además, los músicos de
cada grupo o región pueden lanzar sus propias canciones, y ver si
"enganchan" a la gente de
distintos grupos y se van extendiendo en reuniones regionales, diocesanas,
etc... Tradicionalmente una canción se hacía "clásica"
cuando muchos grupos la asumían como propia.
En cambio, los nuevos grupos de
alabanza joven, los catequistas de LifeTeen o los
encuentros jóvenes de Watch & Pray en Madrid, se centran en esos 60 temas
modernos,
de los últimos 15 años (que son los seleccionados en Worship.cat para
cantar en catalán, por ejemplo). Y esos temas vienen casi todos de
4 plataformas evangélicas anglosajonas, que tienen en la producción profesional de
canciones una fuente de ingresos. Las llamaremos "las
4 grandes".
Alabanza y adoración en
Montserrat en el Encuentro Europeo de LifeTeen 2023; con jóvenes de varios
países europeos, es normal usar canciones nacidas en el ámbito anglosajón
reciente de "las 4 grandes"; pero las iglesias hispanas tienen mucha
más riqueza musical que pueden usar para alabar.
LAS
4 GRANDES DE LA MÚSICA DE ALABANZA
A principios de abril, la
revista Christianity Today (protestante,
bastante ecuménica, ortodoxa en valores y evangelizadora) se hacía eco de un
estudio revelador. El estudio, de 6 expertos de Worship Leader Research mostraba
que de las 38 canciones más usadas en las iglesias
protestantes en EEUU (que en
buena parte son las mismas que se cantan en alabanza moderna en España), 36 procedían de tan solo 4 orígenes, a
saber:
- Hillsong (en sus variantes de
Australia, Inglaterra o EEUU);
- Bethel Music (una
productora, plataforma de eventos y escuela de músicos de alabanza);
- la iglesia evangélica Passion City, de Atlanta;
- la iglesia evangélica Elevation, en Carolina del Norte.
Las 4 plataformas
pueden considerarse "megaiglesias" (según
criterios protestantes) y esas 38 canciones empezaron a
circular entre "las más usadas" entre 2010 y 2020. Es
decir, un boom de temas nuevos que desplazan a los antiguos... pero no son
muchos ni muy diversos.
Por eso, dicen los
investigadores, "si te da la impresión de que la
mayor parte de la música de alabanza suena igual, es porque la
mayoría de lo que escuchas lo componen un puñado de autores en un
puñado de iglesias". En
cuatro, para ser exactos.
Además, hace años, había una
especie de "sensus fidei" (sentido de la fe, si se puede usar
un término católico) que hacía que unas canciones tuvieran éxito, resonaran
entre los cristianos, emocionaran, ayudaran a rezar y ganaran popularidad.
Pero en los últimos años, Spotify y otras plataformas de streaming son las que marcan qué canciones
ganan popularidad y hay mecanismos para potenciar unas canciones y no otras. "No es sólo que el Espíritu Santo bendiga esas
canciones para que lleguen a lo alto de las clasificaciones",
comentan los autores del estudio, que son cristianos devotos, pero no cándidos.
Antes de 2010, las canciones
populares estaban relacionadas sobre todo con líderes de alabanza con nombre y
apellidos, como Chris Tomlin, Matt Redman... entre los católicos
destacaban Matt Maher y Audrey Assad,
más como compositores que como líderes de grupo. Ya existía Hillsong como marca
consolidada, pero no era hegemónica. Entre los católicos, el ministerio para
jóvenes Damascus, en Ohio (que compone sus propios temas
modernos), aún no existía.
Pero desde 2010
ganaron popularidad las marcas (Bethel,
Elevation) y ellas contraron o afiliaron a autores populares.
Así, de las 38
canciones más populares, que son todas modernas:
- 22 las lanzaron
las 4 megaiglesias;
- 8 las lanzaron músicos afiliados a ellas;
- 6 eran colaboraciones de músicos con estas 4 megaiglesias.
A menudo, las 4 grandes no componen la canción, pero la adquieren y difunden, le dan la plataforma en
redes, y luego en eventos y conciertos. Por ejemplo, es muy popular "Way Maker" (en español, "Aquí estás, te vemos mover"; o bien "Milagroso,
abres camino"). Su autor e intérprete original es el nigeriano
Sinach, pero quien la ha difundido son las 4 grandes.
Una versión de "Milagroso, abres camino"
en español, en Bogotá... ¡con 84 millones de visionados!
Shannan Baker, una de las
investigadoras, explicó a Christianity
Today que ella está
empezando a analizar las letras más populares: pocas
tratan de la Cruz, o de la Salvación (del
alma, la vida eterna), y la mayoría hablan de lo que Dios "hace
por mí hoy" o
lo que promete hacer por mí en un futuro (Él me librará, Él me conducirá...).
Los investigadores apuntan que,
en este contexto, 4 grandes
plataformas no sólo eligen qué canciones usan ellas, sino
qué canciones fomentan para que usen miles de comunidades, no sólo evangélicas,
sino protestantes de otros tipos y católicas.
¿CÓMO
AFECTA ESTO A LOS CATÓLICOS?
En cierto sentido, como hemos
visto, los católicos tienen una dieta espiritual
"más variada" que los evangélicos en EEUU, y eso les protege, en
parte, de beber de tan solo cuatro productoras.
Para empezar, en el culto
evangélico, hay básicamente 3 elementos: alabar (es decir, cantar), escuchar la predicación de
sermones y leer la Biblia. En grupos pequeños y células se
pueden hacer más cosas: profundizar en la Palabra, orar unos por otros
(intercesión), compartir amistad y fraternidad, etc... Pero el culto no permite
mucha variación.
En cambio, el católico basa su experiencia de fe en la liturgia del domingo. Un católico puede ser fiel
y devoto toda su vida, yendo a una misa con poca música o con mala música o sin
música (aunque la liturgia insiste en que al menos el Salmo se debería cantar).
Lo cierto es que la buena música
ayuda a rezar. Como dice el Salmo
146: "Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una
alabanza armoniosa".
No toda la música cristiana es
adecuada para la liturgia, pero fuera de la liturgia se puede usar de muchas
formas: encuentros de oración, catequesis, escuchar
música cristiana en el automóvil o en el metro camino del trabajo o los
estudios...
Parece claro que un ministerio de alabanza en español (sea
en Madrid, en Bogotá o en Buenos Aires) puede tener un cantoral mucho más amplio que el del grupo norteamericano medio: tiene traducidas las mejores canciones de los
últimos 15 años de "las 4 grandes", pero también muchas otras, de
autores católicos o evangélicos, de todo el mundo hispanohablante, sean de
México, de Argentina o de Madrid.
Y no
sólo autores de alabanza, sino autores de música litúrgica popular. Muchas
canciones de Kairoi (grupo que nació en 1979 en entornos maristas) siguen
sonando frescas, por ejemplo.
EVITAR
LA MODA Y LA PEREZA: MANTENER GRANDES CANCIONES
La economía de esfuerzos, y a
veces la mera moda o pereza, puede hacer que muchos ministerios de música, especialmente
si trabajan sólo con jóvenes, se dejen llevar por la
inercia de "las 4 grandes". Y
es cierto que Hillsong, Bethel o Elevation ofrecen magníficos himnos.
Pero hay autores en
español que también aportan muchos temas nuevos, y hay temas
"antiguos" que siguen llenos de vida.
Por último, no sólo de "Praise & Worship" vive
el católico. La música de Hakuna se
ha hecho muy popular entre los jóvenes, y más que "worship" es
pop suave. El Camino Neocatecumenal tiene
su propio cantoral, aunque pocas de sus canciones llegan al público católico
general (la más famosa, desde siempre, es "Resucitó").
A veces se traducen canciones llegadas de otros países de Europa. En Hispanoamérica pueden consolidarse ritmos latinos más
festivos. Internet ha
logrado que la música cristiana y católica llegue mucho más fácilmente a su
público de todas las edades, y especialmente al joven, a través de Spotify y
YouTube.
Sin renunciar a las mejores
canciones de "las 4 grandes", los
católicos -y otros cristianos- pueden disfrutar de mucha más creatividad en la
música, y mantener vivas grandes canciones que durante décadas
han demostrado su eficacia sirviendo
a Dios y tocando corazones.
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