Cada 31 de mayo la Iglesia celebrará la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y de esta forma concluirá el mes mariano.
Cada 31 de mayo la Iglesia celebrará la
Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y de
esta forma concluirá el mes mariano.
Según narran los evangelios, el
ángel Gabriel le dijo a María que así como ella iba a ser la Madre de Jesús, su
prima Isabel también estaba encinta de Juan el Bautista, y la Virgen fue en ayuda
de su pariente durante tres meses.
FIESTA LITÚRGICA
Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel que su prima Isabel también esperaba un hijo, sintióse iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debería ir a visitar a aquella familia y ayudarles y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella. San Ambrosio anota que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.
Por medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores
y gracias: el Espíritu Santo a Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc, los cuales constituyen los
primeros favores que nosotros conocemos que haya hecho en la tierra el Hijo de
Dios encarnado. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó
constituida como un "Canal inmenso" por
medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más
admirables de gracias, favores y bendiciones.
Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más
importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor
en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su
prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna,
siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan.
Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás.
Hasta el final de la vida en el mundo, Ella estará siempre viajando para
prestar auxilios a quienes lo estén necesitando. También fue la primera marcha
misionera de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros,
obra de amor que sigue realizando a cada día y cada hora. Finalmente, Jesús
empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista y ahora ella sigue siendo el medio por el cual Jesús nos santifica a cada uno de
nosotros que somos también hijos de su Santa Madre.
Fuente: ACI Prensa
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