Youtube ahora mismo es un monopolio. Cambiar de plataforma significa caer en la irrelevancia. Yo de ciertos temas de nunca hablo. ¿La razón? La censura no es un peligro futuro, sino una realidad presente.
En las
dictaduras, lo más común es que haya unas normas claras. La libertad de
expresión las sortea con sagacidad. El problema es que con ese monopolio
tecnológico no hay sagacidad que valga. Se limitan a enviar este mensaje, esta
sentencia sin recurso:
«Decidimos suspender su cuenta de acuerdo con las
Normas y Condiciones de servicio a la comunidad «.
El
proceso legislativo contra los cristianos seguirá ampliándose, pero la censura
es una realidad ya, ahora, en este momento del siglo XXI. De hecho, este blog
ya fue cerrado por Blogger hace unos tres años, sin ninguna explicación. Logré
que se reabriera, pero fue cerrado del todo: ni yo
podía escribir ni era visible ningún post. Solo aparecía un mensaje que
decía que se había cerrado.
Pensaba
hacer algunas añadiduras a las palabras del papa en el programa de Disney. Pero
no, no me arriesgo. Por más respetuoso que yo sea, por más argumentos
racionales que ofrezca, la censura es real y rotunda.
¿Significa que si pongo un comentario que no guste en Blogger o Youtube
me cierran al momento la cuenta? No, todo
es mucho más sutil, mejor pensado. Una censura universal se notaría demasiado.
Van cerrando cuentas sin que se sepa por qué. La Espada de Damocles pende y cae
sobre quien quieren. Eso sí, cada vez cierran más cuentas, el círculo se
estrecha progresivamente, la soga va apretando más.
Las ideas
del algunos grupos no se proponen, se imponen: con
censuras, con leyes.
P.
FORTEA
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