SILVA, DOMÉNECH Y BRONCHALO HOMENAJEAN A MARÍA EN EL MES DE MAYO
El padre Silva explica que la maternidad divina de Santa María es su
vocación principal, y que de ella emanan el resto de privilegios y dogmas, como
-sin ir más lejos- su virginidad.
Desde hace siglos, la Iglesia Católica ha dedicado el mes de mayo a honrar a
la Virgen María, y Red de
Redes no iba a ser menos. Los sacerdotes influencers Antonio María Domenech, Jesús Silva y Patxi
Bronchalo conducen este programa que la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) publica semanalmente en YouTube, y dedican
el último episodio a explicar los principales dogmas marianos… y
a emocionarse hablando de la Madre de Dios.
SANTA
MARÍA, MADRE DE DIOS
"Este es el
primer dogma: la Virgen María es Madre de Dios", arranca Domenech, y explica que lo es "desde
el momento de la Encarnación: no es que Jesús recibiera la divinidad en su
bautismo, sino que es simultáneamente todo Dios y todo hombre, y
nada de su humanidad le quita divinidad", ni viceversa. María
-añade- es Madre de Dios desde el momento en que dijo: "Hágase
en mí según Tu palabra".
LA
VIRGINIDAD DE MARÍA: ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DEL PARTO
El padre Silva explica que la maternidad divina de Santa María es su vocación principal, y que de
ella emanan el resto de privilegios y dogmas, como -sin ir más lejos- su
virginidad. "María es virgen antes, durante y
después del parto", recuerda Bronchalo, a pesar de representaciones
hollywoodienses en las que se la muestra sufriendo en el momento de dar a luz a
Jesús.
"San Bernardo
-añade Silva- nos dice que Jesús nació igual que la luz traspasa el
cristal", y cita al Papa Benedicto XVI: "Él escribía en un artículo teológico que Dios podría
haber hecho que su hijo se encarnase de otra manera, porque no está limitado ni
constreñido, pero quiso hacerlo así para que quedara patente que el padre de
Jesús es Dios". El dogma de la virginidad de María -concluye- no es
una justificación teológica a una preconcepción cristiana, sino algo que
recogemos de la tradición.
"QUE
SOY ERA INMACULADA CONCEPCIÓN"
A continuación, los tres
sacerdotes abordan otro dogma, el de la Inmaculada Concepción de María; esto
es, que desde el momento de su concepción la Virgen estuvo
libre de pecado. "Fue preservada del pecado original para ser Madre
de Dios", dice Bronchalo, y Domenech recuerda que la Inmaculada
Concepción es patrona de España, "primera nación que defendió que la Virgen había
sido concebida inmaculada".
Silva traza el recorrido
histórico del dogma, que se declaró en 1854 por parte del papa Pío IX. "Fue la primera vez que se hizo uso de la
infalibilidad pontificia, y se
hizo para declarar un dogma que levantó revuelo entre algunos teólogos porque
-por ejemplo- Santo Tomás no lo defendió", explica el sacerdote, aunque
comenta que desde el siglo II encontramos textos que defienden esta creencia.
También recuerda que, cuatro años
después, en Lourdes, María se apareció a una niña inculta y le dijo: "Que
soy era Inmaculada Concepción", "Yo soy la Inmaculada Concepción",
en lengua patois. La niña, Bernadette, no tenía ni idea de que se estaba debatiendo
este dogma, y por ello -señala Silva- "la
aparición de Lourdes no solo confirma el dogma de la Inmaculada Concepción,
sino también el don de la infalibilidad pontificia".
SANTA
MARÍA, ABOGADA Y MEDIADORA
Tras abordar brevemente el tercer
gran dogma mariano -la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo-, los tres
presentadores de Red de Redes se centran en dos atributos
propios de la Virgen: abogada y mediadora.
Silva recuerda que en la Salve Regina llamamos a María "abogada
nuestra", para que venga y nos defienda frente al mal o nuestra
conciencia. "Si le pedimos 'María, intercede
por nosotros', viene junto a ti y te defiende de los demonios", asegura.
"María
intercederá por los que la queremos para que el Señor no tenga en cuenta
aquello que hacemos mal y pueda poner el amor a María como signo para abrirnos
la puerta del Cielo", dice Domenech, y recuerda que
María es también mediadora, o "medianera",
de todas las gracias. "Todos los
beneficios que nos llegan de Dios vienen a través de su madre: Él mismo vino así, y el primer milagro de Jesús viene
por intercesión de María, en Caná", recuerda, y da un consejo: "Hemos
de pedirle más cosas, porque ella está dispuesta".
MARÍA,
¿CORREDENTORA?
Por último, los curas abordan la
cuestión de María como corredentora; es decir, el reconocimiento de la
cooperación de María a la obra redentora de Cristo. Domenech la defiende
señalando a la tradición de la Iglesia, "en
esa unión que hace la Virgen en la Pasión, acompañando a Jesús en el silencio,
en las caídas y al pie de la Cruz", y advierte que reconocer a María como corredentora no supone quitarle
nada a Cristo.
"En Dios todo
suma", concluye Silva, y cita a san
Pablo para comprenderlo: "Si Él dice 'completo
en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo', y se refiere a que
todos los creyentes, cuando ofrecemos nuestro sufrimiento junto al
de Cristo, estamos redimiendo con Él… ¿Cómo no pensar que María también lo hace, de modo
extraordinario y especial?".
Con todo, recuerda que este "aún no es
un dogma de fe asumido por el Magisterio". En la ronda de recomendaciones, se citan un libro
-el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María, de san Luis
María Grignion de Montfort-, dos películas –La Pasión,
de Mel Gibson, y Tierra de María, de Juan Manuel Cotelo- y dos canciones: María
Sagrada y María, pequeña María, de Kiko Argüello.
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