viernes, 19 de marzo de 2021

EL DIÁLOGO COMO MODO DE PENSAR EN COMUNIDAD

 Respecto al post de ayer, no sostengo que los que no piensan como yo son unos insensatos. En la sociedad española del 2012, hay un exceso de agresividad, de tensión. La ciudadanía tiene que ser acostumbrada a un sereno debate de ideas, a la escucha del que no piensa como yo, en todos los temas, en todos los campos.

Lo mismo vale para la Iglesia. Hay que cultivar la cultura del abrazo. Hay diálogos que no son constructivos. Se ha extendido la idea de que hay que clamar con un Juan el Bautista para cambiar las cosas. Y ahora todos son Juan el Bautista, todos son Jeremías, todos son Jonás.

Cuando escucho a algún energúmeno, pienso: “Sí, ojalá fueras Juan el Bautista”. Pero no, no llegas a ser ni una buena oveja del rebaño de Cristo, y te crees profeta y te consideras investido de las mayores prendas de la sabiduría episcopal.

No, hay que ser humildes, hay que construir, hay que dar la mano y abrazar.

P. FORTEA

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