El Obispo de Lincoln (Nebraska, EEUU), Mons. James Conley, reveló que en los once meses en que estuvo de licencia por motivos de salud, conocer y consagrarse a San José ayudó enormemente a superar sus dificultades, entre estas la ansiedad y la depresión.
Mons. Conley ha hablado con normalidad sobre sus luchas personales
contra la ansiedad y la depresión en los últimos años. Tomó
una licencia médica de su diócesis desde diciembre de 2019 hasta noviembre de
2020.
En una carta el 19 de marzo, el
Obispo aseguró que leer un libro sobre
San José y consagrarse
a este santo en mayo de 2020, lo ayudó a alcanzar una nueva comprensión acerca
del padre adoptivo de Jesús y su importancia.
“Aunque la sanación iba a tomar muchos meses más
antes de sentirme lo suficientemente fuerte para regresar a Lincoln y asumir
mis deberes episcopales, San José jugó un papel importante en ayudarme a
recuperar mi fuerza y mi esperanza”, escribió
Mons. Conley.
El 19 de marzo el Obispo consagró la Diócesis de
Lincoln a San José.
“San José cuidó y protegió a Jesús y a la Santísima
Virgen María durante su tiempo en la tierra. Al consagrar la diócesis a San
José, le pedimos que interceda por nosotros y nos proteja en nuestro viaje
hacia la vida eterna”, comentó al respecto.
Mons. Conley señaló que a pesar de su conversión al catolicismo a los 20
años, y el hecho de que su cumpleaños cae en el día de la fiesta de San José,
el 19 de marzo, nunca tuvo una gran devoción a este santo previo al 2020.
Durante el tiempo de licencia, el Prelado se quedó en una casa de retiro
en Arizona, en una residencia para sacerdotes jubilados.
“Justo afuera de mi ventana había una hermosa
estatua de San José. Cada vez que salía por mi puerta, pasaba junto a esta
estatua de San José. Siempre me detenía un momento y solo la miraba”, escribió Mons. Conley.
El tiempo de licencia comenzó solo unos meses antes de que Arizona, como
el resto del mundo, entrara en confinamiento debido a la pandemia de
coronavirus.
“Los sentimientos de aislamiento y soledad que ya
estaba experimentando solo empeoraron. Parecía que Dios estaba ausente en mi
vida. Este fue probablemente el período más oscuro de mi vida”, dijo Mons. Conley.
Además, dijo que a pesar de aferrarse a la Misa, el Rosario y la
Liturgia de las Horas durante este tiempo, era la primera vez en su vida como
católico que le resultaba difícil rezar.
“Hubo muchos días en los que no podía ver, oír,
sentir o sentir la presencia de Dios. Pero de alguna manera y de alguna manera,
supe que él estaba allí y que no me había abandonado por completo”, relató.
El 19 de marzo de 2020, Mons. Conley se reunió con su director
espiritual, un ermitaño diocesano que vive en el desierto montañoso al norte de
Phoenix. Este le habló de una consagración a
San José basada en el libro “Consagración a San José: Las maravillas de
Nuestro Padre Espiritual”.
Mons. Conley dijo que aprender sobre San José y hacer la consagración lo
ayudó a ganar un nuevo aprecio por el santo.
“San José es verdaderamente nuestro padre
espiritual. Sus fuertes virtudes masculinas como protector y guía, modelo para
nosotros los hombres en cuanto a lo que significa ser hombre de Dios. Su
profunda fe y confianza en la divina providencia, particularmente cuando el
camino por delante parece difícil, poco claro y arduo, me brindó esperanza”, explicó.
El Obispo también reflexionó sobre el viaje de José “a Egipto con María y el Niño Jesús, y cuánta fe,
confianza y dependencia en la providencia de Dios debió haber requerido”. “La
virtud de la perseverancia fue también un sello distintivo de San José, que se
manifestó durante el arduo viaje a Belén y la extenuante huida a Egipto”, agregó.
Mons. Conley también se refirió al Año de San José convocado por el Papa
Francisco y dijo a los fieles que hay varias formas de recibir una indulgencia
plenaria durante este año.
En marzo de 2019, a Mons. Conley le diagnosticaron un trastorno
depresivo mayor en la clínica Mayo en Rochester, Minnesota, y pronto comenzó a
recibir asesoramiento y medicación. Sin embargo, dijo que tratar de buscar
ayuda, además de encargarse de sus deberes episcopales, solo deterioró aún más
su estado mental.
También le diagnosticaron depresión, insomnio crónico y un zumbido
constante en los oídos. Después de reunirse con varios compañeros obispos,
Mons. Conley les dijo que estaba convencido de que necesitaba un descanso de
sus deberes episcopales.
Al anunciar su licencia, Mons. Conley dijo que estaba compartiendo
información sobre su salud con la esperanza de ayudar a eliminar el estigma
asociado con los problemas de salud mental.
Durante los 11 meses, el Obispo asistió a sesiones con un psicoterapeuta
católico, su director espiritual, un psicólogo católico y un médico. Además,
dijo, participaba regularmente en ejercicios, como golf y caminatas, e
interacciones sociales con amigos muy cercanos.
Desde que Mons. Conley regresó a su oficina el 13 de noviembre de 2020,
el Obispo ha continuado con las prácticas de cuidado personal y ha realizado
cambios en su vida para mantener su salud mental.
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en CNA.
POR DIEGO LÓPEZ
MARINA | ACI Prensa
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