SU FUNERAL FUE ESTE SÁBADO: EL PADRE ÁLVARO CÁRDENAS OFRECE TESTIMONIOS SOBRE LA NIÑA
TERESITA RECIBIÓ EL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN DE MANOS DEL PADRE ÁNGEL CAMINO, QUIEN TRAMITARÍA CON PRONTITUD SU NOMBRAMIENTO OFICIAL COMO MISIONERA.
Este sábado se
celebró en la parroquia del Corpus Christi de Las Rozas el funeral por la niña Teresita Castillo de Diego, fallecida
el pasado 7 de marzo a los 10 años de edad a consecuencia de un tumor cerebral
contra el que luchó durante cinco años.
La vida y muerte santas de la pequeña se conocieron enseguida, en
particular por el hecho providencial de que, pocas fechas antes de su muerte,
pudiera hacer realidad su deseo de ser misionera, siendo
nombrada oficialmente como tal por uno de los vicarios de la archidiócesis de
Madrid, el padre Ángel
Camino. No se trató solamente de satisfacer una ilusión
infantil: había en Teresita una decisión activa de ofrecer sus
sufrimientos por las misiones
para que muchos niños conozcan a Jesús y sean felices con Él en el cielo.
Éstas son algunas de las frases que repetía Teresita en sus últimos
meses, y con las que se consolaba y fortalecía en sus dolores:" ¡Estoy
enamorada de Jesús!", "¡Me voy al cielo!", "¡Amo mucho a
Jesús!", "¡Quiero ser misionera!", "¡Ya soy misionera de
verdad!", "¡Quiero llevar a los demás con Jesús!", "¡María,
mírame!"
La carta con la que el padre
Camino daba a conocer estos hechos se viralizó pronto y trascendió fuera de
España, hasta el punto de que el caso de la niña fue considerado por el padre Juan Esquerda Bifet, formador de misioneros en Roma durante décadas, digno de ser difundido por todo el mundo.
El padre Álvaro Cárdenas, quien la conoció y trató personalmente y ha
escrito sobre su muerte "en olor de
santidad", nos ha
remitido un escrito en el que recoge la vida de la pequeña con multitud de
detalles sobre su vida recogidos de testimonios de sus familiares y amigos
directos.
¿CUÁL
ES TU SECRETO, TERESITA?
Por
Álvaro Cárdenas
El
domingo 7 de marzo de 2021, día de las santas mártires Perpetua y Felicidad, la niña de diez años Teresita Castillo de Diego dejaba este mundo, como había anunciado meses antes, para irse
al cielo con Jesús. Lo hacía como misionera, ofreciendo los
sufrimientos que le provocaba un tumor en la cabeza,
con el que había estado luchando desde los cinco años.
En su
último ingreso en el hospital los sufrimientos se agravaron. Dos meses antes
había dicho: “¡Estoy enamorada de Jesús!” “¡Quiero
ser misionera!” Y a su padre: “¡Papá, me voy al
cielo!” El día de la
Virgen de Lourdes, Jornada Mundial de los enfermos, recibió en el hospital la
visita del Vicario Episcopal de la VIII Vicaría de Madrid, el padre Ángel Camino. Él la nombró
allí mismo misionera. Teresita expresó su alegría a su padre: “¡Papá, ya soy misionera de verdad!” Fortalecida
en su entrega total a Jesús por la salvación de todos, ofreció como
misionera sus acervos dolores hasta
el final para volar con Jesús al cielo. Su testimonio está corriendo como la
pólvora por el mundo entero.
¿Quién es Teresita? ¿Qué puede tener de extraordinaria una vida tan
corta? ¿Cuál ha sido el secreto de su alegría y de su entrega como
misionera a Jesús por los demás? ¿Cuál es la razón de su asombrosa alegría
y del atractivo que está provocando por todo el mundo?
PEQUEÑA
Y SIMPÁTICA NIÑA RUSA ADOPTADA POR EDUARDO CATILLO Y TERESA DE DIEGO
Nació en Rusia el 11 de agosto de
2010, día de Santa Clara. En abril de 2014, con tres años y medio, viene a
España con sus nuevos padres, Eduardo Castillo y Teresa de Diego.
HECHA
HIJA DE DIOS E INCORPORADA A LA IGLESIA
Una vez
en España, Teresita recibe el don del bautismo en su parroquia de
Nuestra Señora de Los Arroyos, en El Escorial (Madrid), el 2 de agosto de 2014,
festividad de nuestra Señora de los Ángeles. Tenía cuatro años. Recibió el
nombre de María Teresa de los Ángeles. Su bautismo será el comienzo de su corta pero
fecunda vida terrena unida a la Virgen y a Jesús.
Ese día
recibió por primera vez al Espíritu Santo y el cielo comenzó a habitar en su
pequeño corazón de niña. Ese mismo día recibió también el escapulario de la
Virgen del Carmen. Desde entonces
la Virgen la acogerá bajo su particular protección, la guardará su manto y la
conducirá a su Hijo.
DESCUBRIENDO
A DIOS Y ABRIÉNDOSE AL SIGNIFICADO DE LA VIDA EN LA IGLESIA DOMÉSTICA DE SU
FAMILIA Y EN SU COLEGIO
Como Jesús, Teresita “fue creciendo en edad, sabiduría y gracia ante Dios y
los hombres” (Lc 2, 52). Lo hace en el seno de un hogar con
profundas raíces cristianas. A través de la oración en
familia, de su participación con su madre en la misa diaria, y de la vida de fe y de amor a Dios de sus padres, de sus
abuelos, de sus tíos y de sus primos, Teresita descubre a Jesús.
La
entrega alegre de las monjitas de su colegio de Veracruz colabora en su crecimiento en la fe. También
conoce la vida de los santos. Se maravilla con Santa Perpetua,
joven mártir de unos veinte años y madre de un niño de pecho, que en el año
203, en la ciudad de Cartago, junto a su sierva Felicidad, se negó a apostatar de Cristo, afrontando el
martirio por no separarse de Él ni perder su salvación. ¡Jesús vino a buscarla para llevársela con Él el domingo 7 de marzo,
día de santa Perpetua y Felicidad!
LUCHANDO
DESDE LOS CINCO AÑOS CON UN TUMOR EN EL CEREBRO: CINCO AÑOS DE CAMINO HACIA LA
CRUZ
En
noviembre de 2015, a la edad de cinco años y
medio, le descubren un tumor en la cabeza. Comienzan para ella cinco años de pruebas,
biopsias, intervenciones quirúrgicas, quimioterapia, tratamiento de
protones, todo esto llevado con alegría, y las once
operaciones de su cabeza en sus últimas seis semanas de vida. En
diciembre de 2021 empeora. Es ingresada en el hospital en enero. No saldrá de
él más que para ir al cielo con Jesús, como había soñado.
NIÑA
QUE GOZABA DE SU FAMILIA
En medio
de ese calvario para un niño, Teresita amaba intensamente a su familia, a sus
padres, abuelos, tíos y primos. Gozaba con ellos. Tuvo una relación
particularmente intensa con su tía materna y madrina suya Marta, y con sus seis
primos.
Cada vez que cualquier miembro de la familia visitaba su casa, se
llenaba de alegría y salía corriendo a recibirlos. Disfrutaba con
todos y con cualquier plan. Estaba siempre atenta y disponible para
ayudar, tomando muchas veces la iniciativa.
UNA
NIÑA MUY NORMAL
Le
encantaba ir al parque, montar a caballo, nadar en la piscina y bañarse en la
playa en verano. También jugar con sus amigos, y muy especialmente con sus
primos. Entre sus películas favoritas estaban Marcelino pan y vino y Las apariciones
de Fátima y los dibujos de Santas
Perpetua y Felicidad y Santa Teresa
de Calcuta. También le encantaban Pocoyó, Heidi, Masha y el oso y La patrulla canina.
Le
encantaba llamar por teléfono a su familia y enviar mensajes para felicitarles
en sus cumpleaños y en sus santos, para saludarles, contarles lo que había
hecho y preguntarles cómo estaban. Siempre terminaba enviando dos sonoros
besos.
SIMPÁTICA,
SOCIABLE, JOVIAL, ALEGRE, VEHEMENTE, DECIDIDA Y ATENTA A CADA UNO
Teresita
siempre ha sido una niña muy alegre, cariñosa, simpática, muy sociable y atenta
a los demás. Se entregaba intensamente a todo, viviéndolo con
gran pasión. Cuando uno estaba con ella no parecía que estuviera
enferma. Le encantaba contar a todos chistes divertidos. Hacía sentirse
importante y única en el mundo a cualquier persona. Saludaba siempre a la gente
con la que se encontraba, a los policías, al cartero, a los niños que se
encontraba en el parque, a las personas que veía pasar desde su casa.
Tenía una
particular sensibilidad por los pobres, con los que
se paraba a hablar, los abrazaba y se hacía amiga de ellos. Vivía feliz y
despreocupada, atenta a querer y a hacer felices a todos. Su simpatía, su
atención y preocupación por todos, su ingenua espontaneidad y su radiante
alegría, hacía que todos se sintieran encantados y felices con ella.
ALMA
EUCARÍSTICA
Vivió en
su ingenuidad de niña una profunda vivida eucarística. Iba a
misa todos los días con su madre, deseó vivamente y se preparó
para recibir su primera comunión. El 18 de mayo de
2019, a los ocho años de edad, la recibió con gran alegría en su colegio.
En su
libro de recuerdos de ese día Teresita escribió: “Sentí
que Dios me quería y me amaba, y que me invitaba al cielo”. Desde entonces se confesaba a menudo,
comulgaba cada día y visitaba a Jesús en el Sagrario,
adorándole en la adoración mensual de niños en su parroquia.
¡ESTOY
ENAMORADA DE JESÚS! ¡QUIERO SER MISIONERA!
El 12 de
diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, en un encuentro en el Centro Belén de
Colmenarejo para preparar la Navidad exclamó con gran determinación: “¡Estoy enamorada de Jesús!” Y también: “¡Quiero ser
misionera ya!”. El amor de
Jesús en ella le hacía desear la salvación de cuantos no conocían su amor y
estaban lejos de Él.
Teresita
mostraba así una relación con Jesús que pasaba desapercibida a primera
vista a los ojos de quienes la contemplaban y una madurez
cristiana inusual para una niña
de su edad. Su deseo de ser misionera crecía cada día más. Durante su último
ingreso en el hospital no dejaba de decir que quería ser misionera.
“¡ME
VOY AL CIELO!”, Y SOÑANDO CON ÉL
A finales
del mes de octubre de 2020, estando a solas con su padre se sentó ante él y le
dijo: "¡Papá, me voy al cielo!". Su padre cambió de conversación. Ella volvió a
repetirle muy seriamente y con determinación: "¡Papá,
me voy al cielo!".
Teresita,
con la imagen de Carlo Acutis en su cabecera que la acompañó en sus últimos
días. Conocía y admiraba la obra de difusión eucarística de este joven
italiano.
Cuando la
ingresaron en el hospital en noviembre de 2020 le dijo a su madre que había soñado con el Cielo y
que había visto al abuelito (fallecido en abril de ese mismo año). El 2 de
enero ingresó por última vez en el hospital. Al día siguiente, estando en
reanimación, le dijo a su madre que había vuelto a ver el cielo y al abuelito.
También le dijo que había visto a Dios, que le había dicho que quería ver a Carlo Acutis,
y que Él se lo enseñó.
¡YA
SOY UNA MISIONERA DE VERDAD!
El 11 de
febrero de 2021 el Vicario de la VIII Vicaría de Madrid, el padre Ángel Camino, visitó el
Hospital de la Paz. Tras celebrar la misa y saludar a los médicos y enfermeras,
recibió la invitación de conocer a Teresita, que
estaba ingresada en la UCI infantil. Cuando le vio Teresita, le dijo: “Ya sé a qué vienes”. Él le preguntó: “¿A qué vengo?” Teresita respondió: “A traerme a Jesús”. El Vicario se sorprendió. Su madre la explicó
que era el Vicario de Madrid y que venía de parte del obispo.
Teresita
le dijo al Vicario: “¿Sabes una cosa? Yo
pido para que muchos niños conozcan a Jesús”. Su madre le dice: “Teresita, dile al Vicario lo que quieres ser”. Teresita
respondió: “¡Yo quiero ser misionera!”
Aquella
respuesta decidida de Teresita conmovió profundamente al Vicario. En ese mismo
momento el Vicario le respondió: “Bajo mi autoridad
yo te constituyo misionera”. Y le prometió que le traería por la tarde una cruz de misionera y su nombramiento como misionera. Le
impartió el sacramento de la Unción de los enfermos, la bendición papal y le dio la comunión. Al
terminar, Teresita, llena de radiante alegría, envió este mensaje a su padre: “Papá mira, me acaban de dar la Unción y me han dicho que
yo ya soy una misionera de verdad”.
El
Vicario tras salir del hospital compró un pergamino y dio instrucciones
en la Vicaría para que preparasen el nombramiento. Por la tarde lo imprimió y
se lo llevó a Teresita al hospital, junto a la cruz de misionera. Al entregarle
la cruz de misionera Teresita dijo: “Cuelga ahí la
cruz para que la vea bien y mañana la llevaré al quirófano. ¡Ya soy
misionera!”
Era el
día de la Virgen de Nuestra Señora de Lourdes. Habían pasado dos meses desde el
día de la Virgen de Guadalupe en que había dicho: “Estoy enamorada de Jesús”; “¡Quiero ser
misionera ya!”
¿Escuchó acaso la Virgen el deseo de su pequeña Teresita? ¿Dejó acaso que ese deseo creciera
en ella los meses siguientes, para a través del Vicario de Madrid hacerlo
realidad?
¿POR
QUÉ QUERÍA TANTO SER MISIONERA?
Dos días
después de su nombramiento, estando en su camita del hospital, una amiga de su
madre, que es catequista, le preguntó por qué quería ser misionera, para que
sus niños de catequesis lo pudieran escuchar. Teresita, con voz muy tenue y
entrecortada, respondió: “Porque es que así
estoy más cerquita de Jesús y me siento más santa; porque quiero llevar a
los demás con Jesús, y también porque quiero llevar a los niños que
no le conocen con Jesús, para que vayan al cielo, felices para siempre,
siempre”.
Y
preguntada por su madre por qué quería ser misionera dijo: “Ser
misionera es para llevar a la gente al cielo”. Su madre le volvió a preguntar: “¿Y qué haces como misionera?” Y Teresita
respondió: “Hablar de Jesús siempre y dar alegría. Y estos días que he estado malita lo he estado
ofreciendo por la gente, por ejemplo por alguien que está malito, por los
sacerdotes”. Su madre le volvió a preguntar: “¿Qué
les dirías a los niños para animarles a ser misioneros?” Teresita
respondió: “Siendo feliz, siendo amigo de Jesús y
estar siempre junto a Él”.
SANTA
TERESITA DEL NIÑO JESÚS JUNTO A ELLA EN EL HOSPITAL
Durante
su último ingreso en el hospital, la reliquia de Santa Teresita del
Niño Jesús le acompañó todo el
tiempo. No pudiendo su tía y madrina estar con ella, le dejó una reliquia de
Santa Teresita del Niño Jesús que ella tenía, para que le acompañara durante su
estancia en el hospital. Cuando estaba sola, Teresita cogía la reliquia, se abrazaba a ella y la besaba. La patrona
de las misiones estaba sosteniendo la entrega misionera de la pequeña Teresita
española, que como ella, se había ofrecido como víctima al Amor Misericordioso
del Corazón de Jesús por la salvación de los que no conocen su Amor.
MISIONERA
POR LA OFRENDA Y EL SUFRIMIENTO
A
Teresita no le gustaba nada sufrir. Quería curarse y disfrutar del amor de los
que la rodeaban, y de la vida. Pero comprendió que el sufrimiento, la
enfermedad y el mal, forman parte de la vida. También
comprendió que podía hacer como Jesús: aceptar todo eso y ofrecérselo para
unirse más a Él y para ayudarle a salvar a los demás. Conocer a
los niños de Fátima le
ayudó mucho a ver de otra manera a los sacrificios y sufrimientos, y a
ofrecerlos como ellos por la salvación de aquellos que no conocen el amor de
Jesús.
Al
ofrecimiento de los sufrimientos se le unió el descubrimiento de la Madre Teresa de Calcuta, y
con ella la compasión, tanto por Jesús, que tiene sed del amor de los hombres,
como por los hombres especialmente por los que sufren, a los que por su
enfermedad se sentía particularmente unida, y por los que estaban lejos de Él.
Entonces
se unieron en ella el sentido de la misión y de la
ofrenda del sufrimiento, haciéndose consciente de que su misión era
la de ayudar a Jesús y a los hombres con su oración y sus sufrimientos.
Teresita
aceptó libremente su ofrenda a Jesús. Cuando a mediados de enero su salud
empezó a empeorar, estaba separada de su madre por el covid, y los dolores eran
cada vez más intensos, se quejó a su madre diciéndole: "No
puedo más, mejor me desapunto de ser misionera". Su madre la animó
diciéndole: “Venga Teresita, tú puedes, ya eres
misionera”. Entonces Teresita dijo: “Bueno,
lo intentaré una vez más”, dando a entender que sabía que su misión estaba
unida a la aceptación y a la ofrenda de sus sufrimientos. Ese
fue el momento en que Teresita, plenamente consciente, le ofreció a Jesús todo,
recibiendo de Él el don de fortaleza para sufrir todo lo que le quedaba. Su
nombramiento como misionera, los mensajes que recibía del Vicario y los que le
llegaron de varios misioneros y sacerdotes pidiéndole su oración y el
ofrecimiento de sus dolores por su misión, la confirmaron en su entrega a
Jesús y en la ofrenda de su vida hasta el final.
¡EL
DOMINGO 7 DE MARZO COMENZÓ SU MISIÓN EN EL CIELO!
El
domingo 7 de marzo terminó su ofrenda aquí en la tierra, entregando
definitivamente su alma a Dios, para continuar su misión desde el cielo. Y
parece que se ha tomado muy en serio su misión. Desde que Jesús se la ha
llevado con Él, no ha dejado de conmover a muchos corazones fríos e
indiferentes, ha sorprendido y llenado de alegría a misioneros y misioneras del
mundo entero, y está tocando el
corazón de multitud de niños y jóvenes, de pequeños y mayores, de matrimonios,
consagrados y consagradas, de seglares y sacerdotes, y no sólo en España sino
en el mundo entero.
Como
entraba en el corazón de los que la rodeaban y se hacía amiga de ellos, está
entrando ahora también en el corazón de los que la están conociendo haciéndose
amigos por todas partes.
¿UNA
NUEVA INTERCESORA EN EL CIELO?
El propio
padre Ángel Camino Lamela, en el responso dirigido por Teresita el mismo día de
su fallecimiento, dijo conmovido a la familia y a los fieles allí reunidos: “Si Teresita no está en el cielo, no hay
nadie”.
Y días
más tarde expresaba a la revista Ecclesia la profunda huella que
Teresita había dejado en él: "No puedo
seguir siendo el mismo. Quiero
ser más auténtico, más niño y dar testimonio... Con muchísima prudencia he
decir que hay signos de santidad. Y hablo por mí, sin ser para
nada santero. Pero si la historia de Teresita dentro de unos meses sigue
estando presente, habrá que pensárselo. En Roma dan muchísima importancia a la
santidad de los niños".
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