Los seres humanos somos
incapaces de juzgar adonde deberíamos ir. Los juicios de Dios son diferentes de
los del mundo. Toma en cuenta los infinitos factores. Toma en cuenta cosas que
nunca podríamos saber o ni siquiera imaginar. Toma en cuenta cuestiones escondidas
detrás de cada situación, así como el carácter y el temperamento. Toma en
cuenta la sabiduría que tenemos. Toma en cuenta la carga genética. Sólo Él sabe
cuánto nos debe purificar porque sólo Él conoce los rincones secretos del alma.
Del mismo modo que no podemos
juzgar el destino de un alma en particular, tampoco podemos tomar un pecado y
clasificarlo limpiamente. No es posible dar una hoja de ruta de a dónde nos
dirigirá el pecado en la otra vida. Depende de Dios. Depende de lo que hemos
acumulado y lo que hemos limpiado a través de la confesión.
Las
sentencias que Dios impone dependen de innumerables factores, pero uno
podría suponer que el Purgatorio Más Bajo tiene su cuota de mentirosos,
estafadores, promiscuos, falsos profetas, adivinos, usurpadores, ¿pero también
de los que se han arrepentido, pero aún no expiado por sus fechorías?
Lo
mejor que podemos hacer es leer los comentarios de aquellos que afirman
haber visto el Purgatorio.
Mientras que ciertos purgatorios no son tan malos,
en los lugares bajos, en los niveles
profundos, la situación es muy dura.
EN LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA
La
información dada por Drythelm,
un monje al que se mostró el infierno, es que en los tramos más bajos del Purgatorio, en
las entrañas de la tierra, están los
que han ofendido muy seriamente a Dios y que deberían haber ido al infierno,
pero no fueron por la misericordia de última hora, el arrepentimiento de última
hora, el respiro de último minuto.
En
el nivel bajo hay probablemente asesinos, ocultistas, abortistas, violadores,
abusadores de niños, ladrones, tiranos, sádicos, y aquellos que participan en
diversas actividades delictivas.
Es
muy probable que también se encuentren adúlteros arrepentidos, sodomitas e
idólatras.
No importa el pecado, si una persona
se arrepiente se salva del fuego eterno, y en su lugar encuentra el
camino hacia el fuego del purgatorio.
¡Pero con todo lo que el fuego implica! Siempre se
ha descrito como más caliente que cualquier fuego terrenal. Allí, una hora de tormento es más terrible
que toda una vida de sufrimiento en la tierra.
Dice Drythelm:
He
visto almas que están en un pozo cubierto de fantástico calor y hay
testimonios de almas de difuntos que vuelven como apariciones e hicieron cosas
tales como dejar una marca de una mano quemada en una puerta de madera, como si
se hubiese hecho con hierro caliente.
Cuando Drythelm vio que
había
un el valle todo fuego en un lado y
todo hielo y nieve en el otro, en una mano brasas y calderos de fuego, en la
otra el más intenso frío y la explosión de un viento glacial.
Este misterioso valle estaba lleno de innumerables
almas, que, sacudidas como por una
furiosa tempestad, se arrojaron de un lado a otro.
Cuando
ya no podían soportar la violencia del fuego, buscaban alivio en medio del
hielo
y la nieve; pero encontraban sólo una nueva la tortura, y se arrojaban de nuevo
en medio de las llamas.
Puede que te sorprenda que haya fuego en el Purgatorio, pero como es
mencionado por muchos místicos, Dios
purifica con su fuego, y los niveles más bajos del Purgatorio son similares al
Infierno.
El alma puede incluso tener una calidad desfigurada
o bestial pero a diferencia de infierno los que están en cualquier nivel del
Purgatorio tienen el consuelo de saber
que sus almas están a salvo y que un día van a ser admitidos en el reino de los
cielos.
No importa la intensidad de su sufrimiento (y es
muy intenso) está la consolante
realidad de que Dios existe y que un día van a estar en su presencia.
UN LUGAR DE NIEBLA Y OSCURIDAD
Una mujer que
trató de suicidarse en 1991 recordó una experiencia de muerte en la que
descendió en un plano de sombras con niebla negra arremolinándose a su
alrededor.
La
niebla formó una barrera que la mantenía prisionera y fue como si
estuviera en el espacio pero sin ninguna estrella.
Lo que viene a la mente de nuevo son las “tinieblas
de afuera” que se refiere Cristo en Mateo 8:12, por la niebla como masa de
bruma – “parecía estar formada de
moléculas de intensa oscuridad” – y la mujer, Angie Fenimore, vio a
hombres y mujeres de todas las edades, pero no niños.
La gente estaba en cuclillas o deambulando y parecía que había una oscuridad que fluía desde lo más
profundo de su ser. Ellos estaban paralizados por la niebla. Estaban tan
absortos con ella, tan atrapados en su
propia aflicción, que no podían demostrar su estado mental o emocional.
Algunos
vestían ropas blancas sucias. Otros estaban profundamente sucios. Estaban allí
para admitir y comprender los errores en sus vidas y era un lugar, dijo, de
tormento sofocante “que me esperaba por quitarme mi propia vida.”
Desde la Unión Soviética llegó un testimonio
similar de un hombre cuyo pecado era el
ateísmo. Al igual que el suicidio, el ateísmo roba a Dios de su papel
como creador.
El hombre, un médico llamado George Rodonaia,
descendió a un lugar muy aterrador cuando “murió” en 1976 después de haber sido atropellado por un coche.
El Dr. Rodonaia (ahora un ministro cristiano en los
EE.UU.) había muerto durante horas, ¡hasta que un patólogo empezó a cortar su abdomen durante una autopsia!.
Al igual que Angie se había encontrado en un reino de oscuridad total. La oscuridad era absoluta, “más
oscuro que cualquier oscuridad, más negro que cualquier color negro”, y el
estaba a la vez sorprendido y horrorizado.
Él
se sorprendió de que existía sin un cuerpo y horrorizado ante el vacío en el que se
encontraba.
Fue sólo cuando se volvió de su negatividad que la
Luz de Dios rompió esa horrible oscuridad.
EN LOS NIVELES MÁS BAJOS NO
LLEGAN LA ORACIONES
En 1873 una
monja santa identificada sólo como Sor M. de LC en un convento
francés empezó a oír suspiros prolongados a su lado.
Los
ruidos extraños de una presencia invisible continuaron y se acercaban cada vez
más.
En febrero de 1874, después de mucha oración y muchas Comuniones, la presencia
finalmente se identificó a la hermana M como el espíritu de una segunda monja que llamaremos la hermana O, que también
había estado en el convento, pero que murió varios años antes y estaba ahora en
Purgatorio.
“Los
grandes pecadores que fueron indiferentes hacia Dios, y religiosos que no
fueron lo que deberían haber sido, se encuentran en la etapa más baja
del Purgatorio”, reveló la hermana O.
“Mientras están allí, las
oraciones ofrecidas para ellos no se aplican a ellos. Debido a que han
ignorado a Dios durante sus vidas, Él ahora en su turno los deja abandonados a
fin de que puedan reparar sus vidas negligentes y sin valor.
Si bien en la tierra verdaderamente no se puede
imaginar lo que Dios realmente es, en
el Purgatorio podemos conocer y entender lo que ÉL es, porque nuestras
almas son liberadas de todos los lazos que nos encadenan y que nos impiden la
realización de la santidad y ver la majestad de Dios, y su gran misericordia.
Somos
mártires, consumidos por así decirlo por el amor. Una fuerza
irresistible nos atrae hacia Dios, que es nuestro centro, pero al mismo tiempo,
otra fuerza nos lanza de nuevo a nuestro lugar de expiación.
Estamos
en un estado de no poder satisfacer nuestros anhelos. Oh, lo que un
sufrimiento implica, pero lo deseamos y no hay murmuración contra Dios aquí. Nosotros deseamos sólo lo que Dios quiere.
Tú en la tierra, sin embargo, no es posible que entiendas lo que tenemos que
soportar. Estoy tranquila, dado que ya no estoy en el fuego. Ahora sólo tengo el deseo insaciable de ver a
Dios, un cruel sufrimiento suficiente de hecho, pero creo que el final
de mi exilio está cerca y que estoy pronta a salir de este lugar, donde me
largo para Dios con todo mi corazón.
Te puedo hablar acerca de los diferentes grados de
Purgatorio porque he pasado por ellos. En el gran Purgatorio hay varias etapas.
En la más baja y la más dolorosa, es
como un infierno temporal, están los pecadores que han cometido crímenes
terribles durante la vida y cuya muerte les sorprendió en ese estado.
Fue
casi un milagro que se hayan salvado, y, a menudo fue por medio de oraciones de santos
padres u otras personas piadosas.
A
veces ni siquiera tienen tiempo para confesar sus pecados y el mundo
pensó que estaban perdidos, pero Dios, cuya misericordia es infinita, les dio
en el momento de la muerte la contrición necesaria para su salvación a causa de
una o más buenas acciones que llevaron a cabo durante la vida.
Para
estas almas, el Purgatorio es terrible. Es un real infierno, con la
diferencia de que en el infierno se maldice a Dios, mientras que nosotros le
bendecimos y le damos las gracias por habernos salvado.
Al lado de éstos vienen las almas, que a pesar de que no cometieron grandes crímenes como los demás, fueron
indiferentes a Dios. No cumplieron con sus deberes de Pascua y también
se convirtieron en el momento de la muerte. Tal vez eran incapaces de recibir
la Santa Comunión.
Ellos están en el Purgatorio por los largos años de
indiferencia. Sufren dolores
desconocidos y son abandonados, ya sea sin oraciones o si se dice que son para
ellos, no se les permite sacar provecho de ellas.
LOS NIVELES SUPERIORES AL MAS
BAJO
En el segundo Purgatorio están
las almas de los que murieron con pecados veniales que no fueron completamente
expiados antes de la muerte, o con pecados mortales que fueron perdonados, pero por los cuales
no han satisfecho completamente a la justicia divina. En esta parte del
Purgatorio, hay también diferentes grados, de acuerdo con los méritos de cada
alma.
Por último, existe el
purgatorio del deseo que se llama el umbral. Muy pocos escapan de esto. Para evitarlo por completo,
uno debe desear ardientemente el cielo y la visión de Dios.
Eso es raro, más raro que lo que la gente piensa,
porque incluso las personas piadosas
tienen miedo de Dios y no tienen, por lo tanto, el suficiente deseo de ir al
cielo.
Este Purgatorio tiene su muy doloroso martirio como
los demás. La privación de la vista de
nuestro amado Jesús se añade al intenso sufrimiento. Es un continuo
martirio. Me hace sufrir más que el fuego del Purgatorio. Es tan hermoso el
cielo. Hay una gran distancia entre el Purgatorio y el Cielo.
Tenemos
el privilegio a veces de vislumbrar la alegría de los bienaventurados en el
paraíso,
pero es casi un castigo. Nos hace desear ver a Dios. En el cielo todo es puro
deleite; en el Purgatorio, profunda oscuridad Oh, cómo deseo ir al cielo ¡Qué
martirio que sufrimos una vez que hemos visto a Dios!
SATANAS TODAVÍA PUEDE ATACAR A
LAS ALMAS
María Simma
dice que en los niveles más bajos
satanás todavía puede atacar a las almas, y que no sucede en los niveles
superiores.
Es cierto que somos probados aquí en la tierra y que la prueba se detiene
con nuestra muerte, sin embargo las
almas del Purgatorio más profundo tienen que sufrir por los pecados que han
cometido antes de tomar ventaja de nuestras oraciones, nuestras misas y de
nuestras buenas acciones. El continuo ataque de satanás es parte de este
sufrimiento.
Los
niveles del Purgatorio son tan diferentes como nuestras enfermedades en la
tierra
pueden ir desde una simple inflamación de una uña hasta enfermedades capaces de
consumir el cuerpo como el fuego.
Existe
este fuego sólo en los niveles más bajos del Purgatorio. Su sufrimiento
es más grave, sobre todo en el tercer nivel, el más bajo.
No es justo lo que muchos
teólogos hoy enseñan, que el Cielo, el Purgatorio y el Infierno son sólo
condiciones. Los tres
son también lugares.
Algunas almas permanecen allí
sólo una media hora y otros para el resto del tiempo, hasta el último día. Las almas dicen que el tiempo
promedio es de alrededor de cuarenta años.
Cuando se nos dice que un alma debe sufrir por un tiempo
debido en el Purgatorio, es sólo porque no podemos entender la entidad de un
dolor si esto no se expresa en términos de tiempo. Dicen que no se dan cuenta que no tienen su cuerpo. Tienen un cuerpo
transfigurado que puede aparecer recuperado y vestido.
POR CADA PECADO MORTAL UN PAGO
DE 7 AÑOS
El ángel llevó a Santa Francisca de
Roma al nivel más bajo del Purgatorio, a una caverna llena de fuego, sus llamas al rojo vivo se cortaban a través
del humo negro que oscurecía la cueva.
Pero tan horrible como lo fue, Francisca dijo que no era tan caliente como en el infierno. A
medida que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, pudo ver los cuerpos
sumergidos en lo que parecía ser un
caldero de fuego que sus llamas los envolvía, tirando de ellos hacia abajo.
Se le dijo que se trataba de almas que habían sido culpables de cometer pecados
graves, habían confesado y fueron absueltos de sus pecados por el sacerdote,
pero no habían satisfecho el daño causado por su actuar en contra de Dios.
En esta visión, se le dijo que por
cada pecado mortal cometido y perdonado, había un pago de siete años de
reparación en el Purgatorio porque era necesario borrarlo del alma.
Dado que el
daño causado por cada pecado mortal afecta al mundo de manera diferente,
algunos más mortal y duraderamente, la cantidad de tiempo y el castigo es
diferente.
El tipo de dolor y el
sufrimiento que tenía cada una de estas almas, era proporcional al tipo de
pecado, al daño hecho por los pecados, y al número de las heridas infligidas a
Sagrado Corazón de Nuestro Señor por estos pecados.
En este nivel, se encontró con las pobres almas de
laicos y religiosos, por igual.
Las
del laicado eran almas que habían llevado una vida de pecado, y se convirtieron
hacia el final de sus vidas. La conversión al Señor y su Iglesia es un don de
Dios para nosotros, ya que sólo el Espíritu Santo puede convertir los corazones
de los hombres. Como no habían pagado su deuda en la tierra, tenían que
compensar la factura del Señor aquí en el Purgatorio.
Las
almas de los religiosos eran las que no habían mantenido los votos que habían
profesado.
Tan pronto como esto se le explicó, San Francisca
vio el alma de un sacerdote que era muy bien conocido. Tenía una cubierta en su cara, para tratar de
ocultar la mancha fea que le había quedado.
Ahora, este sacerdote había llevado una vida
verdaderamente sacerdotal, como buenos administradores de los Sacramentos y
pastor de su rebaño. Su único pecado
había sido una destemplada gula ante los alimentos, en lugar de buscar
su recompensa en la creación de Dios.
Foros de la
Virgen María
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