viernes, 22 de abril de 2016

MADRE DE LA SALVACIÓN: EL VALOR, MIS QUERIDOS HIJOS, ESTÁ TODO EN LAS MANOS DE MI HIJO


Mis queridos hijos a quienes se les han dado los rezos, los regalos y la armadura para avanzar en la preparación de la segunda venida de mi precioso Hijo, Jesucristo.

Su Remanente se ha formado y seguirá creciendo en todo el mundo para que las almas puedan salvarse. Será cuando, lo que tienen por delante, que el remanente de Dios en todos los rincones del mundo retendrá la verdad de su Santa Palabra. Bendecido con el favor del Espíritu Santo la voluntad Remanente, a través de la oración y el sacrificio, aplacará la ira de Dios cuando el gran día del Señor descienda sobre el mundo.

Nunca se debe olvidar que Dios ama a todos y debido a la oposición, que se mostrará a los hijos de Dios, no le resultará fácil permanecer fiel a la Palabra.

Remanente de Dios, independientemente de su credo o nación, se unirá en los próximos días cuando se suprima toda mención de la Santa Palabra. Dios le comunicará a través de esta misión cuando se necesite la comodidad para que Él pueda verter las Gracias que se requieran para mantener su fe.

El valor, mis queridos hijos, todo está en las manos de mi hijo, que va a buscar a cada alma, incluyendo a los más duros entre ustedes. Mi amor por todo lo que es eterno y deseo, es que se utilicen todos los regalos, que les han asignado a través de los Santos Evangelios y por medio de estos mensajes, para la salvación de las almas.

Dios nunca abandonará a su Remanente y será a través de sus grupos de oración y todos los demás grupos de oraciones que se deriven de mis comunicaciones con el mundo, y a través de otras misiones, que las almas puedan y se guardarán.

Comfort unos a otros en tiempos de pruebas espirituales y Dios lo guiará en cada paso del camino. Yo, la Madre de la Salvación, seguiré siendo su protectora y voy a responder a todas las peticiones que me hagan. Voy a permanecer a su lado hasta el día en que mi hijo vuelva a recuperar su reino en la tierra.

Gracias por responder con la fe, la esperanza y la confianza, a mi llamado y al de mi Hijo.

Su amada Madre

Madre de la Salvación

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