La patrona de Arequipa,
en Perú.
El rector
del santuario, Zacarías Kumaramangalam ha sido testigo de las intercesiones de
la Virgen, incluida la suya propia.
La Virgen
de Chapi es considerada la Patrona de
la ciudad peruana de Arequipa y su fiesta se remonta al siglo XVIII, cuando
la imagen fue traída desde España
posiblemente por misioneros franciscanos o jesuitas.
Una antigua tradición señala que la imagen fue encontrada en un cerro cercano a Churajón. También según un documento, la imagen fue llevada del caserío de Paranay al valle de Chapi por un terremoto en 1743.
La devoción hacia esta Virgen lleva cada año a miles de personas de todas las edades y clases sociales al santuario de Chapi, caminando alrededor de 15 kilómetros por esta zona desértica a más de 2.000 metros de altura, entonando cánticos y plegarias a la Virgen.
El traslado de la imagen
Por los desmanes que se realizaban durante la fiesta, en 1973, el párroco de Pocsi, ordenó que la imagen fuera trasladada a Sogay (ambos distritos de Arequipa). Sin embargo nadie pudo mover la imagen, hecho que fue considerado un milagro. En ese lugar se construyó una ermita.
Se cuenta también que tras un terremoto de 1868 la ermita fue destruida, pero bajo los escombros yacía la imagen de la Virgen sin daño alguno. Luego se erigió una capilla.
En el siglo XIX se construyó una iglesia de sillar, y en el altar fue colocada la Virgen de Chapi. Tras un incendio y un terremoto, la imagen salió ilesa y la fe de la población hacia la Virgen aumentó progresivamente.
El milagro de Zacarías Kumaramangalam
Zacarías Kumaramangalam, natural de la India, es el sacerdote rector del santuario.
Él no sólo habla de las gracias que la Virgen concede a los peregrinos, sino que puede hablar de ello en primera persona: él mismo considera que la Virgen le salvó la vida y así se lo cuenta al diario peruano Correo.
“Yo sufrí varios paros cardiacos el 2013 en los días previos a la fiesta de Chapi, exactamente el 12 de abril y en el santuario cuando estaba manejando [conduciendo]. El médico dijo que me salvé de una muerte segura en forma inexplicable... la Virgen me protegió”, recuerda el sacerdote.
Los médicos declararon el estado de salud de Zacarías como grave. “Me dijeron que tenía las arterias obstruidas. Tuve que viajar a la India para que me realizaran una angioplastia”.
Ese año en el que Zacarías cayó enfermo no pudo participar en las fiestas en honor a la patrona de Aretipa a causa de su operación. Por eso, el padre hace invitaciones constantes a los fieles para que visiten Chapi con fe y reflexión. “La fiesta de la Virgen que se acerca es una razón para dar amor al prójimo, a la Madre, a nuestros semejantes, así como Dios nos dio su amor”, dice.
Más intercesiones de la Virgen de Chapi
Desde hace 10 años Zacarías es el rector del Santuario de Chapi, ubicado en el distrito de Polobaya en Arequipa,y durante este tiempo ha escuchado innumerables historias de personas que han asegurado milagros de la “mamita”, como él define.
Durante su ministerio sacerdotal ha escuchado multitud de historias de fe y milagro de esta Virgen. Zacarías cuenta que hay devotos que provienen de todo Perú que se acercan a la imagen de la Virgen para esperar un milagro o buscar esperanza. "Las personas vienen por un amor inmenso a la virgen, por fe, para pedir, para agradecer", explica.
Desde cánceres y casos de esterilidad hasta hallazgos en donde los peruanos han visto la mano de la Virgen de Chapi a lo largo de sus vidas.
"He escuchado a personas que les han detectado cáncer y que gracias a la Virgen de Chapi se han curado. Han llegado mujeres que no podían tener hijos y gracias a la Virgen han podido concebir, luego han vuelto al santuario con sus hijos", comparte Zacarías.
Recuerda que "una vez vino un señor llorando porque su camioneta había sido robada. Él, creyente de Chapi, trajo la foto de su vehículo y la colocó en el manto de la Virgen y a los pocos días regresó al santuario. Había recuperado su camioneta y regresó para agradecer".
Multitud de fieles visitan su santuario
Cada año, miles de fieles visitan el santuario ubicado en el distrito de Polobaya, entre el 29 de abril y el 2 de mayo para celebrar la fiesta religiosa más importante de Arequipa.
Su fiesta se conmemora el 2 de febrero, día de la Purificación o Candelaria, pero los peregrinos han escogido el 1 de mayo, día en que se da inicio al mes dedicado a la Virgen María, y también el 8 de septiembre, fiesta de su Natividad.
Así es la Virgen de Chapi
La imagen de la Virgen de Chapi mide 1.25 metros, pero la corona de oro que lleva en su cabeza hace que parezca más alta.
Su vestimenta es rica y colorida; tiene variadas túnicas con aplicaciones de piedras preciosas y bordados de hilos de oro. Posee además infinidad de mantos bellamente adornados, uno de los cuales tiene bordado el escudo de Arequipa.
Desde 1985 luce un rosario de oro obsequiado por Juan Pablo II. La Virgen lleva en su brazo izquierdo al niño Jesús y una canastita tejida con dos palomas hechas con plumas de aves y un cetro de oro. En el brazo derecho carga otra canastilla más pequeña con dos pichones de paloma blanca.
Una antigua tradición señala que la imagen fue encontrada en un cerro cercano a Churajón. También según un documento, la imagen fue llevada del caserío de Paranay al valle de Chapi por un terremoto en 1743.
La devoción hacia esta Virgen lleva cada año a miles de personas de todas las edades y clases sociales al santuario de Chapi, caminando alrededor de 15 kilómetros por esta zona desértica a más de 2.000 metros de altura, entonando cánticos y plegarias a la Virgen.
El traslado de la imagen
Por los desmanes que se realizaban durante la fiesta, en 1973, el párroco de Pocsi, ordenó que la imagen fuera trasladada a Sogay (ambos distritos de Arequipa). Sin embargo nadie pudo mover la imagen, hecho que fue considerado un milagro. En ese lugar se construyó una ermita.
Se cuenta también que tras un terremoto de 1868 la ermita fue destruida, pero bajo los escombros yacía la imagen de la Virgen sin daño alguno. Luego se erigió una capilla.
En el siglo XIX se construyó una iglesia de sillar, y en el altar fue colocada la Virgen de Chapi. Tras un incendio y un terremoto, la imagen salió ilesa y la fe de la población hacia la Virgen aumentó progresivamente.
El milagro de Zacarías Kumaramangalam
Zacarías Kumaramangalam, natural de la India, es el sacerdote rector del santuario.
Él no sólo habla de las gracias que la Virgen concede a los peregrinos, sino que puede hablar de ello en primera persona: él mismo considera que la Virgen le salvó la vida y así se lo cuenta al diario peruano Correo.
“Yo sufrí varios paros cardiacos el 2013 en los días previos a la fiesta de Chapi, exactamente el 12 de abril y en el santuario cuando estaba manejando [conduciendo]. El médico dijo que me salvé de una muerte segura en forma inexplicable... la Virgen me protegió”, recuerda el sacerdote.
Los médicos declararon el estado de salud de Zacarías como grave. “Me dijeron que tenía las arterias obstruidas. Tuve que viajar a la India para que me realizaran una angioplastia”.
Ese año en el que Zacarías cayó enfermo no pudo participar en las fiestas en honor a la patrona de Aretipa a causa de su operación. Por eso, el padre hace invitaciones constantes a los fieles para que visiten Chapi con fe y reflexión. “La fiesta de la Virgen que se acerca es una razón para dar amor al prójimo, a la Madre, a nuestros semejantes, así como Dios nos dio su amor”, dice.
Más intercesiones de la Virgen de Chapi
Desde hace 10 años Zacarías es el rector del Santuario de Chapi, ubicado en el distrito de Polobaya en Arequipa,y durante este tiempo ha escuchado innumerables historias de personas que han asegurado milagros de la “mamita”, como él define.
Durante su ministerio sacerdotal ha escuchado multitud de historias de fe y milagro de esta Virgen. Zacarías cuenta que hay devotos que provienen de todo Perú que se acercan a la imagen de la Virgen para esperar un milagro o buscar esperanza. "Las personas vienen por un amor inmenso a la virgen, por fe, para pedir, para agradecer", explica.
Desde cánceres y casos de esterilidad hasta hallazgos en donde los peruanos han visto la mano de la Virgen de Chapi a lo largo de sus vidas.
"He escuchado a personas que les han detectado cáncer y que gracias a la Virgen de Chapi se han curado. Han llegado mujeres que no podían tener hijos y gracias a la Virgen han podido concebir, luego han vuelto al santuario con sus hijos", comparte Zacarías.
Recuerda que "una vez vino un señor llorando porque su camioneta había sido robada. Él, creyente de Chapi, trajo la foto de su vehículo y la colocó en el manto de la Virgen y a los pocos días regresó al santuario. Había recuperado su camioneta y regresó para agradecer".
Multitud de fieles visitan su santuario
Cada año, miles de fieles visitan el santuario ubicado en el distrito de Polobaya, entre el 29 de abril y el 2 de mayo para celebrar la fiesta religiosa más importante de Arequipa.
Su fiesta se conmemora el 2 de febrero, día de la Purificación o Candelaria, pero los peregrinos han escogido el 1 de mayo, día en que se da inicio al mes dedicado a la Virgen María, y también el 8 de septiembre, fiesta de su Natividad.
Así es la Virgen de Chapi
La imagen de la Virgen de Chapi mide 1.25 metros, pero la corona de oro que lleva en su cabeza hace que parezca más alta.
Su vestimenta es rica y colorida; tiene variadas túnicas con aplicaciones de piedras preciosas y bordados de hilos de oro. Posee además infinidad de mantos bellamente adornados, uno de los cuales tiene bordado el escudo de Arequipa.
Desde 1985 luce un rosario de oro obsequiado por Juan Pablo II. La Virgen lleva en su brazo izquierdo al niño Jesús y una canastita tejida con dos palomas hechas con plumas de aves y un cetro de oro. En el brazo derecho carga otra canastilla más pequeña con dos pichones de paloma blanca.
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