Un
recorrido por las principales sectas presentes en España
¿Hay sectas en el Islam? ¿Hay sectas islámicas en España? Dentro del
Islam existen divisiones, escisiones históricas que no pueden considerarse
estrictamente “sectas”. Existen detectadas al menos 70 sectas de muy diversa
condición: ideológica, étnico-nacional, mística y escisiones heterodoxas
contemporáneas. En España, encontramos dos grupos bien definidos. Una realidad
embrionaria frente al desarrollo que ha adquirido en otros países occidentales
y que está determinada por el cambio acelerado del hecho religioso y la
presencia de nuevas espiritualidades en nuestro país.
- La dificultad de definir
una secta en el Islam
El Islam nació como un conjunto teológico breve, comprensible y eficaz.
Su sencillez se basó la creencia en Dios único (un monoteísmo neto), sin que
apareciera asociado al seguimiento de unos rituales y ética complejos. Además,
compartir la fe igualaba a todos los creyentes en un contexto fuertemente
marcado por las diferencias sociales. En definitiva, esta propuesta contenía un
“máximo de complejidad” en la “simplicidad”, sin aceptar ningún tipo de
sincretismo o mezcla.
Como sucede con otras tradiciones religiosas, es el tiempo el que va
depurando donde radica la ortodoxia y el podo de llevarla a cabo (ortopraxis).
Así también en el Islam, la práctica ritual se ha ido ajustando a tradiciones
normativas elaboradas progresivamente. Un esfuerzo para conservar la esencia de
la fe, sin contaminaciones ni mezclas. En este proceso de consolidación se
fijan instituciones, textos y normas. Es también donde la frontera con las
desviaciones heterodoxas se va definiendo. Las discrepancias pueden surgir a
nivel individual. Pero cuando un colectivo con capacidad de crecimiento y
movilización es quien protagoniza este hecho, los desacuerdos pueden
convertirse en escisiones o cismas.
En el mundo islámico, la principal corriente escindida de la mayoría
suní es el Chiísmo. Constituyen aproximadamente el 12-15% del total de los
musulmanes. Partidarios de la sucesión del Profeta Mahoma por parte de su yerno
Ali. Es decir de un califato de raíz familiar que rechaza las dinastías Omeya y
Abasí de raíz sunita. De hecho, el propio término chií se refiere al concepto
de “fracción” y chía define a los “partidarios de una causa o conjunto de
adeptos”.
La idea de secta como escisión, nace así de una interpretación crítica
de la autoridad o del contenido canónico de la creencia. No obstante, este
término también incluye la existencia de un grupo reducido, fuertemente
jerarquizado por un liderazgo carismático, proselitista y con connotaciones
negativas. En el caso del Islam, la ausencia de una sola jerarquía visible y
las interpretaciones discrepantes sobre determinados aspectos de la ortodoxia,
complican aún más el establecimiento preciso de lo que sea una “secta
islámica”. Debe también considerarse que de forma complementaria a la secta en
sentido estricto, existen ciertos rasgos de “comportamiento sectario” que
impregnan la ideología y las prácticas de algunos grupos islámicos.
- La diferencia entre
escisión y secta
Como hemos visto, resulta importante tener en cuenta estos rasgos que
hemos expuesto, ya que complican el establecimiento de una diferenciación única
y cerrada de lo que son ramas/corrientes y las sectas. Las primeras implican
una escisión de la ortodoxia, que cuestiona algún aspecto u orientación, pero
que no desdibuja el resultado hasta el punto de convertirlo en un credo diferente
del que nació. Este sería el caso del Chiísmo, que hace una lectura particular
de la herencia histórica del califato ortodoxo y tiene muy desarrollado un
modelo clerical de cierta tendencia teocrática.
Estas diferencias con la mayoría suní han creado una división interna
ciertamente muy profunda, aunque no tan amplia como para que se cuestione la
naturaleza islámica de esta tendencia. Por tanto, el Chiísmo sería una secta si
lo consideramos como una desviación de la corriente principal, un cierto cisma.
No lo sería si tenemos en cuenta que los suníes, custodios de la tradición y
los santos lugares, siguen reconociéndolos como musulmanes, hermanos separados
con los que comparten lo esencial de la creencia.
Las sectas islámicas comparten denominadores comunes con el resto.
Especialmente porque tratan de manipular lo que la persona es realmente. Una
destrucción interior que la deja a merced del grupo sectario. No será libre y
ya no tomará sus propias decisiones, sino que el grupo las tomará por ella. Y
la secta le proporcionará una respuesta definitiva a todas sus preguntas y
necesidades existenciales. Deposita su confianza en el grupo para que sea éste
el que interprete y gestione las acciones concretas que este cambio espiritual
ha de operar en su vida cotidiana. Es evidente que en este proceso de
manipulación entran en juego muchos factores: perfil psicológico, la existencia
o no de una fe previa, lugar de origen, entorno familiar y social, formación
académica, etc.
Los grupos sectarios islámicos no hacen proselitismo (da’wa) en
términos convencionales. Algo que constituye una obligación de todo musulmán
piadoso. Más bien se pervierte este mandato para utilizarlo a conveniencia de
los intereses particulares del grupo sectario y su líder. Las sectas han convertido
este anuncio en un mercado de captación de fieles.
3 Sectas islámicas
presentes en España
Pese a que no son estrictamente musulmanes, la Fe Baha’i puede incluirse en este apartado si consideramos su
origen en el Chiísmo duodecimano. Es decir, el que cree en la misión de los
doce imames (cadena de transmisión desde Mahoma) y que espera el regreso del
imam oculto, apodado el Mahdi. Está fundada por Bahá’u’lláh (1817-1892), y
actualmente tiene alcance global. Este noble persa fue seguidor del profeta el
Báb, fundador de esta creencia y cuyos escritos se consideran textos sagrados.
Los musulmanes son especialmente reacios a aceptar que cualquier figura religiosa
sea elevada a la categoría de profeta con posterioridad a Mahoma. Así, a este
culto a la personalidad del líder-fundador, se une su aspiración de conseguir
la unificación de diversas tradiciones y mensajes proféticos. Algo que la
distancia de cualquier visión ortodoxa del Islam: “Ser un baha’i significa,
sencillamente, amar a todo el mundo; amar a la humanidad y tratar de servirla;
trabajar por la paz y la hermandad universal”.
La Comunidad Baha’i de España tiene presencia desde mediados de los años
40. Actualmente cuenta con unos 4.000
seguidores, muy activos en los foros de diálogo interreligioso. Están
organizados en dos asambleas nacionales: la Asamblea Nacional Española y
Asamblea Espiritual Bahá’í de las Islas Canarias. Según los datos oficiales
poseen 42 lugares de culto,
distribuidos en Ceuta, Melilla, Andalucía, Levante, Baleares, Valencia,
Cataluña, Aragón, País Vasco, Asturias, Castilla-León y Madrid.
Desarrollan actividades de atención social abiertas sin distinción de
creencia, condición social, nacionalidad o etnia. Sus encuentros son
presentados como “mejora humana” y el “espíritu de unidad y alegría que nace
del principio de que todos somos hojas de un solo árbol y olas de un mismo
mar”. También ofrecen los llamados “círculos de estudio”, orientados a
“descubrir las preciosas joyas que hay en tu interior”. Estos encuentros tienen
una periodicidad semanal y su duración es trimestral. En ellas jóvenes y
adultos interactúan en “un proceso de aprendizaje participativo para buscar un
sentido más profundo a su existencia”.
También se incluyen actividades ocasionales de servicio comunitario e
integración grupal. Los círculos de estudio de todo el mundo han demostrado ser
instrumentos efectivos para la transformación personal y social. De modo complementario
realizan los llamados “encuentros de inspiración”, en torno a “lecturas
hermosas y profundas (…) que despiertan la sensibilidad (…) y nos acercan a
nuestra realidad espiritual y nos proveen de un espacio de iluminación y paz”.
A esto unen su propaganda a través de la Editorial Baha’i de España, fundada en
Tarrasa en 1969, y cuyo objetivo principal ha sido la de conformar una “ayuda a
las personas en su evolución espiritual (…) y para su aplicación a las
distintas necesidades de la humanidad”.
La comunidad Yamaat Ahmadia del
Islam en España supone un porcentaje mínimo dentro del panorama musulmán
español (0’1%). Sus centros aparecen asociados a mezquitas en Andalucía
(Mezquita Basharat) y Valencia (Mezquita Baitur-Rahman). Antes de contar con
estos centros, este movimiento internacional de origen indio ha desarrollado
una intensa labor de proselitismo en España desde finales de los sesenta,
introduciéndose a través de Gibraltar. Según sus relatos internos hablan de una
primera “misión” en Madrid en 1946.
El liderazgo carismático de su fundador, Hazrat Mirza Bashirud Din
Mahmud Ahmad, unido al perfil
mesiánico / profético de sus sucesores, ha llevado a que la mayoría de los
musulmanes no los reconozcan dentro del Islam ortodoxo. Defienden una lectura
individual del Corán que colisiona con otras escuelas tradicionales sunníes,
donde existe una clave interpretativa propia de cada tradición
jurídico-teológica ya establecida. Por ejemplo, Arabia Saudí no les permite
visados para acudir a la peregrinación o el gobierno pakistaní le prohibió
declararse musulmanes en 1984.
Este grupo establece un paralelismo mesiánico entre la figura de Jesús y
Ahmad, ambos incomprendidos y perseguidos. A ello añaden el curioso dato de su
advenimiento trece siglos después de las figuras fundadoras de Moisés (en el
caso de Jesús) y Muhammad (en el caso de Ahmad). A diferencia de un Islam
ortodoxo, la figura del fundador ejerce un rol de intermediario en la exigencia
de fidelidad absoluta, tanto en la iniciación como en la vida del prosélito.
Este rasgo sectario resulta muy acusado al existir el llamado “Pacto de Iniciación”. En él se fijan
las condiciones de la adhesión (el Bait), por encima de cualquier otro rasgo de
fidelidad o identidad de la persona adepta. En este pacto, se especifica que
“la persona que se afilia al Movimiento Ahmadía, debe decidir, de manera firme,
cumplir las siguientes condiciones (…) 10. Establecerá un vínculo de hermandad
con este humilde siervo de Dios, prometiéndome obediencia por amor a Alá en todo
lo bueno; y lo mantendrá hasta el día de su muerte. Que sea tal esta afinidad
que no se encuentre otra semejante en otro tipo de relación o parentesco que
requiera obediencia”.
Entre sus actividades, destaca la de la organización caritativa Humanity
First, radicada en el Reino Unido. Se autodefine como “agencia de
desarrollo y ayuda internacional, apolítica y no-sectaria, que trabaja con
diversas comunidades, en todo el globo”. Los miembros de la comunidad entienden
esta labor como servicio social mediante “sacrificios desinteresados, afecto y
devoción”.
Desde su primera reunión en Qadian (India) en 1891, el grupo ha llegado
a poseer una ramificación importante. La Convención Anual del Reino Unido ha
reunido a más de 20.000 personas, atrayendo a visitantes, dignatarios y
personalidades de todo el mundo. El propósito de estas reuniones es analizar el
trabajo realizado y aprovechar las conferencias de expertos y del Califa en
temas islámicos y de interés actual. Estas reuniones son retransmitidas por la
MTA (Muslim Television Ahmadiyya) que apareció en 1992 con el propósito de
proporcionar “una alternativa positiva al mundo de las emisiones televisivas”.
Fue ideada por el cuarto Califa de la Comunidad Ahmadía, Hazrat Mirza Tahir
Ahmad. Desde 2010 también se ha asentado en Perú gracias a Fazal Elahi Qamar,
miembro de la Comunidad Ahmadía de España y su actividad de tabligh
(predicación) en Cuzco y Lima.
REFERENCIAS:
-Sobre Fe Baha’i, véase http://www.bahai.es/
-Sobre la Yamaat Ahmadia, véase http://www.islamahmadiyya.es/
Foros de la Virgen María
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