NUEVA YORK, 24 Abr. 16 / 09:17 pm (ACI).- El Nuncio
Apostólico ante las Naciones Unidas en Nueva York, Arzobispo Bernardito Auza,
reiteró el firme rechazo de la Santa Sede al uso de drogas ilegales, su
legalización y recordó lo dicho por el Papa Francisco: “la droga es un mal y
con el mal no se puede pactar”.
Así lo indicó el Prelado en su discurso ante
la sesión especial de la Asamblea General sobre el problema mundial de la droga
el jueves 21 de abril.
En su discurso, el Arzobispo afirmó que “la Santa Sede rechaza
firmemente el uso de drogas ilegales y la legalización del uso de narcóticos”.
El Prelado de origen filipino recordó lo dicho por el Papa Francisco
sobre el tema el 20 de junio
de 2014 cuando afirmó que “pensar en poder reducir el daño,
consintiendo el uso de psicofármacos a las personas que siguen consumiendo
droga, no resuelve en absoluto el problema; en vez de eso es necesario
confrontar los problemas detrás del uso de las drogas, promoviendo una mayor justicia,
educando a los jóvenes en los valores que construyen la sociedad, acompañando a
los que están en dificultad y dándoles esperanza para el futuro”.
En esa oportunidad, Francisco también dijo que “la legalización de las
así llamadas «drogas ligeras», incluso parciales, además de ser cuanto menos
discutible a nivel legislativo, no producen los efectos que se habían fijado”.
Además, el Papa insistió además en que “la droga no se vence con la
droga. La droga es un mal, y con el mal no se puede ceder o pactar”. Para decir
“no a todo tipo de droga” es necesario “decir sí a la vida, sí al amor, sí a los demás, sí a la
educación, sí al deporte, sí al trabajo, sí a más oportunidades de trabajo. Si
se realizan estos «sí», no hay sitio para la droga, no hay sitio para el abuso
de alcohol y para las demás dependencias”.
Mons. Bernardito Auza resaltó luego la importancia de la familia para hacer frente
al problema de las drogas y alertó sobre “el efecto negativo del uso de drogas
ilícitas en la familia que se extiende a la comunidad y llega a la
desestabilización de la sociedad civil”.
“Educar a nuestros niños y jóvenes sobre el daño del abuso de drogas es
un importante elemento para luchar” contra este flagelo, dijo el Prelado y
agregó que es necesario ayudar a quienes han caído en él.
El Arzobispo resaltó asimismo que “el problema de la droga y sus males
relacionados trascienden las fronteras y afectan a las personas en todo el
mundo. Por ello se requiere la cooperación internacional para lograr una
estrategia integrada y balanceada que les haga frente”.
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