Este artículo fue creado especialmente para responder a sus dudas.
Por: María Ximena Rondón | Fuente: ACI Prensa
Muchos católicos se han preguntado por qué en la Iglesia Católica hay algunos
templos con el título de basílicas y por qué son tan importantes para la vida
de fe.
ESTE ARTÍCULO FUE CREADO ESPECIALMENTE
PARA RESPONDER A SUS DUDAS.
La
palabra “basílica” proviene del latín basílica, que deriva
del griego basiliké. Significa “casa real”.
En los
tiempos del Imperio Romano, una basílica era el lugar donde se ubicaba el tribunal
de justicia.
A lo
largo de la historia, los Papas han otorgado el título de “basílica” a un templo por su importancia
espiritual e histórica.
Una basílica es el centro espiritual y de evangelización de una
comunidad y sirve también para difundir una devoción especial a la Virgen
María, a Jesús o algún santo.
Las
celebraciones litúrgicas que se realizan en ellas deben también oficiarse en
las demás iglesias de la diócesis.
Las
basílicas también acogen tesoros sagrados de la Iglesia Católica, como las
tumbas y reliquias de santos; y promueve la difusión de los documentos de la
Santa Sede.
TIPOS DE BASÍLICA
Existen
cuatro templos que llevan el título de “basílica
mayor”. Se encuentran en Roma y son: la Basílica
de San Pedro, la Basílica de Santa María la Mayor, la Basílica de San Pablo de
Extramuros y la Basílica de San Juan de Letrán.
Una basílica mayor posee un altar mayor en el que solo el Papa y sus
delegados pueden celebrar la Misa. Además,
se distingue porque tiene una Puerta Santa que los fieles pueden cruzar durante
un Año Santo para ganar la indulgencia plenaria.
Las “basílicas menores” son los templos que obtuvieron ese título por
una concesión del Papa o de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina
de los Sacramentos.
Suelen
ser en su mayoría santuarios y catedrales que reciben una gran cantidad de
peregrinos por los tesoros sagrados que custodian o por su importancia
histórica. En total, existen más de 1500 basílicas
menores en todo el mundo.
Algunas
de las más conocidas en Italia son la de San
Lorenzo Extramuros, en Roma; la de San
Francisco y la de Santa María de los Ángeles
en Asís.
En otros
países son conocidas la Basílica de Nuestra Señora
de Guadalupe en México, la Basílica del Sagrado
Corazón (Sacré-Coeur) en Francia, la Iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona, la Basílica de Nuestra
Señora de Luján en Argentina y la Basílica de Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá en Colombia.
La parte exterior de una basílica se llama atrio. El vestíbulo interior se llama nártex y luego le siguen la nave central,
donde se congregan los fieles, y las naves laterales, donde suelen estar los
confesionarios, las capillas y el baptisterio.
En el
ábside, la cabecera del templo, se encuentra el altar mayor, que suele estar
cubierto por un baldaquino, una suerte de cúpula sostenida por cuatro columnas.
El baldaquino más famoso es el de Bernini que
está sobre el altar mayor de la Basílica de San Pedro.
En
algunas basílicas, como San Pedro y San Pablo de Extramuros, debajo del altar
mayor está la tumba de un santo o mártir.
En la parte trasera del ábside está el trono donde se sienta el Obispo o
el Papa, en caso de que este visite el
templo.
En la
parte lateral del ábside están las sacristías.
La
Basílica más antigua del mundo es la de San Juan de Letrán. Fue edificada sobre el palacio de la familia noble de los Lateranos que
le obsequió el emperador Constantino a la Iglesia Católica. El Papa San
Silvestre consagró el templo en el año 324.
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