Gloriosa Santa Ana, Patrona de las familias cristianas, a Ti encomiendo mis hijos. Sé que los he recibido de Dios y que a Dios les pertenecen por tanto te ruego me concedas la gracia de aceptar lo que su Divina Providencia disponga para ellos.
Bendíceles
oh Misericordiosa Santa Ana, y tómalos bajo tu protección. No te pido para
ellos privilegios excepcionales; sólo quiero consagrarte sus almas y sus
cuerpos, para que preserves ambos de todo mal. A Ti confío sus necesidades
temporales y su salvación eterna.
Imprime a
sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio;
presérvales de la corrupción; conserva en su alma la fe, la rectitud y los
sentimientos cristianos; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la
Inmaculada Virgen María, a amar a Dios sobre todas las cosas.
Santa
Ana, Tu que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de sufrir con
paciencia y amor las dificultades que se me presenten en la educación de mis
hijos. Para ellos y para mí, pido Tu bendición, oh Bondadosa Madre Celestial.
Que
siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad
de Dios; y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra,
reuniéndonos Contigo en la gloria para toda la eternidad.
Así sea.
**Devocionario
Católico
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