"Cuando crucemos esta puerta, atráenos más profundamente hacia tu Tu presencia"
Por: Philip Kosloski | Fuente: Aleteia
La puerta es una de las partes más importantes de un hogar. A través de ella
entramos y salimos, recibimos a las visitas y nos despedimos de viejos amigos.
Es un lugar de tristeza y de alegría, de partidas y de llegadas.
Por eso, deberíamos invocar la
presencia de Dios, rezarle para que bendiga y proteja nuestra puerta y nuestro
hogar. Para ello, una de las formas más habituales es recurrir a la oración de
bendición tradicional del hogar en Epifanía. Sin embargo, no es la única manera
de invocar la bendición de Dios sobre nuestra puerta y hogar.
A continuación disponéis de una oración alternativa
que puede pronunciar cualquiera, sacerdote o laico:
Que la paz de Dios descienda
sobre esta casa y sobre todos quienes habitan en ella. Señor Santísimo, Padre
Todopoderoso, Dios Eterno: Eres alfa y omega,
comienzo y fin. Velas por nosotros desde el nacimiento hasta la muerte.
Dígnate, pues, a bendecir la puerta de nuestra casa. En tu bondad, envía a Tus
santos ángeles del cielo para vigilar, proteger, acompañar, consolar y alentar
a quienes residen en esta casa.
Cuando crucemos esta puerta,
atráenos más profundamente hacia tu presencia y que reine en este lugar un
espíritu de humildad, bondad, dulzura y gratitud. Oh Señor, Tú eres la puerta
de la vida eterna. Bendice todas nuestras entradas y salidas y vierte sobre
nosotros gracias en abundancia. Te rezamos para que bendigas y santifiques esta
casa, como bendijiste la casa de Abraham, Isaac y Jacob, y que entre las
paredes de esta casa residan los Ángeles de tu luz y los guarden a ella y a sus
moradores.
Que esta bendición
descienda sobre esta casa y sobre quienes viven en ella, ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario