Desde que en 2021 la Adoración Nocturna de Barcelona se trasladó a la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, sus nuevos integrantes han pasado de ser 36 a 70 en 2023.
El pasado 25 de noviembre, los
católicos barceloneses cuestionaron el dogma de que en la Ciudad Condal la fe
es cosa del pasado: más de 500 adoradores y sus
familiares se congregaron por la festividad de Cristo Rey en la
parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, donde mostraron el mensaje firme y
claro de que fieles y devotos “se resisten a desaparecer”.
Cada año, los adoradores se
reúnen para dar la bienvenida a los nuevos miembros de la Adoración Nocturna.
Este año, se contaron por 70 las incorporaciones a la
Adoración Nocturna, buena parte
de ellos jóvenes.
Los organizadores de apostolado
de oración constataron que la perseverancia es uno de los rasgos más
característicos de sus miembros, pues sus cifras crecen y se
mantienen a pesar de dificultades especialmente
arraigadas en Barcelona como es la secularización.
Algunos de los nuevos
adoradores nocturnos, destacan en su mayoría por su juventud.
También se plasma la constancia
ante otras adversidades como fue la supresión por el abad de los
salesianos Frances Riu de
la adoración nocturna al Santísimo en el Monte Tibidabo. Celebrada desde 1960 de manera prácticamente
ininterrumpida, era la más antigua de España. Más allá del impacto simbólico,
no tuvo consecuencias en lo referido a los adoradores, que vieron en Santa
Teresita su nuevo “hogar” de oración.
Los adoradores no paran de
crecer. Si en 2021 -el primer año que celebraban su vigilia anual en Santa
Teresita del Niño Jesús- los nuevos miembros de la adoración nocturna fueron
36, dos años después los nuevos adoradores se han
duplicado: durante la
ceremonia se entregó el distintivo de nuevos adoradores a 50
personas de todas las edades, en su gran mayoría jóvenes y un grupo
de veteranos constantes ejemplares. 19 pequeños Tarsicios –adoradores
de menos de 16 años– también recibieron también su insignia de adoradores
durante a la celebración.
El incremento en el número de
adoradores podría indicar, entre otros aspectos, que si bien la secularización
de Barcelona dificulta el crecimiento de nuevos católicos, también parece
fortalecer a los que ya hay: a lo que se "inscriben"
es a pasar noches enteras sin dormir,
velando en lo escondido de una parroquia, sin grandes focos ni protagonismos y renunciando a los planes
que haría cualquier otro joven de su edad.
Muchos de los nuevos
adoradores forman parte de los llamados Tarsicios, menores de 16 años.
A día de hoy, más de 350
fieles de la sección barcelonesa adoran a la Eucaristía cada noche del
año entre las 22:00 y las 6:00 horas.
El incremento, explican desde
Adoración Nocturna Española, no es solo en número de adoradores,
sino también de templos y capillas de Adoración Perpetua,
que en los últimos años han pasado de 1 a 10 en toda la región. En los dos
últimos años se han abierto las capillas de Manresa y Vilasar de Mar.
Más de 500 adoradores y
familiares acudieron a la tradicional vigilia anual que tiene lugar desde 2021
en la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, como espacio supletorio
del Monte Tibidabo.
David Abadías, adorador nocturno en su juventud
y actual obispo auxiliar de Barcelona, alentó al medio millar de adoradores a continuar con su
carisma de adoración que “mantiene el
mundo de hoy y permite que no se derrumbe” y animó a los jóvenes a ser “valientes y generosos ante la llamada de Jesús al
sacerdocio”.
Abadías concluyó la ceremonia con
la bendición de la ciudad de Barcelona con el Santísimo desde las calles.
El obispo auxiliar de Barcelona, David
Abadías, bendice la Ciudad Condal tras la vigilia anual de adoradores.
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