GRACIAS A FUNDACIÓN CARF, JEEVAN SE FORMA PARA LLEVAR EL EVANGELIO A UN CONTEXTO DE PERSECUCIÓN
En un país donde no es raro que ser cristiano o
bautizarse implique la muerte, Jeevan lo hizo con solo 5 años: gracias a su
madre, dio un paso más y respondió al llamado de ser sacerdote.
Con tan solo 4
años, Jeevan lloró la muerte de su padre Bhaskar. Se quedaba solo junto a
su madre, sin hermanos y nadie que acudiese en su ayuda. Su situación,
dramática en cualquier lugar, se agravaba por las dificultades propias de su
país natal, India, especialmente cuando buscaron refugio en Jesús.
Hoy, a sus 25 años, el joven relata a Fundación CARF como
un encuentro "providencial" con un
sacerdote y casi
clandestino debido a la persecución contra los conversos por el hinduismo se
convirtió en su última esperanza de hallar el consuelo y la paz.
Todo empezó cuando en pleno
duelo, la madre viuda, Parvati, empezó a ir a una iglesia
protestante siguiendo a unos
familiares lejanos buscando la ayuda que todos le negaban. Algo que, como
relata el mismo Jeevan, no estaba exento de amenazas. Entonces, si el padre de
familia se enteraba de la conversión de uno de los miembros de su familia, "se le separaba de ella y no le
permitían entrar en su casa".
No son los únicos riesgos de la
conversión en la India, país que ocupa el puesto número 11 de la lista mundial
de cristianos perseguidos de Puertas Abiertas.
Según esta organización de ayuda a los cristianos perseguidos, los que más peligro corren son los conversos del hinduismo, como era
el caso de Parvati y Jeevan, pudiendo enfrentar desde la exclusión social y
familiar hasta las agresiones e incluso la muerte.
La pérdida de prestaciones
gubernamentales, del empleo o las denuncias falsas por incumplir las leyes
anticonversión son solo algunas formas en que son perseguidos con impunidad.
UN
ENCUENTRO PROVIDENCIAL QUE LLEVÓ AL BAUTISMO
Por entonces, tanto Parvati como
Jeevan desconocían que hubiese católicos y protestantes, pensaban que solo
había "cristianos" a secas.
Sin ningún tipo de partidismo, no
les resultó difícil ser bautizados tras encontrarse
"providencialmente" con un sacerdote, Abraham, en
2005. Parvati, que hasta entonces se llamaba como la mujer de Shiva según la
mitología hindú, pasó a llamarse María.
Familia y casta desaprobaron su conversión y
hoy, casi dos décadas después, toda su familia sigue siendo hinduista.
"Pero mi
madre nunca se rindió y ante las dificultades continuó con su
fe. Aprendí de ella a ir a la iglesia y luego servir en Misa. Nos bautizamos y,
por fin, comenzamos nuestro camino como hijos de Dios y miembros de la Iglesia católica", relata Jeevan.
Ahora, madre e hijo no estaban
solos. Y aunque las dificultades persistían, también en lo económico al ser
ella el único sustento, el joven recuerda aquellos años con una felicidad inmensa, recibió una buena educación y sobre todo, creció en la fe.
"He aprendido
mucho de sus prácticas piadosas y de sus valores morales", reconoce.
BAUTIZADO
CON 7 AÑOS Y "LLAMADO" CON 13
Precisamente la piedad y el amor
de su madre a la Santa Misa despertó en Jeevan desde muy temprano la
idea de ser sacerdote, que le trasladó con 13 años.
"Ella acogió
con alegría mi deseo, pero me pidió que me tomara un tiempo y reflexionara
porque era demasiado joven para tomar una decisión tan grande. Sin embargo, esa
idea seguía en mi corazón mientras iba creciendo", afirma.
En este sentido, su madre tuvo "un papel fundamental" en su vocación, tanto en su reflexión como en llevarla a cabo: "Realmente le agradezco su valiente paso de ofrecer
a su único hijo al servicio del Señor en una situación
realmente complicada para una mujer en India, que ya ha perdido a su marido y
que ahora vive sola sin su hijo cerca de ella".
GRANDES
DIFICULTADES Y PRUEBAS SUPERADAS
Una vez en el seminario, las
dificultades no desaparecieron, especialmente a la hora de aprender y ponerse
al día con las asignaturas, en la adaptación a una cultura y religión
completamente diferentes de las que provenía o por el hecho de dejar su hogar.
Durante 3 años realizó el curso
de discernimiento para el sacerdocio mientras terminaba sus estudios en Eluru,
al oeste de Andhra Pradesh, supero todas sus dificultades y la nostalgia dio
paso a un deseo cada vez más fuerte de ser sacerdote.
Los propios formadores sometieron
su vocación a un tiempo de prueba, recomendándole tomarse un tiempo de descanso
de sus estudios para el sacerdocio y acompañar a su madre viuda en casa para
discernir con fortaleza. Un periodo arduo y difícil, pero que sirvió para fortalecer
su vocación.
AGRADECIDO
A FUNDACIÓN CARF: "ESPERO HACERLO LO MEJOR POSIBLE"
Pasado un tiempo, recibió una
invitación del seminario para ingresar de nuevo. Después de dos años de licenciatura en Filosofía en
Visakhapatnam, su obispo, Mons. Rayarala Vijay Kumar, le ofreció proseguir sus estudios de Teología en Roma,
que realiza hoy gracias a la ayuda de Fundación
CARF.
"Nunca se me
había pasado por la cabeza que pudiera llegar a estudiar en Roma, la ciudad
eterna. Pero Dios sabe más y lo hace todo, así que llegué a Italia en
agosto de 2022", relata feliz.
Una vez asentado en el Collegio Ecclesiastico Internazionale Sedes Sapientiae,
también tuvo que hacer frente a la barrera del idioma, para lo que completó dos
meses de curso intensivo de italiano. Conforme pasaban los meses, todo
resultaba más sencillo.
"En cuanto a
los estudios, el primer semestre ha significado para mí un gran esfuerzo, ya
que ¡no solamente hay que dominar el italiano en la vida diaria, sino que
también y sobre todo en los estudios teológicos! Pero este semestre ya es
distinto y espero hacerlo lo mejor posible", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario