El jueves, a la solemnidad de San Pedro y San Pablo celebrada en la basílica de San Pedro, asistió el metropolita Job encabezando una delegación del patriarcado ortodoxo de Constantinopla, que fue recibida este viernes por el Papa.
SINODALIDAD
Y PRIMADO
Francisco agradeció esa
presencia, envió sus saludos al patriarca Bartolomé y mostró su "alegría" por los acuerdos alcanzados en
la decimoquinta sesión plenaria de la comisión mixta internacional para
el diálogo teológico entre
la Iglesia y las comunidades ortodoxas, que tuvo lugar en Alejandría (Egipto)
auspiciada por el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Concluyó el 7 de junio con un
documento conjunto sobre Sinodalidad y primado en el segundo
milenio y hoy, que
aporta una visión historicista, según la cual las enseñanzas del Concilio
Vaticano I "sobre el primado y la jurisdicción
universal del Papa eran una respuesta a la percepción de una
amenaza a la unidad e independencia de la Iglesia";
frente a esto, "los católicos y los
ortodoxos tienen que llegar a una auténtica comprensión de la sinodalidad y del
primado a la luz de los principios teológicos, las provisiones canónicas y las
prácticas litúrgicas de la Iglesia indivisa del primer
milenio".
El Papa celebró que en dicho
documento se ha llegado a "una lectura
común sobre el modo en el que se desarrolló en Oriente y
Occidente la relación entre sinodalidad y primado en el segundo milenio".
Con esa "lectura común" se espera "contribuir a la superación de argumentos polémicos
utilizados por ambas partes" en el pasado. Pues hoy "estamos llamados a buscar juntos una
modalidad de ejercicio del primado que, en el contexto de la
sinodalidad, esté al servicio de la comunión de la Iglesia a nivel
universal".
UN
PRIMADO PARA CATÓLICOS Y OTRO PARA ORTODOXOS
Francisco introdujo al respecto "una precisión oportuna": "No es posible pensar
que las mismas prerrogativas que el obispo de Roma tiene respecto a su diócesis
y de la comunidad católica se
extiendan a las comunidades ortodoxas; cuando, con la ayuda de
Dios, estemos plenamente unidos en la fe y en el amor, la forma con la cual el
obispo de Roma ejercerá su servicio de comunión en la Iglesia a nivel universal
deberá resultar de una inescindible relación entre el primado y la
sinodalidad".
Añadió que la comunión "no es cuestión de cesiones y compromisos", sino
que consiste en que los hermanos "sepan insertar
su diversidad en un contexto más amplio". Es "la
perspectiva del Espíritu Santo", aseguró, que armoniza las
diferencias sin homologar las realidades.
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