Fiesta Solemne
Por: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
La Iglesia católica y sus fieles celebramos con gran alegría la fiesta de SAN PEDRO Y SAN PABLO que en
su momento fecundaron con sus sangre a la Iglesia participando de la Pasión del
SEÑOR dando su vida por proclamar su fe en enseñanza transmitiendo el amor de
Dios a los hombres.
PEDRO era
originario de Betsaida, Palestina. Familia de pescadores con su padre y su
hermano Andrés. Y Pedro un día, dejando las
redes, siguió Jesús, siguió al Maestro para convertirse en pescador de
sus semejantes. Muchos pasajes de diálogos sumamente interesantes
nos narran los evangelistas, entre JESÚS Y Pedro.
Tomaremos uno de gran mensaje y transcendencia de Mateo 16,13-19 : “ ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? -
pregunta Jesús y Pedro toma la palabra y responde: - “ Tu eres el Hijo de Dios
vivo“. Y Jesús le dice: “Bienaventurado
eres Simón porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta “piedra”
edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”.
Más de veinte siglos después el Papa Francisco es el sucesor de este
nombre. Simón el pescador, pero que Jesús le llamó Pedro ( piedra )
porque sobre esa roca quedaría instituida la verdadera Iglesia. Pedro murió
crucificado en ROMA pero con gran humildad pidió
que lo hicieron con su cabeza cerca del suelo, no se sentía digno de morir en
la misma postura que su SEÑOR, El Hijo de Dios.
PABLO tiene una historia electrizante. Implacable
perseguidor de los cristianos, se rinde al llamado del Señor y se convierte en
el más apasionado seguidor de CRISTO. Es
derribado de su caballo en el camino de DAMASCO. La voz de Cristo lo llama y se transforma en
el más fiel de los siervos del Señor. Escribe
las famosas y aleccionadoras Cartas y Epístolas a los romanos, a los corintios,
a los gálatas, a los efesios, a los filipenses, a los colosenses, a los
tesalonicenses, a Timoteo, a Tito y a los hebreos. Con el afán de difundir la
fe cristiana recorre Asia Menor, GRECIA, Roma,
Antioquia y quizá España también. Muere decapitado en Roma. Hay una
creencia común que fue ejecutado el mismo día y el mismo año que San
Pedro.
La
lectura de sus Epístolas y Cartas es algo fascinante, las encontramos en la
Biblia, en los HECHOS DE LOS APÓSTOLES y
por medio de ellas podemos conocer toda su historia, su carácter fuerte y
valeroso pero sobre todo su gran amor a Dios y su imperativo afán por
difundirlo.
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