Tiempo litúrgico que recuerda los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto. Es un tiempo de reconciliación
Por: Teresa Vallés | Fuente: Catholic.net
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LA
FIESTA
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para
prepararnos a la gran fiesta de la Pascua.
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros
para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días, comienza el Miércoles de
Ceniza y termina el Jueves Santo.
También cabe decir que la liturgia considera el Viernes Santo, Sábado Santo y
Domingo de resurrección, toda una celebridad junta llamada "Triduo Pascual".
Inicialmente, la Cuaresma iba desde el Primer Domingo de Cuaresma al Jueves
Santo, pero a raíz de una reforma litúrgica, se descontaron los domingos por
considerarlos pascuales y no penitenciales. Para "cuadrar",
se añadió a la cuaresma los días que van del Miércoles de Ceniza hasta
el Primer Domingo de Cuaresma. De esta manera salen los 40 días. Actualmente, y
lo repito de nuevo, la Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves
Santo
A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un
esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos
vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia.
Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de
preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a
vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de
Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a
vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a
Jesucristo.
El pecado nos aleja de Dios, rompe nuestra relación con Él, por eso debemos
luchar contra él pecado y ésto sólo se logra a través de la conversión interna
de mente y corazón.
Un cambio en nuestra vida. Un cambio en nuestra conducta y comportamiento,
buscando el arrepentimiento por nuestras faltas y volviendo a Dios que es la
verdadera razón de nuestro existir.
La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día,
durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el
rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los
hermanos.
La Cuaresma es un camino hacia la Pascua, que es la fiesta más importante de la
Iglesia por ser la resurrección de Cristo, el fundamento y verdad culminante de
nuestra fe. Es la buena noticia que tenemos obligación de difundir.
En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto
aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de
la resurrección.
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la
Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta
años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de
Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el
desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la
estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros
significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y
dificultades.
EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA EN
LA CUARESMA
·
El ayuno consiste
en hacer una sola comida fuerte al día.
·
La abstinencia
consiste en no comer carne.
·
Son días de
abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
·
La abstinencia
obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los
cincuenta y nueve años de edad.
·
Con estos
sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (alma y cuerpo) participe en un
acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño
ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
·
El ayuno y la
abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten
las Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son las que tienen
autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana.
CÓMO VIVIR LA CUARESMA
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome.
2. Luchando por cambiar yo mismo.
3. Haciendo sacrificios.
4. Haciendo oración.
1.-ARREPINTIÉNDOME DE MIS
PECADOS:
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido,
si realmente estoy arrepentido. Este es un muy buen momento del año para llevar
a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de
Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro
para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. LUCHANDO POR CAMBIAR:
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para
cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte
demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las
escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco.
Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu
plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. HACIENDO SACRIFICIOS:
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa “hacer sagrado”. Entonces, hacer un sacrificio es
hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio
es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo,
ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A
cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos
los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. HACIENDO ORACIÓN:
Aprovecha estos días para orar, para platicar con
Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar
de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes
relacionados con la Cuaresma.
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