«MIRES DONDE MIRES EN TIERRA SANTA HAY UN ARTE QUE COMUNICA LA BELLEZA DE DIOS», ASEGURÓ
HANNAH COTE EMPRENDIÓ SU VIAJE A TIERRA SANTA EN ENERO: EL ARTE Y LA
BELLEZA DE LOS SANTOS LUGARES LE PRODUJERON UN CRECIMIENTO EN LA FE.
Con cerca de 5.500 años de
historia, los mosaicos son sin duda una de las formas más antiguas
de arte. Tras su origen en
Mesopotamia, su incorporación a las culturas griega y romana fue fundamental en
el campo artístico, religioso y cultural. En el primer caso destacaron los
llamados mosaicos de Delos, de los que se han conservado una importante
colección del siglo II a.C. En el caso romano, su uso protagonizó
abundantes muestras que abarcan de pequeños dibujos hasta la elaboración de
murales, suelos, templos, piscinas…
Los santos lugares no fueron una
excepción a su uso. De hecho, hoy se vive una auténtica "edad de oro" del mosaico en Tierra Santa. Según el sitio Bethlehem
Mosaics, actualmente hay más de 7.000 mosaicos documentados en
Tierra Santa, siendo los primeros de ellos claramente definidos por su
iconografía cristiana, especialmente por cruces.
Tanto es así que "no hay parte de esta región sin alguna
evidencia de mosaicos".
Lejos de ser algo del pasado, la
cuestión del mosaico está a la orden del día, ya sea por la proliferación de centros y fábricas privadas de mosaicos como de incesantes y relevantes hallazgos.
El de Huqoq es uno de
los más asombrosos por qué-. Situada en la Baja Galilea, a 3 kilómetros de
Magdala y Cafarnaúm, esta sinagoga datada en el año 400 d.C. ya se mencionaba
en los antiguos textos rabínicos y a día de hoy sigue proporcionando relevantes
hallazgos. El último de ellos, de 2022, se trata de 3 escenas que representan
los acontecimientos de Jueces 4, siendo la representación
artística más antigua que se conoce de la profetisa Débora y la heroína Yael.
Lo cierto es que los mosaicos y
la belleza de Tierra Santa no solo alteran la geografía o el panorama artístico
y cultural. También cambian vidas.
LA
"ABRUMADORA BELLEZA" DE TIERRA SANTA
Es el caso de Hannah Cote,
una joven estudiante de periodismo en Hillsdale College (Míchigan, Estados
Unidos)y periodista de EWTN, que visitó el pasado mes de enero los Santos
Lugares, la tierra de Jesús. Allí fue testigo de los conflictos y tensiones
religiosas, pero también de su "abrumadora
cantidad de belleza". Y
lo que es más importante, "de su poder sanador
y salvador".
La joven estudiante relató
a National Catholic Register que en un primer momento realizó
el viaje de forma indiferente, "sin
expectativas y casi ningún preparativo. ¿Cómo te preparas para caminar por
donde caminó Jesús?", se planteaba.
No sabía que aquella carencia
solo crearía "un espacio más hondo" para
dejar que la belleza de Israel impactase profundamente en su vida.
A poco que se fijaba, pronto se
dio cuenta de que "escondido en cada rincón y
pliegue de cada columna, resplandeciendo sobre torres y campanarios o bajo
miles de pasos, hay belleza en todas partes".
ENCANTO
Y TENSIÓN, EL CONTRASTE DE TIERRA SANTA
Lejos de ser un escenario
idílico, Cote fue consciente de los conflictos y tensiones presentes en no
pocos espacios religiosos. Entre ellos, menciona algunas distracciones e
interrupciones que se sucedían en la Misa del Santo Sepulcro, mientras los
ortodoxos griegos agitaban campanas e incensarios en el templo durante sus
oraciones.
"Era mi
segunda visita a la iglesia y todavía me resultaba difícil comprender la belleza de
este caos", relata.
Comenzó a hacerlo cuando el guía
turístico compartió una cita del dominico Jerome Murphy-O’Connor sobre la
iglesia del Santo Sepulcro:
"Uno busca la
luz luminosa, pero es oscura y estrecha. Uno espera la paz, pero el oído
está asaltado por desagradables sonidos de cánticos de guerra. Uno desea
la santidad, solo para encontrar una posesividad celosa: los seis grupos de
ocupantes (católicos latinos, ortodoxos griegos, ortodoxos armenios, sirios,
coptos, etíopes) se miran entre sí con recelo por cualquier infracción de
derechos. La fragilidad de la humanidad en ninguna parte es más evidente
que aquí; personifica la condición humana. Los que vienen vacíos para
ser llenados se irán desolados; aquellos que permitan que la iglesia los
cuestione podrán empezar a comprender por qué cientos de miles pensaron que
valía la pena arriesgarse a la muerte o la esclavitud para orar aquí. ¿Es
este el lugar donde Cristo murió y fue sepultado? Sí, muy
probablemente".
Desde entonces, la joven fue
consciente de que, junto con la belleza y los orígenes
del cristianismo, "el egoísmo, la debilidad y la humanidad" también
se hacen evidentes en
Israel.
EL
MOSAICO, UN "BÁLSAMO SALVADOR" EN MEDIO DEL CAOS
"¿Por qué los
cristianos peregrinan a Tierra Santa? Para ver
dónde caminó Jesús, donde vivió y realizó los milagros. Para rezar, aprender y
recibir sanación sobre esa naturaleza caída. Y creo que la belleza de Israel nos ayuda a sanar",
afirma.
Para ella, la belleza de Tierra
Santa impacta en quien lo visitade una forma "inmediata,
profunda y rica". No solo en lo geográfico, en sus mares, montañas,
playas y ciudades. También "la belleza de los
artistas" y sus obras centenarias. Un arte decorativa, la del mosaico, "capturó" especialmente su atención, de
inmediato.
"Para algunos,
es solo un azulejo coloreado y agrietado. Pero para el artista es un
recipiente para contar historias, una pintura hecha de vidrio y un bálsamo
salvador en medio del caos y la confusión", relata.
Aquella definición cobró un
especial sentido para Hannah ante el muro la turbulenta Franja de Gaza y un
segundo parapeto que cerca el pueblo fronterizo de Netiv Ha-asara.
Recuerda que ambos eran
completamente distintos y hasta en estas estructuras se hacen presentes hoy los
mosaicos.
UN
AMPLIO ELENCO DE ARTE Y BELLEZA: DE MUROS Y CIUDADES A IGLESIAS
Mientras que el de Gaza era "sombrío y gris", el de Netiv Ha-asara
es famoso por los millones de mosaicos que cubren la mayor parte del muro con
la palabra "paz", tanto en la imagen
panorámica como en las minúsculas piezas.
Desde que visualizó aquella
postal, Hannah recorrió no pocos lugares de Tierra Santa basándose en los
mensajes de la Carta a los artistas de San Juan Pablo II.
Recuerda a los muchos artistas que adornan con el mosaico importantes enclaves
religiosos de la zona.
Es el caso de Antonio Barluzzi, decorador de las iglesias del Huerto de los
Olivos, del Monte Tabor o del Santo Sepulcro, entre otras. "Cada una de sus obras ejemplifica la historia en ese sitio", explica Hannah: "En la iglesia de Getsemaní, los techos de mosaicos
y vidrieras son profundos y oscuros, lo que nos ayuda a imaginar la noche de la
Agonía en el Huerto".
También fue consciente de la
implicación del conjunto de Tierra Santa en el desarrollo del arte. Menciona el
ejemplo de Jaffa,
una ciudad costera en la que se invita a artistas de múltiples procedencias a
exhibir sus obras e incluso pintar y decorar los edificios, construyendo las
casas basándose en el estilo histórico de la ciudad y teniendo siempre presente
al mosaico en las calles.
También habla de la Iglesia de la Anunciación, en Nazaret, donde las paredes que
rodean la Iglesia están repletas de imágenes de la Virgen donadas
por países de todo el mundo.
"LA
BELLEZA DE TIERRA SANTA ME HA ACERCADO A CRISTO"
"Donde
quiera que mires en Tierra Santa hay un arte que comunica la belleza de Dios a su audiencia. Israel está lejos de la paz.
Pero escondida entre este dolor hay una belleza misteriosa, que lleva nuestros
ojos a Jesús y su obra milagrosa en Tierra Santa", asegura.
Tras volver de Tierra Santa en
enero, Hannah ha intensificado sus oraciones pro el sufrimiento que rodea
actualmente a esta zona.
"Rezo por la
tierra, la gente, las religiones disidentes [al cristianismo], por quienes se
encuentran desesperados y por los que nunca conocerán una vida sin
desesperación. Tierra Santa está llena de belleza y rezo para que esta siga
salvando, sanando y llevando los corazones y los ojos al Señor. Tierra
Santa me ha hecho exactamente eso y la belleza ha acercado mi corazón al de
Cristo", concluye.
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