El Arzobispo alemán Georg Gänswein compartió los detalles detrás de la respuesta que dio el Papa Emérito Benedicto XVI al informe sobre abusos en la Arquidiócesis de Múnich y Freising, en el que se le acusa de no haber manejado bien cuatro casos cuando estuvo al frente de esta jurisdicción en Alemania.
En entrevista exclusiva con el jefe de la oficina de Roma de EWTN,
Andreas Thonhauser, Mons. Gänswein defendió el accionar del Papa Emérito,
describió su labor pionera en la lucha contra los abusos sexuales del clero
pese a la resistencia del Vaticano, y habló sobre el firme apoyo del Papa
Francisco a su predecesor Benedicto XVI.
La entrevista completa se difundirá este lunes 14 de febrero a las 6:30
p.m. (hora del Este), en un episodio especial del programa “Vaticano” de EWTN.
La entrevista se realizó el 11 de febrero, algunos días después de que
Benedicto XVI personalmente pidiera perdón a
las víctimas de abusos,
luego de la publicación del informe sobre abusos en Múnich, en el que se
incluyó su periodo como Arzobispo entre 1977 y 1982.
El Papa Emérito, de 94 años de edad, escribió en una carta que su dolor
es aún mayor ya que ha “cargado con una gran
responsabilidad en la Iglesia Católica”.
La carta fue acompañada de una respuesta de tres páginas a las críticas,
firmada por cuatro asesores de Benedicto XVI.
“OCURRIÓ UN ERROR”
En la entrevista, Mons. Gänswein reconoció la polémica suscitada por la
declaración de 82 páginas enviada, a nombre de Benedicto XVI, a los
investigadores que realizaron el informe sobre abusos.
Uno de los cuatro casos mencionados por el informe se refiere al
sacerdote Peter Hullerman, acusado de abusar de al menos 23 menores entre 8 y
16 años entre 1973 y 1996.
En su declaración firmada, el Papa Emérito indicaba que no estuvo
presente en una reunión en 1980, hace 42 años, en la que se trató la
transferencia del P. Hullerman de la Diócesis de Essen a la Arquidiócesis de
Múnich y Freising.
Algunos días después de la publicación del informe realizado por la
firma legal Westpfahl Spilker Wastl, el Papa Emérito reconoció que sí había estado
en esa reunión en la que no se le asignó ninguna misión pastoral.
La corrección suscitó fuertes críticas en Alemania, en donde se acusó a
Benedicto XVI de ocultar su presencia en la reunión, mientras que quienes lo
defienden precisaron que su presencia ya era un tema de público conocimiento.
Mons. Gänswein explicó que el error se dio cuando el Papa Emérito
revisaba el borrador de su declaración.
El Arzobispo recordó que Benedicto dijo: “Esa
famosa reunión del 15 de enero de 1980 no la recuerdo. Pero si se dice que estuve
ausente, entonces la ausencia está probada o se probó entonces con el documento
de la reunión”.
“Y allí es donde ocurrió un error”, dijo el Arzobispo alemán de 65 años.
Mons. Gänswein dijo que le “sorprendió” saber,
luego de la publicación del informe, que había evidencia de que Benedicto XVI
sí estuvo en la reunión.
“Se lo dije al Papa Benedicto y él dijo: ‘Tenemos
que decir inmediatamente que fue un error de nuestra parte’. No fue intencional
así que no fue mentira, las mentiras se dan a propósito. Fue un error”.
El Arzobispo indicó que Benedicto XVI decidió escribir una carta
personal luego del informe, pero pidió que fuera acompañada por “una respuesta a los cargos contra mí, y no solo a los
cargos sino a las insinuaciones, sustentada en el material de archivo”.
LA “EMOTIVA” CARTA DEL
PAPA FRANCISCO
Mons. Gänswein dijo a EWTN que el Papa Francisco ofreció su apoyo a
Benedicto XVI cuando este afrontaba las críticas.
“Él fue muy claro. Llamó y le aseguró su
solidaridad, su confianza absoluta, su confianza fraterna y su oración. También
dijo que no puede entender por qué han sido tan duros con él”, indicó Mons. Gänswein, que ha vivido con Benedicto XVI en el monasterio
Mater Ecclesiae en el Vaticano, desde que el Papa alemán renunció al
pontificado en 2013.
“Cuando el Papa Benedicto escribió su carta, se la
envió al Papa Francisco antes de que se publicara. Le agradeció por la llamada
telefónica y le preguntó si estaba bien”.
“Dos días después, llegó una hermosa carta del Papa
Francisco para el Papa Benedicto: una carta en la que le aseguró nuevamente y
con palabras muy emotivas su apoyo, su solidaridad, compartiéndole que contaba
con él”.
Mons. Gänswein precisó que no puede publicar la carta, dado que es “confidencial y privada”, pero sin embargo sí estaba
autorizado a hablar de ella.
EL “PADRE DE LA
TRANSPARENCIA”
El Arzobispo destacó que la reacción de los medios a la carta de
Benedicto XVI varió de país a país, pero la respuesta en Alemania estuvo
marcada por la negatividad.
“Pude observar un gran sesgo, a veces exagerado,
contra su persona, algo que iba en paralelo a la no menos moderada ignorancia
de los hechos”, comentó el Prelado alemán.
“O no los sabes o no quieres tomarlos en serio
porque no se corresponden con la narrativa que se ha creado”.
El Arzobispo dijo que se han “mantenido
vivas” las mentiras sobre Benedicto XVI. “Con
eso quiero decir que existe este deseo de atacarlo y eso es simplemente
chocante para mí”, señaló.
Después de dejar la Arquidiócesis de Múnich en 1982, el futuro Papa
sirvió como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en el
Vaticano. En 2001, el Papa San Juan Pablo II le confió a esta congregación la
investigación de las acusaciones de abusos sexuales en todo el mundo.
Mons. Gänswein dijo que Benedicto XVI encontró entonces una “resistencia interna” en el Vaticano mientras
tomaba acciones decisivas contra los abusadores, algo que pudo superar con el
apoyo del Papa polaco.
“No solo tuvo un papel decisivo, él fue la figura
decisiva, el hombre decisivo, el que no solo alentó la transparencia sino que
dio pasos concretos hacia la transparencia. Se puede decir que él es el ‘padre
de la transparencia’, y
así también logró convencer al Papa Juan Pablo II”, dijo el Arzobispo.
Luego de la muerte de Juan Pablo II en 2005, Benedicto XVI fue elegido
Papa. Durante sus casi ocho años de pontificado, expulsó a cientos de
abusadores del estado clerical, se encontró regularmente con víctimas de abusos
y respondió a la crisis de abusos en
Irlanda con una carta pastoral en 2010.
Mons. Gänswein dijo que “el hombre que, en
este importante asunto, todo este asunto de los abusos y la pedofilia, alentó e
implementó los instrumentos decisivos para ayudar, como prefecto o como Papa,
es acusado ahora de algo que contradice 25 años de su labor”.
“Entonces, lo que percibo una y otra vez es
ignorancia, por un lado, y de otro lado una excesiva sobrevaloración de la
propia opinión. Y eso es algo que no tiene nada que ver con una cobertura
verdadera”, expresó.
“Solo espero que la gente que lee y ha leído la
carta, la gente que conoce al Cardenal Ratzinger, al Papa Benedicto, no se deje
influenciar o convencer por tales juicios sesgados. Eso espero”.
EL “ABUSO DEL ABUSO”
Mons. Gänswein resaltó que la publicación del informe de Múnich, y la
ola de enojo que ha generado, coincide con un encuentro crucial del Camino
Sinodal, el polémico proceso que reúne a obispos y laicos de Alemania para
tratar diversos temas como el ejercicio de poder en la Iglesia, la moral
sexual, el sacerdocio y el papel de las mujeres.
En la reunión
realizada del 3 al 5 de febrero,
los participantes votaron a favor de textos que piden la abolición del celibato
sacerdotal, la ordenación de mujeres en el sacerdocio, la bendición de
parejas del mismo sexo y cambios en la enseñanza de la
Iglesia sobre la homosexualidad.
Los defensores del Camino Sinodal presentaron esto como una respuesta
necesaria a la crisis sobre abusos en la Iglesia en Alemania, lo que ha llevado
a un éxodo de católicos, aunque los críticos afirman que esto llevará
finalmente a un cisma.
“Podemos especular sobre qué tanto todo esto está
ligado temporalmente o como causa con lo que se ha mencionado, es decir –para
nombrarlo precisamente– el Camino Sinodal en Alemania y otros movimientos”, dijo Mons. Gänswein al entrevistador.
“Pero una cosa es clara: algunas metas que el
Camino Sinodal busca son algo para lo que la persona y el trabajo de Benedicto
se interponen”.
“Y existe un gran, gran peligro de que todo lo que
tiene que ver con la pedofilia y los abusos se tome ahora monocausalmente,
por decirlo de algún modo, para abrir este camino primero y luego seguir. La
semana pasada vimos que se aprobaron textos y vimos adónde se supone que lleva
todo esto”, señaló.
El Arzobispo se refirió al argumento de los críticos del Camino Sinodal,
respecto a que el proceso manipula la crisis de abusos como un pretexto para
remodelar radicalmente la Iglesia. El argumento puede resumirse en la frase “el abuso del abuso”.
“Siempre se ha dicho que las víctimas del abuso son
el centro. Y eso es totalmente cierto. Sin embargo, también está el concepto del
‘abuso del abuso’. Y eso es precisamente el peligro que subyace”, reflexionó Mons. Gänswein.
“No debemos olvidar que siempre que se trata de
manipular a alguien o algo, lo que intentan en realidad es alcanzar una meta
escondiéndola detrás de otra realidad, por decirlo de algún modo, hasta que se
cree que se logró la meta”.
“UN INCREÍBLE TORRENTE
DE DESINFORMACIÓN”
La enorme logística que la investigación de Múnich supuso para el
anciano Benedicto XVI, que cumplirá 95 años en abril, es otro tema del que Mons.
Gänswein habló extensamente.
“Al Papa Benedicto se le preguntó si estaba
dispuesto a participar en este informe. Él dijo: ‘No tengo nada que esconder,
lo haré con gusto’”, dijo Mons. Gänswein.
Hacer eso supuso revisar “una gran cantidad
de información”, recordó el Arzobispo.
La firma legal le envió a Benedicto XVI veinte páginas de preguntas
detalladas, que exigieron la revisión detallada de unas ocho mil páginas de archivos diocesanos digitalizados, explicó
Mons. Gänswein.
Esa ardua tarea recayó en el sacerdote alemán y experto legal en Roma,
Stefan Mückl. Sin poder “copiar y pegar” de
los extensos registros, Mückl tomó extensas notas a mano y pudo completar su
labor en tres semanas, dijo el Arzobispo.
Revisar el informe final de la firma legal fue otro desafío para
Benedicto XVI y su pequeño grupo de asesores. “El
informe tenía 1.983 páginas, incluida la declaración de Benedicto y la
declaración de otros cardenales que respondieron. Imagine esa enorme cantidad
de texto: 2 mil páginas, ¡y todos esperando que responda inmediatamente! Era
simplemente imposible”, dijo Mons. Gänswein.
“Una semana después, (el actual Arzobispo de
Múnich), el Cardenal Marx anunció una rueda de prensa en Múnich. Y el Papa
Benedicto dijo ‘tengo que leer
esto primero, quiero leerlo primero. Y le pediré al equipo que lo lea y luego
responderé’. Tiene que admitir ante cualquiera, que a cualquier
hombre de cualquier edad esto le toma tiempo”.
La respuesta formal de Benedicto XVI a la firma legal, que el Papa
Emérito revisó, tenía 82 páginas. “Y ahí surgió la
crítica. ‘Es demasiado jurídica, no es la voz de Benedicto para nada’. Pero a
las preguntas legales, que con frecuencia son complicadas y escritas en una
forma ondulada –si se puede decir así– solo se puede responder usando el mismo
lenguaje”, explicó Mons. Gänswein.
“TRANQUILO Y LLENO DE
CONFIANZA”
¿Y qué efectos tiene todo esto en la salud del Papa
Emérito? En fotografías recientes,
Benedicto XVI se ve claramente más frágil y él ha hablado abiertamente sobre el
fin de la vida, como lo hizo nuevamente la semana pasada en una carta.
“Pronto, me encontraré ante el juicio final de mi
vida”, aseguró.
También dijo que “sin embargo, tengo buen
ánimo porque confío firmemente en que el Señor no solo es un juez justo, sino
un amigo y hermano que ha sufrido por mis faltas, pero que es también mi
abogado, mi ‘Paráclito’”.
Mons. Gänswein confirmó la disposición positiva de Benedicto XVI,
precisando que este párrafo final de la carta del Papa Emérito fue escrito “en la presencia de Dios” y “es tal vez la clave para
todo”.
“Esta mañana hemos celebrado Misa juntos, como
todos los días. Hemos rezado Laudes y desayunamos. Y luego él se dedicó a sus
cosas y yo estoy aquí ahora”, comentó Mons. Gänswein.
“Le va bien, ya no hay presión, gracias a Dios y
después de la publicación de su carta con el chequeo de los hechos. Pero puedo
decir que él siempre está tranquilo y lleno de confianza en Dios”.
Mons. Gänswein dijo también que “por
supuesto, una cosa es resistir la presión y otra distinta es sobrellevarla
internamente. Pero gracias a Dios ha logrado hacerlo, está calmado y, sobre
todo, nunca ha perdido el sentido del humor”.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI
Prensa
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