En ocasiones, la ciudad de Roma llama a la puerta de determinadas personas y finalmente termina por acogerlas para toda la vida; podemos decir que el P. Alfredo Fernández es uno de esos afortunados, pues dentro de su labor pastoral está el acompañar a los novios en su preparación al matrimonio.
Este sacerdote español lleva 45 años viviendo en la Ciudad Eterna al
servicio de la llamada Obra de la
Iglesia, una institución de derecho pontificio fundada por la madre Trinidad de la Santa Madre
Iglesia.
A esta institución pertenecen también Lisa Tacconi y Rino Romano, una
pareja con 30 años de casados y que desde la Obra de la Iglesia llevan adelante
la preparación de los novios al matrimonio en la parroquia romana de Nuestra
Señora de Valme en Villa Bonelli.
Con ocasión del Día de San Valentín, ACI Prensa conversó con los tres
acerca de temas como la importancia del noviazgo o las claves del matrimonio. Y
a pesar de que cada uno tiene su propia experiencia y una perspectiva
diferente, los tres coinciden en una misma cosa: el amor verdadero
no puede construirse sin la presencia de Dios.
BUSCAR LA FELICIDAD DEL
OTRO
Al preguntarles por el significado del amor verdadero, Lisa recuerda las
palabras de la fundadora de la Obra de la Iglesia, la Madre Trinidad, quien en
un escrito titulado “El verdadero concepto del
amor” dijo que “Amar es adherirse a la
persona amada, sin buscar, esencialmente,
más que darle descanso y hacerla felíz”.
Lisa indicó que “hoy en dia la familia está
sufriendo numerosos ataques, como son la ideología de género, el divorcio o el
aborto”. A raíz de estas amenazas, afirmó, se puede deducir que los
fundamentos para un matrimonio son “la unión entre
un hombre y una mujer, para siempre y abiertos a la vida”.
“El hombre debe ser un hombre fiable que sepa
cargar con el peso de los demás, igual que Cristo cargó con su Cruz. Y una
mujer como la que vemos en el Evangelio y que tenga como modelo a la Madre de
Dios”, añadió.
En su mensaje a los novios, Lisa dijo que “un
matrimonio para siempre” se fortalece “con
el tiempo y con las pruebas de la vida. Y, por último, abierto a la vida, para
Gloria de Dios. Como siempre nos ha enseñado la Iglesia, la familia es un don maravilloso
de Dios y por ello debemos acompañar a los novios para que maduren
como personas y como cristianos”.
APRENDER A ENAMORARSE
Siguiendo las palabras de Lisa, el P. Alfredo dijo a los novios que “los sentimientos, aunque son necesarios, muchas veces se
convierten en malos consejeros. Jugar al amor es jugar con fuego. Al final, por
muy hábil que seas, te acabas quemando”.
“Hay que aprender a enamorarse y a enamorar. Y
primero hay que hacerlo de Dios, que es fácil de amar. Enamorarse de
Él es lo más hermoso de la vida. Después podremos enamorarnos de los demás sin
miedo”, explicó el sacerdote.
Por su parte, Rino aseguró que un noviazgo “puede
ser inolvidable si la pareja está dispuesta a vivir un tiempo de gracia, con
ilusión y deseando madurar en el verdadero Amor”.
ACEPTAR EL PLAN DE DIOS
A pesar de las dificultades y problemas de la vida, el noviazgo y el
matrimonio están repletos de momentos de felicidad. Como explicó Lisa, siempre
que “la pareja se adapte al plan que Dios tiene en
su Iglesia sobre la familia, que es espejo de la Familia Divina. Nuestra
vida tiene destellos de vida trinitaria. Dios no está lejos y está esperando con su corazón de Padre
darnos su amor”.
Por su parte, el P. Alfredo dijo que si bien la expresión “para siempre” puede asustar, también “atrae”. “Una
relación sólo perdura si la pareja aprende a beber y a vivir el Amor de Dios,
que es para todos”, afirmó.
EL AMOR COMO ENTREGA
En este sentido, Rino explicó a continuación las dificultades que
atraviesan las parejas de hoy en día. “Son de dos
tipos, la fragilidad personal o falta de madurez y el ambiente en el que
vivimos. No basta con enamorarse, hay que respetar a la otra persona.
Amar es dar, es vivir con un cierto equilibrio que requiere sacrificio”, señaló.
Así, ante la pregunta de si es posible crecer en una relación sin la
presencia de Dios, Lisa invitó a cuestionarse: “¿Es
posible mover un vehículo sin carburante? Pues eso...”.
Por su parte, Rino indicó que la mayor muestra de amor ya lo señaló el
Evangelio: “Dar la vida por la persona
amada”.
DIOS SIEMPRE MANDA LA
AYUDA OPORTUNA
Continuando con el tema del sacrificio citado por Rino, el P. Alfredo
advirtió que la pérdida del valor del sacrificio y del respeto es un gran
problema dentro de una relación.
“El amor necesita ser alimentado, con amor del
bueno. Sino, se intoxica la vida de la pareja. Existe un concepto erróneo
cuando se reduce el amor a la pasión, lo que nos puede llevar a
creer que el Amor Divino y el Amor Humano no tienen nada que ver”.
Por ello, Lisa aconsejó a los matrimonios que atraviesan dificultades y
que intentan recuperar la relación, que lo primero que tienen que hacer es “huir del alarmismo, ya que las dificultades forman parte
de la vida. El deseo de intentar recuperar la relación viene de Dios y hay que
secundarlo, pues con su ayuda la mitad del camino ya está
recorrido”.
“Les diría que se dejen ayudar por otras parejas
que han atravesado una situación parecida y que la hayan superado. Todos
pasamos por malas épocas, pero Dios siempre manda la ayuda oportuna”, aseguró.
MANTENER LA ILUSIÓN
Respecto a la evolución de las relaciones, donde tanto la pareja como
las personas van cambiando, hay algo que siempre preocupa, y es la capacidad de
mantener la ilusión del principio. ¿Es eso
realmente posible? Rino aseguró que “sí, porque el amor verdadero crece con el
tiempo”.
Asimismo, al preguntarle al sacerdote si ¿es
cierto que todo vale en el amor?, respondió:
“Bueno, eso recuerda la famosa frase “Ama y haz lo
que quieras”, que explicada quiere decir: si amaras como debieras, podrías
hacer lo que quisieras”.
EL DON DEL PERDÓN
En cuanto a la capacidad de perdonar y ser perdonado en una relación,
Lisa aseguró que “en el corazón de una madre caben
todos sus hijos, en todas las situaciones. Así es el corazón de la Madre
Iglesia, para todos tiene solución”.
Sobre las relaciones prematrimoniales o la convivencia fuera del
matrimonio, el P. Alfredo cuestionó: “¿Qué diría de
uno que sube al altar y celebra Misa sin ser sacerdote? Pues que profana el
sacramento, ¿verdad? Por lo tanto, sacar fuera del sacramento la relación de
esposos es como una profanación”.
LA IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO
Asimismo, Lisa recordó a los novios algo indispensable que no puede
faltar en una buena relación es “el diálogo
confiado con Dios y con la persona que tienes al lado”.
Por último, el P. Alfredo expresó que todavía le conmueve “la ilusión con la que llegan algunos novios. Están
emocionados como niños de Primera Comunión, pidiendo aprender lo maravilloso que
es el noviazgo cristiano, algo que ni siquiera sabían que existía”.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
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