No es la sal.
No son las harinas.
No es el refresco.
No es el azúcar.
No es la comida.
No es el gluten.
Son
tus EMOCIONES
Son
tus DECISIONES
¿𝑷𝑶𝑹 𝑸𝑼É 𝑻𝑬 𝑫𝑼𝑬𝑳𝑬 𝑬𝑳 𝑪𝑼𝑬𝑹𝑷𝑶?
Te
duele porque aún no has aprendido a disfrutar, porque
acumulas viejos odios y rabia.
Te
duele porque te niegas a desarrollar tu vitalidad y
elasticidad corporal, porque lo castigas con adicciones e inmadurez emocional.
Te
duele el cuerpo porque rechazas el presente y permites
que los recuerdos te definan.
Te
duele porque no cierras etapas y te vistes de víctima en
el drama que creaste.
Te
duele porque amas la herida que no quieres sanar.
Te
duele el cuerpo porque has sucumbido a la apatía y te has
dejado ganar.
Te
duele porque dudas merecer una vida sin traumas y alas
para volar.
Te
duele porque has cedido tu voz al clan familiar.
Te
duele el cuerpo porque no vives en paz.
Te
duele el cuerpo porque no te atreves a valorarte más.
Te
duele porque callas cuando debes gritar. Porque culpas al
amor de tu obsesión por dominar. Porque exiges un respeto que no te atreves a
generar.
Te duele el cuerpo porque confundes una
relación con un ring donde poderte desahogar.
Te
duele porque no te atreves a conectar con tu divinidad.
Porque te da miedo la libertad.
Te
duele el cuerpo porque no te permites recordar que has
nacido para crecer y trascender desde el amor que ya eres.
Te
duele el cuerpo porque no inviertes en silencio ni haces
las paces con tu soledad y con tu oscuridad.
Eres un ser de amor en constante expansión. Deja ya de encasillarte,
frenarte y atrofiarte.
DESPIERTA
A TU MAGIA Y A TU PODER.
Haz valer el amor que ya eres.
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